Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

Mostrando entradas con la etiqueta vicios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vicios. Mostrar todas las entradas

28.9.18

De las virtudes y de los vicios: Constancia



La Constancia es hija de la Perseverancia y muy parecida a su madre. Es una virtud enérgica y de mucho valor. También es guerrera y empuña sin descanso las armas contra el enemigo. La Lucha es su campo de batalla, su único apoyo está en la Paciencia y su carácter, diré, es de suavidad, pero de una suavidad unida con la Energía y la Firmeza y la Entereza.

Es la Constancia una virtud a la vez que reposa, como que nada le corre prisa, incansable en las penas, trabajos y dolores y cuantos trabajos de alma y cuerpo puedan existir. Ella siempre aparece serena y llena de Paz, pero es porque siempre se alberga en los corazones puros y sacrificados. La Conquista no descansa en las almas inquietas, agitadas y mundanas, sino en la tranquila quietud de una conciencia recta. La Rectitud es su derrotero, y su fin la salvación del alma.

27.9.18

De las virtudes y de los vicios: Correspondencia


Décima familia de virtudes. Correspondencia.

La Correspondencia es hija de la Docilidad: es una virtud que tiene por ser, el Amor de Dios; por apoyo, la profunda Humildad; por aliento y vida, la propia Desconfianza. Su crisol está en el Dominio propio. Su círculo es la Actividad y su misión la propia perfección.

La Correspondencia en un alma pura no cesa ni de día ni de noche, siempre está en vela porque el amor no duerme ni descansa, su descanso es no descansar. Esta virtud envuelve una gran perfección, es el eje sobre el cual la vida espiritual gira. Sin Correspondencia no existe la vida espiritual, porque el Espíritu Santo se retira de un alma sorda, de un alma perezosa, que no se sacude, ni corre, ni trabaja, ni se sacrifica, ni corresponde de esta manera a las divinas gracias que en ella derrama.

26.9.18

De las virtudes y de los vicios: Fragilidad



La Fragilidad procede de la Debilidad natural en el hombre, y en parte de la Ligereza. La que viene de la Debilidad es disculpable, y el hombre mientras viva la llevará siempre consigo, puesto que es también consecuencia del primer pecado que trajo la ruina del mundo; pero la que se deriva del vicio de la Ligereza es siempre reprochable, y en muchas ocasiones de graves consecuencias.

Es la Fragilidad fruto natural del hombre. Todo en él es frágil, deleznable y vano; lleva en su ser a la Inestabiildad y cualquier viento lo mueve de su sitio. El hombre es quebradizo y tan mudable como el viento. Sólo las virtudes pueden solidificar al hombre y espiritualizarlo, y todo lo que no sea ésto, lo arrastrará hacia las pasiones, hasta sumergirlo dentro de los nefandos vicios.

25.9.18

De las virtudes y de los vicios: Superficialidad



La Superficialidad es un vicio universal y ordinario. Este vicio se ha introducido desgraciadamente hasta en la vida espiritual. Las almas andan dentro de ella, y todas en su interior y exterior están impregnadas de su substancia.

En la vida común todo es Superficialidad y Mentira. Con esta capa se envuelven muchos vicios. La misma tiende a cubrir hasta las Religiones.

La Superficialidad es hija del Desorden y de la Ligereza. Un alma que la lleva consigo es insustancial y vana. La Superficialidad envuelve hoy a gran número de corazones y es un vicio que se introduce en todas las cosas.

24.9.18

De las virtudes y de los vicios: Inestabilidad



La Inestabiildad es otro defecto capital en la vida del espíritu.

Es la Inestabilidad hermana también de la Vacilación e Indecisión, y generalmente se alberga en los espíritus vanos que no tienen peso. El demonio también la fomenta y se vale de ella para su provecho. Estas almas inestables, que no tienen firmeza en sus propósitos, que no caminan por la fe, que no se fundan en principios, que no cimentan sus resoluciones en un fondo sólido de sacrificio, que no tienen opiniones propias, digo, en el sentido que a cualquier viento se mueven y se dejan llevar del último aire que les sopla; estas almas, repito, nunca harán cosa alguna en la vida del espíritu que valga la pena, y aún en la vida material son una calamidad, arrastrando en su corriente a muchas otras almas y dañándolas.

23.9.18

De las virtudes y de los vicios: Veleidad



La Veleidad es hija de la Indecisión y busca para formar su nido corazones vacíos, frívolos e inquietos.

Este es un defecto muy odioso, y siempre se acompaña de la ligereza, su hermana inseparable. El Espíritu Santo jamás se alberga en las almas que llevan en sí a la Veleidad y la Ligereza. Este Santo Espíritu muy lejos habita de semejantes contactos.

La Paz, la Oración, la Quietud, Silencio y Recogimiento no se acercan a sus puertas y repugnan totalmente con estas almas que buscan y tienen por centro el ruido, el bullicio, el mundo y la Vanidad.

22.9.18

De las virtudes y de los vicios: Indecisión



La Indecisión es hermana de la Vacilación e hija también de la Duda y de la Soberbia, poseyendo además otras cualidades ruines y cobardes. La Indecisión es otra plaga en el mundo espiritual, que me roba mucha gloria, haciendo perder inútilmente el tiempo, entreteniendo a las almas. Un alma indecisa nunca hará nada que valga, o a lo menos su recompensa será muy mermada. De esta clase de almas está lleno el Purgatorio.

La Tibieza y la Sensualidad mucha parte tienen en la Indecisión. No son estas almas las que me dan gloria, las que se arrojan al martirio del amor activo, a costa de innumerables sacrificios; estas almas indecisas son generalmente débiles, cobardes y amigas de la comodidad.

21.9.18

De las virtudes y de los vicios: Vacilación



Vicios opuestos a las virtudes guerreras.

Vacilación


La Vacilación es hija de la Duda y de la Soberbia. Satanás la emplea con un éxito admirable para sus maquinaciones. Es un arma muy poderosa que esgrime con sin igual destreza en el campo espiritual de las almas. Es una de sus finas redes con que detiene a miles de almas que debieran ser mías envolviéndolas con especiosas y necias razones y de ningún valor, entreteniéndolas y dañándolas.

Satanás tiende este lazo, sobre todo, en materia de vocaciones, entretiene a las almas débiles con ponerles en su entendimiento una torre muy alta de imaginaciones tontas, necias e insubstanciales. El remedio para este mal consiste en una voluntad muy firme, cortando de raíz la tentación. Digo, después de haber prudentemente madurado tal o cual decisión confiada al juicio prudente de un Director santo, que ora.

20.9.18

De las virtudes y de los vicios: Libertad de Espíritu



La Libertad de espíritu es una gracia directa del Espíritu Santo al alma a quien la da, y la da a quien le place. Consiste esta Libertad en un desalineamento del alma, en un vuelo del espíritu sin ataduras ni impedimentos, hacia lo sobrenatural y divino. Esta santa Libertad trae muchos bienes al alma dichosa que la posee; esta alma alcanza o llega a alcanzar una familiar, aunque respetuosa presencia de Dios y una Unión muy levantada y sublime con el mismo Dios. La Oración en el alma que posee este tesoro de la santa Libertad es casi constante. A esta dichosa alma nada impide la comunicación con su Dios y Señor: a toda hora, en las ocupaciones, lo mismo que en la soledad, en el ruido igualmente que en el silencio, en medio del mundo como en el Claustro, se comunica con su Dios.

¡Oh bendita Libertad nacida del que es la Libertad misma! El Demonio también da a las almas una especie de libertad fingida, engañadora y traicionera, porque han de saber que Satanás es como un mono que imita cuanto ve, y en la vida espiritual es en donde se da gusto con las almas incautas e imprudentes, y a veces permitiéndolo Yo para futuros bienes, también con las almas que me pertenecen. Mas a poco de andar se le conoce; porque sus huellas son muy marcadas, y no puede sostener por largo tiempo el peso de las virtudes sólidas.

19.9.18

De las virtudes y de los vicios: Solicitud



La Solicitud nace de la Caridad y del Amor activo. Esta hermosa virtud parece pequeña y es grande, abraza grandes empresas. El centro a donde tiende es al bien del prójimo, por lo mismo es hermana del Celo. El vicio conque generalmente lucha es la Vanagloria.

Tiene la Solicitud un campo muy vasto en donde extenderse, pero crece y se desarrolla bajo el amparo de la profundísima humildad.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

18.9.18

De las virtudes y de los vicios: Celo



El Celo de las almas, el Amor al prójimo, el Dolor interno y desgarrador por las ofensas hechas a Dios, el purísimo deseo de mi gloria, de mi mayor gloria, todas estas virtudes, nacen directamente del Amor divino. Son las consecuencias, los actos que este celestial incendio produce en las almas.

El Celo es hijo del Amor activo y una gracia muy especial que regalo a pocas almas. Es el Celo una comunicación de mi propio Ser, es un fuego que enciende a las almas en el deseo vehemente de la gloria de Dios y de la salvación del prójimo. Para este Celo divino no existen fatigas, ni cansancios, ni sacrificios por insuperables que sean y que con gozo no venza; lo sostiene una fuerza divina, lo impele constantemente un celestial fuego, las virtudes guerreras forman su séquito y es capaz de llevar a cabo grandes empresas.

17.9.18

De las virtudes y de los vicios: Diligencia



La Presteza o Diligencia es una virtud indispensable en la vida espiritual. Nace esta hermosa virtud de la fiel correspondencia a la Gracia, mas su total desarrollo está en el Amor Activo.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

16.9.18

De las virtudes y de los vicios: Actividad



La Actividad nace del Amor divino, es un reflejo del mismo Dios, porque la caridad es el amor que constantemente se da en cualquiera dirección a que se incline el bien, y la Caridad no es otra cosa sino el Amor activo. La Actividad encierra en sí al Dominio propio, a la Firmeza, a la Energía, al Sacrificio, a la Lucha, a la Generosidad y a otras muchas virtudes.

El Sacrificio y la Generosidad son sobre todas las virtudes sus inseparables compañeras. La Actividad crece y se desarrolla tanto cuanto el alma trabaja y merece. La Actividad es un fuego que enciende en el alma el Amor unitivo. La Actividad ni de día ni de noche descansa en el alma feliz que la posee. Ella abarca extensiones inmensas, se abraza de la Cruz sea cual fuere y para ella no hay obstáculo que no venza y traspase inmediatamente con el Sacrificio amoroso.

15.9.18

De las virtudes y de los vicios: Amor Activo



El Amor, si es verdadero, no puede estar ocioso: es muy activo; es necesario probar al Amado que se le ama, sacrificándose por Mí de día y de noche, siempre, siempre.

La sed de padecimientos crece con el padecer.

Yo no me sacio de sufrir místicamente en la Eucaristía, mientras haya un alma en la tierra a quien amar. El amor verdadero no ve obstáculos ni los mide. El verdadero amor busca todo lo que puede dar gloria al Amado. Las armas principales del Amor activo están en la humillación y el sacrificio. Mis armas, porque soy verdadero Amante, fueron la humillación y el sacrificio.

14.9.18

De las virtudes y de los vicios: Energía



La Energía es hija de la Firmeza y la que la sostiene en sus cansancios y vacilaciones. Esta virtud intrépida y gallarda se alimenta del Sacrificio y de la Oración, a cuya fuente debe su inquebrantable fuerza. La Actividad, o sea el Amor activo, la inflama y enardece, y con este Amor activo es capaz esta virtud de asombrosas conquistas. La misión de la Energía es ayudar a la Firmeza, al Dominio propio y al Sacrificio. Es la Energía un escudo de hierro en donde se estrellan la Comodidad y el Amor propio. La naturaleza humana se estremece con el contacto de esta virtud, mas todas las virtudes buscan la Energía para ponerse bajo su amparo. La Energía ni de día ni de noche duerme: está siempre en vela con las armas en la mano y pronta a luchar y a vencer. Es una virtud guerrera, sin la cual la pobre criatura es vencida de su propia miseria y corrupción. La energía es como la savia que circula y da vida al campo espiritual de las virtudes morales.

Si la Firmeza es el cuerpo guerrero, ¿a dónde van a ir a dar los tiros del enemigo? La Energía es la sangre de este cuerpo; mas el corazón, ¿saben cuál es?, es la Actividad. Los enemigos de esta fortísima virtud son los ejércitos de Satanás puestos en juego. La Vanidad hace a veces que en sus triunfos se debilite y le lleguen hasta faltar las fuerzas sobrenaturales de la gracia que la sostienen, mas una vez recobradas las fuerzas por la humillación el arrepentimiento, se vuelve la Energía a levantar, erguida y lastrada con la lección del propio conocimiento. Tanto esta virtud de la Energía como la de la Firmeza y otras muchas pueden emplearse, y muchas veces se emplean, para el mal en el campo de Satanás, ayudando a la Obstinación y a la Soberbia; entonces se apartan de la Rectitud que es su brújula, y por lo mismo de Mí, y precipitan al alma en infinitos males.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

13.9.18

De las virtudes y de los vicios: Lucha



La Lucha no es precisamente una virtud, es una especie de ser espiritual que tiene vida en el fondo del corazón humano; con él nace y con él muere. Reside en el espíritu del hombre, acompañándolo durante toda su vida. La Lucha es un arma que tiene vida, y su vida es el Dolor. Alcanza la Lucha grandes triunfos y conquistas al alma, y adorna con sus triunfos su inmortal corona.

La Lucha es un arma general que combate igualmente en dos campos de batalla, con la gracia y con la naturaleza, con lo bueno y con lo malo, con Dios y con Satanás. Es la Lucha un ser desconocido, y sin embargo, nadie está más cerca del hombre que la Lucha. Cuando la Lucha vence a Satanás, con todas sus maquinaciones, entonces el alma se santifica, y al fin se salva; más cuando pierde y es vencida en las mil contiendas que constantemente acomete, entonces es infeliz y desgraciada el alma.

12.9.18

De las virtudes y de los vicios: Entereza



La Entereza es hija de la Actividad, compañera de la Energía y de la Firmeza y apoyo de muchas virtudes. La Serenidad constituye su especial fisonomía y se alberga en los corazones intrépidos, en los cuales reina el Dominio propio y el Sacrificio. La Entereza se fortifica y vigoriza en la Oración.

Es la Entereza una virtud guerrera que empuña muchas clases de armas. A la Entereza no la mueve ningún viento de pasiones: la Rectitud es su brújula, y la Voluntad divina su sostén y único apoyo. Jamás se inclina esta hermosa virtud a la Condescendencia culpable; es enemiga de la Debilidad y de la Flaqueza; la Vacilación es su potro, la Cobardía y la Falsedad los enemigos que más aborrece. Ella coge al alma y la conduce de la mano, sin bambolearse, hasta su destino.

11.9.18

De las virtudes y de los vicios: Firmeza



La Firmeza es una virtud nacida del Dominio, y viene a ser como su fruto y su corona. La Firmeza es la palanca en donde se apoya la vida espiritual, sin ella la vida espiritual vendrá por tierra más o menos tarde. Esta virtud que crece y echa raíces en el Conocimiento propio y en la Confianza en sólo Dios es una gracia muy grande.

La Firmeza es enemiga acérrima de la Debilidad y de la Cobardía. Su apoyo es el Amor divino, con el cual se sostiene inquebrantable como una roca entre las crueles tempestades de las pasiones, y entre las encarnizadas luchas de los enemigos que constantemente tratan de hacerla caer. El Espíritu Santo le hace sombra, y con esta sombra divina se sostiene. Santa María es su Escudo y la Torre de Fortaleza en donde la Firmeza adquiere la fuerza y la energía que posee.

10.9.18

De las virtudes y de los vicios: Fortaleza


Novena familia de virtudes: virtudes guerreras.

"Mía es la prudencia, mía es la FORTALEZA", dice el Señor. Pr. 8, 14.
En el Señor reside la Sabiduría y la Fortaleza. Jb. 12, 13.
Jamás traté con los que obran con ligereza. Tb. 5, 17.
Habiendo pues, sido esta mi voluntad, ¿acaso he dejado de ejecutarla por ligereza? 2 Co. 1, 17.


La Fortaleza depende de Dios, pero se puede alcanzar algún tanto con el Sacrificio y el mismo Sufrimiento. La madre de la Fortaleza es la Confianza amorosa y desinteresada. Esta virtud de la Fortaleza es una palanca en la cual solamente puede sostenerse la vida espiritual; es una virtud indispensable para el hombre, es un Don del Espíritu Santo y corona de las virtudes.

Existen cuatro coronas además de la corona de la Perseverancia, que es la mayor; esto es, existen cuatro virtudes principales que son los ejes sobre los cuales deben girar todas las virtudes, para que sean verdaderas. Estas coronas o virtudes son: la Prudencia, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza. Estas cuatro virtudes son hijas del orden, es decir, son hijas mías, porque Yo soy el Orden mismo, y en Mí no puede haber el menor desorden, ni la más mínima disonancia. El Orden soy Yo, y dentro de este Orden eterno existe y existirá todo lo bello, todo lo santo, todo lo bueno, todo lo amable, lo rico, lo precioso, lo puro, lo perfecto, todo bien en el cielo y en la tierra, y en un grado altísimo e infinito que nadie puede llegar a comprender.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

9.9.18

De las virtudes y de los vicios: Condescendencia



La Condescendencia procede de estos tres vicios: Debilidad, Fragilidad y Flaqueza; tiene todos los defectos que se derivan de ellos. Además la Condescendencia Culpable lleva consigo miles de pecados y causa la desgracia de muchas almas. La Debilidad con todos sus vicios campea en la Condescendencia, pues ésta consiste en la debilidad culpable del corazón.

La Condescendencia Propia lleva tras de sí a la Sensualidad. Por lo mismo aleja al Sacrificio, Penitencia y Mortificación.