La Energía es hija de la Firmeza y la que la sostiene en sus cansancios y vacilaciones. Esta virtud intrépida y gallarda se alimenta del Sacrificio y de la Oración, a cuya fuente debe su inquebrantable fuerza. La Actividad, o sea el Amor activo, la inflama y enardece, y con este Amor activo es capaz esta virtud de asombrosas conquistas. La misión de la Energía es ayudar a la Firmeza, al Dominio propio y al Sacrificio. Es la Energía un escudo de hierro en donde se estrellan la Comodidad y el Amor propio. La naturaleza humana se estremece con el contacto de esta virtud, mas todas las virtudes buscan la Energía para ponerse bajo su amparo. La Energía ni de día ni de noche duerme: está siempre en vela con las armas en la mano y pronta a luchar y a vencer. Es una virtud guerrera, sin la cual la pobre criatura es vencida de su propia miseria y corrupción. La energía es como la savia que circula y da vida al campo espiritual de las virtudes morales.
Si la Firmeza es el cuerpo guerrero, ¿a dónde van a ir a dar los tiros del enemigo? La Energía es la sangre de este cuerpo; mas el corazón, ¿saben cuál es?, es la Actividad. Los enemigos de esta fortísima virtud son los ejércitos de Satanás puestos en juego. La Vanidad hace a veces que en sus triunfos se debilite y le lleguen hasta faltar las fuerzas sobrenaturales de la gracia que la sostienen, mas una vez recobradas las fuerzas por la humillación el arrepentimiento, se vuelve la Energía a levantar, erguida y lastrada con la lección del propio conocimiento. Tanto esta virtud de la Energía como la de la Firmeza y otras muchas pueden emplearse, y muchas veces se emplean, para el mal en el campo de Satanás, ayudando a la Obstinación y a la Soberbia; entonces se apartan de la Rectitud que es su brújula, y por lo mismo de Mí, y precipitan al alma en infinitos males.
v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com