Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

24.6.17

Consagración al Inmaculado Corazón de María


Señora y Madre mía, por la conversión y por el perdón de los pecadores;
para desagraviar y glorificar tu Inmaculado Corazón,
y para que pronto veáis cumplido tu deseo de que todos los pueblos de la tierra se consagren a él,
he aquí que yo me entrego por completo a Ti, Virgen Santísima,
y te ruego que te dignes aceptar mi inteligencia y mis facultades,
mis pensamientos y mis deseos,
mis palabras y mis obras,
mi cuerpo y mi alma,
en una palabra: todo mi ser,
pues a tu Inmaculado Corazón consagro todo lo que soy, todo lo que tengo, y con ello me consagro yo mismo para siempre, Madre mía del Carmelo.




Oración final:
Préstame, Madre, tus ojos,
para con ellos mirar,
porque si con ellos miro
nunca volveré a pecar.

Préstame, Madre, tus labios,
para con ellos rezar,
porque si con ellos rezo
Jesús me podrá escuchar.

Préstame, Madre, tu lengua,
para poder comulgar,
pues es tu lengua Patena
de amor y de santidad.

Préstame, Madre, tus brazos,
para poder trabajar,
que así rendirá el trabajo
una y mil veces más.

Préstame, Madre, tu manto,
para cubrir mi maldad,
pues cubierto con tu manto
al cielo he de llegar.

Préstame, Madre, tu Hijo,
para poderlo ya amar,
si Tú me das a Jesús,
¿qué más puedo yo desear?
Y ésta será mi dicha
por toda la eternidad. Amén.

¡Oh dulce Corazón de María,
dame a Jesús, Salvación mía!

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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