Ofrecimiento:
¡Oh, María, Madre mía Inmaculada!, deseando desagraviaros de las ofensas que recibe vuestro Purísimo Corazón, especialmente de las blasfemias que se dirigen contra Vos, os ofrezco estas alabanzas, con el fin de consolaros por tantos hijos ingratos que no os aman, y consolar el corazón de vuestro Divino Hijo, a quien tanto ofenden las injurias dirigidas contra Vos.
Dignáos, dulcísima Madre mía, recibir este mi pobre obsequio; haced que os ame cada vez más, y mirad con ojos de misericordia a esos desgraciados para que no tarden en arrojarse en vuestros maternales brazos. Amén.
Dignate que te alabe; Virgen Sagrada. Dame virtud contra tus enemigos.
(Repetir cinco veces:)
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción a los cielos.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea su Corazón Inmaculado.
Bendita sea su Pureza Virginal.
Bendita sea su Divina Maternidad.
Bendita sea su Mediación Universal.
Benditos sean sus Dolores y Lágrimas.
Benditas sean las gracias con que el Señor la coronó corno Reina de cielos y tierra.
Gloria a María Hija del Padre, gloria a María Madre del Hijo, gloria a María Esposa del Espíritu Santo.
(Tras repetir lo anterior cinco veces, se reza esta oración final:)
Oración:
Madre mía, te amo por los que no te aman, te alabo por los que te blasfeman, me entrego a Ti por los que no quieren reconocerte por Madre.
(Rezar ahora un Padrenuestro, Avemaría y Gloria, en honor y honra de Nuestro Señor Jesucristo, por las intenciones del romano pontífice, por las ánimas del Purgatorio y por la conversión de los pecadores).
Pater noster, qui es in Cælis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat Regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in Cælo et in terra.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostræ. Amen.
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculorum. Amen.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com (Con licencias eclesiásticas).
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