Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

13.9.18

De las virtudes y de los vicios: Lucha



La Lucha no es precisamente una virtud, es una especie de ser espiritual que tiene vida en el fondo del corazón humano; con él nace y con él muere. Reside en el espíritu del hombre, acompañándolo durante toda su vida. La Lucha es un arma que tiene vida, y su vida es el Dolor. Alcanza la Lucha grandes triunfos y conquistas al alma, y adorna con sus triunfos su inmortal corona.

La Lucha es un arma general que combate igualmente en dos campos de batalla, con la gracia y con la naturaleza, con lo bueno y con lo malo, con Dios y con Satanás. Es la Lucha un ser desconocido, y sin embargo, nadie está más cerca del hombre que la Lucha. Cuando la Lucha vence a Satanás, con todas sus maquinaciones, entonces el alma se santifica, y al fin se salva; más cuando pierde y es vencida en las mil contiendas que constantemente acomete, entonces es infeliz y desgraciada el alma.




Hay que saber tomar en la vida espiritual la Lucha, y dirigirla en la defensa del alma y en contra del demonio. El Bautismo es un medio poderoso para atacar al espíritu de contradicción que es Satanás, y pone a este ser, la Lucha, en el camino recto por el cual debe andar.

Todos los Sacramentos enderezan y fortifican a este ser que está dentro del alma, cogiéndole la vida espiritual y empleándolo en su servicio para obtener grandes victorias. Esta arma poderosa existe dentro del hombre para su corona o para su desgracia, según la emplee. ¡Feliz el alma que sabe tomarla para su bien, esta alma casi puede asegurar su triunfo! Aquí tienen la excelencia y virtud del cristianismo, el cual sujeta la naturaleza al espíritu, la razón a la gracia. Los infieles no pueden tener este dominio sobre sus pasiones: la Lucha vence en ellos para su mal, porque la Religión no enfrena a la Lucha. El yugo de la Lucha desenfrenada es la Religión. Es hermosa la Lucha y ayudando al alma a escalar el cielo, porque es intrépida por naturaleza; es la ayuda, diré indispensable de todas las virtudes, pero es horrible y espantosa la Lucha cuando trabaja en el otro campo, pues entonces son incalculables los pecados, y los crímenes, y los horribles vicios en los cuales se precipita el alma que la lleva consigo, hasta sumergirla en la desesperación y en el profundo abismo del infierno. Tómenla por el lado bueno, pues es una arma de dos filos, la Lucha les servirá para su santificación. No se espanten, ya que su ayuda es muy provechosa y necesaria en la vida del espíritu, pues sin Lucha no hay vencimiento, y sin vencimiento no hay cielo.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com