Vicios opuestos a las virtudes guerreras.
Vacilación
La Vacilación es hija de la Duda y de la Soberbia. Satanás la emplea con un éxito admirable para sus maquinaciones. Es un arma muy poderosa que esgrime con sin igual destreza en el campo espiritual de las almas. Es una de sus finas redes con que detiene a miles de almas que debieran ser mías envolviéndolas con especiosas y necias razones y de ningún valor, entreteniéndolas y dañándolas.
Satanás tiende este lazo, sobre todo, en materia de vocaciones, entretiene a las almas débiles con ponerles en su entendimiento una torre muy alta de imaginaciones tontas, necias e insubstanciales. El remedio para este mal consiste en una voluntad muy firme, cortando de raíz la tentación. Digo, después de haber prudentemente madurado tal o cual decisión confiada al juicio prudente de un Director santo, que ora.
La Vacilación lleva en su seno el Amor propio. Si la Vacilación se apodera de un alma, la inutiliza, cortándole las alas para todo lo bueno. Este es un mal más grande de lo que parece a primera vista, el cual de un alma valiente que pudiera volar en el camino de las virtudes, hace un alma apocada; y si debiera alcanzar un alto grado de perfección, se queda a medias, inutilizándose para muchas cosas.
La Vacilación es una peste en el camino espiritual y hace a las almas indecisas y cobardes.
v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com