La Constancia es hija de la Perseverancia y muy parecida a su madre. Es una virtud enérgica y de mucho valor. También es guerrera y empuña sin descanso las armas contra el enemigo. La Lucha es su campo de batalla, su único apoyo está en la Paciencia y su carácter, diré, es de suavidad, pero de una suavidad unida con la Energía y la Firmeza y la Entereza.
Es la Constancia una virtud a la vez que reposa, como que nada le corre prisa, incansable en las penas, trabajos y dolores y cuantos trabajos de alma y cuerpo puedan existir. Ella siempre aparece serena y llena de Paz, pero es porque siempre se alberga en los corazones puros y sacrificados. La Conquista no descansa en las almas inquietas, agitadas y mundanas, sino en la tranquila quietud de una conciencia recta. La Rectitud es su derrotero, y su fin la salvación del alma.