La Actividad nace del Amor divino, es un reflejo del mismo Dios, porque la caridad es el amor que constantemente se da en cualquiera dirección a que se incline el bien, y la Caridad no es otra cosa sino el Amor activo. La Actividad encierra en sí al Dominio propio, a la Firmeza, a la Energía, al Sacrificio, a la Lucha, a la Generosidad y a otras muchas virtudes.
El Sacrificio y la Generosidad son sobre todas las virtudes sus inseparables compañeras. La Actividad crece y se desarrolla tanto cuanto el alma trabaja y merece. La Actividad es un fuego que enciende en el alma el Amor unitivo. La Actividad ni de día ni de noche descansa en el alma feliz que la posee. Ella abarca extensiones inmensas, se abraza de la Cruz sea cual fuere y para ella no hay obstáculo que no venza y traspase inmediatamente con el Sacrificio amoroso.