La Fragilidad procede de la Debilidad natural en el hombre, y en parte de la Ligereza. La que viene de la Debilidad es disculpable, y el hombre mientras viva la llevará siempre consigo, puesto que es también consecuencia del primer pecado que trajo la ruina del mundo; pero la que se deriva del vicio de la Ligereza es siempre reprochable, y en muchas ocasiones de graves consecuencias.
Es la Fragilidad fruto natural del hombre. Todo en él es frágil, deleznable y vano; lleva en su ser a la Inestabiildad y cualquier viento lo mueve de su sitio. El hombre es quebradizo y tan mudable como el viento. Sólo las virtudes pueden solidificar al hombre y espiritualizarlo, y todo lo que no sea ésto, lo arrastrará hacia las pasiones, hasta sumergirlo dentro de los nefandos vicios.