Semana en el Oratorio

Mes de febrero, mes del Amor

Mostrando entradas con la etiqueta formacion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta formacion. Mostrar todas las entradas

13.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 10. Santificación de las pequeñas acciones del día


Además de los grandes trazos que señalan, por decirlo así, la vida o el camino de vida que debe seguir todo fiel cristiano, hay una multitud de acciones pequeñas de suyo indiferentes que importa mucho santificar, e importa tanto más cuanto que, teniendo en cuenta su número, constituyen para el alma una gran pérdida o una gran ganancia espiritual, según sea el caso.

Jamás se repetirá bastante: para hacernos santos, el Sagrado Corazón de Jesús no quiere que cambiemos en todo rigor nuestro modo de vida. Quiere tan sólo que aprendamos a hacer dignos de una eterna recompensa nuestros deberes más vulgares, es decir, las acciones que estamos obligados a practicar todos los días por nuestro trabajo, nuestro estado, o nuestras necesidades. Y a este fin, animarlas de una intención pura y de un amor divino que las transforme y eleve a un orden sobrenatural.

11.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 9. El examen particular


El verdadero creyente y fiel seguidor de Cristo, deseoso, como debe suponerse, de su adelantamiento espiritual y su avance en esta senda, debe hacer con regularidad el examen particular.

Este examen se debe llevar sobre el defecto dominante que uno quiere combatir, o sobre la virtud especial que se desea adquirir.

1º.: Por la mañana se toma una firme resolución de trabajar, o en destruir aquel vicio, o en adquirir esta virtud.

2º.: Hacer al medio día un momento de reflexión sobre este punto, objeto del examen, para ver si ha sido fiel o si ha faltado durante la mañana, y luego hacer un acto fervoroso de contrición de las faltas cometidas.

3º.: Practicar lo mismo por la noche, al mismo tiempo que se hace el examen general de conciencia de las faltas de todo el día.

Quienes tengan poco tiempo libre, podrán hacer su examen particular recogiéndose por el tiempo de una Ave María.

Con una simple mirada a la conciencia se dará cuenta del estado de su alma, y se levantará o fortificará para el resto del día.

9.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 8. Visita al Santísimo Sacramento


Un fervoroso seguidor del Maestro debe vivir dentro del Tabernáculo; su corazón debe llevarle allá lo más frecuentemente posible. Asociado a los ángeles que rodean sin cesar al divino Cautivo, si no le es dado permanecer como ellos en adoración perpetua delante de Nuestro Señor, debe al menos ir con alegría a unir sus homenajes a los de ellos, tan pronto tenga la libertad y la oportunidad de hacerlo.

Muy propio es al creyente presentarse delante del trono Eucarístico con una confianza de hijo, hablar a Nuestro Señor con la sencillez de niño y la sinceridad de amigo. ¿No es El como su más fiel compañero, su dulce Consolador? ¡Oh!, sí: el ojo incisivo de la fe penetra hasta el fondo de la oscuridad del velo que oculta a las miradas mundanas al Maestro más amable, al Padre más tierno, al Amigo más generoso; esto es muy factible.

Representémonos al amantísimo Jesús, tan realmente presente (como lo está de hecho), tan dulce, tan amable, tan poderoso y bueno como lo era cuando vestido de carne mortal recorría Judea, derramando beneficios por todas partes.

Después de adorarle humildemente, expongámosle nuestras penas, nuestras necesidades con entera confianza, diciendo algo semejante:

"Mi buen Jesús, yo vuestro servidor, tengo este negocio espinoso, este temor, esta dificultad, este deseo...; vengo a consolarme en la ternura de Vuestro divino Corazón, y a suplicaros me ayudéis".

Ocupémonos también en los intereses de Jesús:

"¡Qué solo estás!" - le diremos - ", mi dulce Maestro, cómo Os abandonamos y Os desconocemos, a Vos, el más hermoso de los hijos de los hombres. Aceptad en compensación mis pobres homenajes y todo el amor de mi corazón. Daos a conocer, amabilísimo Jesús, haceos amar. Yo quisiera que todos los corazones fuesen conquistas y víctimas de Vuestro amor".

Y añadiremos:

"¡Oh amor!, amor desconocido, amor olvidado, desechado; triunfad, triunfad pronto de mi dureza y de la dureza de todos los hombres. Haced que vengamos a Vuestros pies constantemente, encadenadnos con los dulces lazos de Vuestro amor, y no nos dejéis en la perdición que supondría alejarnos de Vos".

7.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 7. La Sagrada Comunión


El creyente debería vivir de manera que pudiera comulgar todos los días si su confesor se lo permitiese. Al menos, no omitir por su culpa una sola de sus comuniones. Comulgar frecuentemente es corresponder al deseo más dulce e imperioso del Corazón de Jesús, porque el amor quiere la unión, no reposa sino en la unión.

Demos, pues, a nuestro amabilísimo Salvador, tan lleno de amor por nosotros, esta suma complacencia que anhela. La pequeña forma que nos está destinada, y que desde hace algunos días quizá reposa en el Copón, allí está ocultando un Corazón que late de amor por nosotros, que arde de deseo de unirse con nuestro corazón tan miserable, tan indigno. Si pudiéramos comprender sus palpitaciones inefables, las suaves emociones del Corazón de un Dios herido de amor por su ingrata y frágil criatura, ciertamente moriríamos de felicidad.

El creyente que vive cerca del Corazón de Jesús, es el que debe conocerle mejor y amar más, es el ser afortunado a quien toca corresponder plenamente a un tal amor. Nuestras comuniones deben ser frecuentes, humildes, fervorosas. Preparémonos, pues, desde la víspera con piadosas oraciones jaculatorias, y algún pequeño sacrificio ofrecido a un Dios tan bueno, que nos viene a enriquecer con sus dones.

Cuando tengamos a Jesús en el corazón, esforcémonos con ternura filial en consolar a este dulce Salvador del olvido e ingratitud de los hombres, que tan mal pagan su incomparable amor. En el día y durante la hora de adoración, multipliquemos las jaculatorias de acción de gracias, evitemos las menores faltas y, si se puede, hagamos por la tarde una visita al divino prisionero del Tabernáculo para darle gracias de haberse dado de nuevo a nosotros en la sagrada comunión.

5.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 6. La confesión


Quien más ha recibido debe amar más, debe concebir un pesar más grande de las menores faltas cometidas contra su divino Bienhechor, y debe purificarse lo más pronto posible; nunca se recomendará bastante a los devotos adoradores que se confiesen cada poco tiempo, según les aconseje su confesor, a poder ser cada mes.

Debemos excitarnos a una viva contrición de nuestras faltas, confesarlas humildemente, y esforzarnos cada día en que sean menos numerosas y más ligeras.

3.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 5. La Santa Misa


Hay una multitud de métodos excelentes para asistir con fruto al santo Sacrificio de la Misa, no hay necesidad de indicar al verdadero creyente ninguno en particular. La Santa Misa es la continuación del Sacrificio cruento ofrecido en el árbol de la Cruz por Nuestro Señor Jesucristo. Por consiguiente, siendo nosotros hijos del Calvario, tenemos nuestro puesto al pie del altar, donde debemos permanecer como lo hubiéramos hecho al pie de la Cruz, en compañía de la Santísima Virgen, de San Juan, y de Santa Magdalena, consolando y acompañando a Jesús víctima durante tres horas de agonía, como si se nos hubiera sido concedido hallarnos realmente presentes al gran sacrificio de la Cruz.

Debemos unirnos a las disposiciones interiores de los corazones purísimos y constantemente inmolados de Jesús y María, ofrecerse con ellos en sacrificio a la Santísima Trinidad, glorificar a Dios y darle gracias por todos sus beneficios y su compasión para con nosotros.

1.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 4. La meditación y el acto de presentación


Cualquiera que sea la posición o las ocupaciones de un fiel adorador, no hay circunstancia ninguna en que no se pueda hacer alguna meditación. El método indicado más adelante es accesible a todos, y esta santa práctica es más fácil de lo que generalmente se cree.

Toda persona, aún la más sencilla, reflexiona lo que quiere hacer, piensa en lo que ama. Esta es la meditación en el orden natural de las cosas. Respecto a Nuestro Señor, es más fácil todavía, sobre todo cuando se tiene algún amor a este dulce Maestro, algún deseo de imitarle y agradarle.

29.9.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 3. La oración de la mañana


Para fijar nuestra imaginación y nuestro corazón, presentémonos delante del dulcísimo Jesús, como un niño arrodillado delante de su amorosa madre, con las dos manos entre sus manos, y comencemos nuestra oración. Hagamos una oración corta, pero fervorosa, desechando toda preocupación de negocios y todo pensamiento inútil. Cinco minutos bastan para este ejercicio.

Y, ¿qué imaginación, por ligera que sea, no puede fijarse durante un tiempo tan corto y empleando el método indicado arriba?

No entristecerse, ni menos desalentarse por las distracciones involuntarias. El Corazón de Jesús no se ofende por ellas; como una madre que ve a su hijo niño volver la cabeza una y otra vez a cada palabra que le dirige: es enfermedad, debilidad. Y nuestro Señor nos perdona de buen grado. Pero una actitud o posición indolente, divagación continua de espíritu, esto es lo que desagrada a su Corazón y seca la fuente de sus gracias. La oración es el canal que nos las trae, si se hace mal, es un canal que no vuelve a su origen, el Corazón de Dios, y deja nuestra alma seca, árida, sin fuerza para practicar la virtud durante el resto del día.

27.9.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 2. Al despertar


Presentémonos a Jesús presenciando nuestro despertar como una madre el de su hijo. Arrojémonos en sus brazos con filial confianza, y digamos desde el fondo del alma: "Dios mío, Os adoro, Os amo, Os doy mi corazón; ocultadme en la Llaga de Vuestro dulcísimo Corazón, oh Jesús, y durante este día preservadme de la desgracia de incurrir en Vuestro desagrado".

Hágase luego la señal de la Cruz en la frente, en la boca, y en el corazón diciendo:

"Padre eterno, Os consagro todos los pensamientos† de mi alma; Verbo encarnado, Os ofrezco todas mis palabras†; Espíritu Santo de Amor, Os dedico todos los afectos† de mi corazón".

Armados así para el diario combate, levantémonos prontamente, desechando toda pereza. Este primer sacrificio fortifica el alma y atrae sobre ella una especial bendición del Señor para el día entero.

26.9.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 1. Introducción


"Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón".

El amor no es conocido, el amor no es amado..., exclamaba San Francisco de Asís, derramando torrentes de lágrimas. ¿Qué diría si viera a los hombres ingratos alejarse más y más del tierno y generoso Salvador que los ha rescatado con el precio de toda su sangre?

¡Ah!, que haya al menos corazones abnegados que se levanten y rodeen a nuestro divino Maestro, diciéndole a cada hora: "Señor, si nuestros hermanos ingratos rechazan Vuestro amor, Os llenan de ultrajes, tratan de que se olvide Vuestro santo Nombre, nosotros queremos, por nosotros mismos y por ellos, amaros, glorificaros y, si es posible, conquistar para Vos todos los corazones".

Con este objeto, el verdadero adorador debe, no sólo santificar su hora dedicada al Señor, sino distinguirse por una vida ejemplar y por el fiel cumplimiento de la voluntad de Dios. Con este fin vaya a la escuela del Corazón de Jesús, y trate de copiar trazo por trazo y rasgo por rasgo este divino Modelo, puesto que nadie entrará en la gloria si no se parece a este original.

2.1.18

¿Y después de la muerte?


¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? (Mateo 16.26).

La gente cree que con la muerte acaba todo... Al revés, con la muerte comienza todo.

Para bien, si te has salvado en el Cielo, para mal si te has condenado en el Infierno.

27.12.17

Los conceptos básicos que todo cristiano debería conocer


MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS:
I.- Amarás a Dios sobre todas las cosas. (Pecan contra este Mandamiento quien cree en el horóscopo, en supersticiones: mala suerte, los martes y trece, romper espejos, derramar sal, etc.)

II.- No tomarás el nombre de Dios en vano. (Se prohíbe jurar en falso, jurar sin necesidad -en realidad, la Palabra de Dios prohíbe decir cualquier tipo de juramento, por lo tanto lo mejor es no jurar bajo ninguna circunstancia, ni siquiera cargos públicos o las llamadas "juras de banderas", porque todo el que jura, comete pecado-, decir blasfemias, etc.)

III.- Santificarás las fiestas. (Nos obliga este Mandamiento a oír Misa entera los domingos y días de fiesta o vísperas. Son excusados de oír Misa los enfermos o los que por causa grave, o de trabajo, no pueden asistir; quien llega a Misa cuando ha empezado el Credo no cumple con el precepto, tiene que oír otra Misa. También prohíbe este Mandamiento trabajar sin necesidad los domingos y días festivos)

IV.- Honrarás a tu padre y a tu madre. (En este mandamiento se incluye la obediencia y la atención a nuestros mayores).

V.- No matarás. (Respetar TODA la vida del prójimo, también se prohíbe vender o consumir droga y el aborto voluntario o la eutanasia; asimismo pecan gravemente contra este Mandamiento quienes favorecen el aborto con su voto a partidos políticos abortistas o hacen manifestaciones a favor del aborto. También pecan contra este mandamiento quienes escandalizan a otros con malos ejemplos o palabras induciéndoles a pecar: pornografía, revistas, TV, Internet, etc.).

VI.- No cometerás actos impuros. (Se nos prohíbe el adulterio, la prostitución, el amor libre -es decir, hacer el acto sexual con cualquiera que no sea la esposa o esposo propios-, las prácticas homosexuales o lesbianas, la masturbación y las relaciones prematrimoniales entre novios. También se peca quienes escandalizan con ejemplos o palabras a través de medios públicos o/y sociales).

VII.- No robarás. (Para que se perdone este pecado, además de arrepentirse y confesarlo, hay que devolver lo robado -es decir: la restitución-; faltan también a este Mandamiento los empresarios que defraudan en horario y sueldo a sus trabajadores y los empleados que no trabajan lo debido. También los políticos corruptos o los casos en los que se favorece la corrupción).

VIII.- No levantarás falso testimonio ni mentirás. (Se nos prohíbe la calumnia o difamar al prójimo: decir contra ellos falsedades y mentiras; siempre cuando se nos diga algo malo contra alguien hay que escuchar a las dos partes o, mejor aún, no prestar oídos a murmuraciones de ningún tipo. Fijarse solamente en los defectos propios y excusar los de los demás).

IX.- No consentirás en pensamientos ni deseos impuros. (Sentir no es consentir, así si nos asaltan deseos impuros hemos de rechazarlos; en sentirlos no hay pecado: en rechazarlos hay mérito. Hemos de eliminar de nuestras vidas todo aquello que nos impida mirar con los ojos de Dios, con limpieza, como: películas, revistas, tebeos, vídeos pornográficos, donde el desnudo va encaminado a excitar en nosotros pensamientos impuros. Tanto para guardar este Mandamiento, como el sexto, son imprescindibles: comunión frecuente, devoción a la Virgen (con el Rosario diario, las Tres Avemarías...) lectura de la Biblia, vidas de Santos, buenos libros, deportes, apartarse de las ocasiones que sepamos nos pueden hacer pecar, y la ociosidad, que es madre de todos los vicios).

X.- No codiciarás los bienes ajenos. (Desear riquezas por medios ilícitos o envidiar negativamente a quien le vayan bien las cosas).

15.11.17

Solo una centella de amor


Sienten su destierro los que de verdad aman a Dios, teniendo por tanto dolor, al no poderle gozar. ¡Ay de mí! -decía el santo Rey David- que estoy condenado al cautiverio de esta cárcel, desterrado del Cielo, para donde fui creado, y a donde espero ver a Dios, y gozar de su divina paz.

Y nuestra santa madre Santa Teresa, suspirando al Señor exclamaba: "muero porque no muero", y San Juan de la Cruz, en "Llama de amor viva", añade: "Acaba ya, si quieres, rompe la tela de este dulce encuentro". Amigo, los que verdaderamente aman a Dios sienten su destierro, y no los tibios, que no tienen centella alguna del fuego sagrado, y éstos no lloran su destierro porque, entretenidos con las criaturas de aquí abajo, se olvidan de su Creador.

10.11.17

Las tres prerrogativas del Escapulario Carmelitano


Primera: En este privilegio, nos adopta María Santísima a los Carmelitas, y a todos los que visten el escapulario, por especiales hijos suyos. Esta filiación, y adopción espiritual, no es la común y general de la que gozan todos los fieles por la gracia Santificante, sino es más especial, al estar específicamente destinada a los hijos del carmelo.

Segunda: El segundo privilegio de esta Vestidura Celestial de Ntra. Sra. del Monte Carmelo es, quien devotamente la vistiese, no padecerá fuego eterno. Esto es: que alcanzará con su eficaz intercesión de su amantísimo Hijo, le dé auxilios eficaces para que en esta vida se arrepienta, muera en gracia y, por tanto, se salve. Este es el genuino sentido de la promesa de la Virgen Carmelitana.

8.9.17

¿A quiénes deberemos aplicar el sufragio, indulgencias y sacrificios por las ánimas del purgatorio?


Es una pregunta que a veces nos podemos hacer: a cuales ánimas debemos aplicar, y de acudir primero, después de haber satisfecho las obligaciones de justicia (o sea: atender y orar por nuestros familiares). Parece que la piedad nos pide que hagamos socorro y auxiliemos a las ánimas que mayor desamparo padecen, preciándose el Señor de ser amparo de los desamparados.

Otros, sin embargo, prefieren rogar por las que están más cerca de ver a Dios, y les queda menos por llegar a su visión beatífica y alcanzar el Reino Eterno. Con ello, conseguimos que atajen sin dilación hacia la vista clara de Dios.

13.6.17

Las gracias, ¿se reparten desigualmente por parte de Dios?


Podríamos definir a las gracias divinas, en lenguaje coloquial y fácil de entender, como "favores" que Dios les otorga a los hombres. Para recibir una gracia divina no hay por qué hacer necesariamente nada especial, Cristo nos da un ejemplo cuando habla de la posibilidad de salvación de los ricos: "para los hombres es imposible, pero no para Dios" (Lucas 18:27), en clara referencia a que si Dios lo desea, el rico puede salvarse.

No obstante es cierto que, y así lo entendió la Iglesia desde bastante antiguo, para facilitar la recepción de las gracias la persona a de tener una cierta, digamos, "predisposición". Dios derrama múltiples gracias a todos, y de todo tipo, pero ni aún los cristianos más fervorosos son a veces capaces de aprovecharlas en toda su amplitud. Las gracias no aprovechadas simplemente se pierden, dejando de realizar su cometido santificador y pudiendo hacer que la persona, a su vez, se aleje más y sea más inaccesible a nuevas gracias.

24.4.17

¿Existe el Purgatorio?


Sí, menuda pregunta, ¿verdad? ¿Quién la es capaz de responder? "Sí", "no", "sí existe en parte", "no existe pero existe algo parecido"... Nadie actualmente se aclara a este respecto, sea cualquiera la confesión religiosa o cristiana que sea, no hay tema en el que no haya más confrontación, dudas, interrogantes, e incluso abierta incoherencia.

Y más aún últimamente, donde ha cobrado fuerza una corriente de opinión que niega la existencia del purgatorio, e incluso niega el mismo infierno. Esa creencia ha partido de influencias evangélicas, que rechazan el purgatorio, y ha cobrado gran fuerza por el apoyo de algunos papas. De hecho, Benedicto XVI ha llegado a negar el mismo infierno, afirmando que tanto el purgatorio como el infierno son simplemente "estados del alma". Ahora bien, ¿cómo se ha llegado a semejante disparate? Para entenderlo hay que entender qué es en lo que creen (más bien, en lo que no creen) los evangélicos y luteranos, que es de donde parte la raíz de todo esto embrollo.

10.4.17

El panecillo de san Elías


Se lee en el libro primero de los Reyes: "Se levantó Elías y fue a Sarepta. A la entrada de la ciudad vio a una viuda que recogía leña. Elías la llamó y le dijo: 'Tráeme, por favor, un poco de agua en tu cántaro para beber'".

Ya se lo iba a buscar, cuando Elías la llamó de nuevo: 'Tráeme también un panecillo'. Ella le respondió: 'Por Yahvé, tu Dios, no tengo tan siquiera una torta; no me queda nada de pan; solo me queda un puñado de harina en la orza y un poco de aceite en la alcuza. Estoy recogiendo, corno ves, unos palos para hacer fuego, cocer lo último que comeremos y luego disponernos a morir'.

No endurezcáis vuestros corazones


Por una parte el faraón es obstinado, pero también es cierto que Dios ha endurecido su corazón. Es un error dar la responsabilidad sólo al hombre o exclusivamente a Dios. Hemos visto que Dios ha creado al hombre con la capacidad de escoger y de decidir y Dios respeta al hombre en cuanto a esto. En la Biblia, el mensaje de salvación siempre es actual: "si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones".

El faraón pide ayuda cuando le conviene y Moisés intercede por él. De todos modos, Moisés se da cuenta de que el faraón no teme verdaderamente al Dios de Israel. Hasta la noche, después de la muerte de los primogénitos, deja marchar al pueblo y les dice:

"...id. Y rogad a Dios por mí". Es una confesión que sale de sus labios, pero no de un corazón sincero. Su corazón está dividido. El no quiere perder sus esclavos, los persigue y muere. En efecto, Dios le hace entender con pruebas, señales, milagros, prodigios y maravillas que Él es el Señor y aparte de Él no hay otro Dios. En el tiempo preestablecido, Dios levanta su mano en juicio, porque no tolera la idolatría.

El sacrificio de Abraham y el sacrificio de Jesús


Yavé-Yiré: El Señor da lo necesario. ¡Si, Dios intervino en el momento oportuno! A veces, posiblemente, queremos tener experiencias tangibles del poder de Dios como Abraham, pero no nos gusta pasar por la prueba ni obedecer. Dios vio todo lo sucedido en el monte Moria sin perder un solo detalle. Este es el monte sobre el cual fue construido el templo de Salomón, según narra 2 Crónicas 3:1, y la región de Moria es justamente la que rodea Jerusalén. Nuestro Señor Jesús murió realmente en la región de Moria, fuera de Jerusalén, sobre la colina del Gólgota. Dios mismo dispuso el sacrificio, dando su único Hijo, cuando cargó con nuestros pecados.

Tener un Padre en el Cielo me hace estar tranquilo y confiado. Quien obedece al Padre llega a ser verdaderamente, libre, quien sirve al Padre, tiene alegría. Cuando somos honestos, vemos que Dios es de veras el Señor. Cuando escuchamos, Dios habla. Cuando obedecemos, suceden milagros.

Fr. v.Bodelschwingh