Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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3.9.17

Ofrenda perpetua a beneficio de las ánimas del purgatorio


Señor y Dios mío, por satisfacer a la obligación de servir aquellas ánimas benditas del purgatorio, profeso el querer vivir en este mundo en nombre de dichas ánimas, como si ellas me hubiesen enviado para conseguir de vuestra Divina Misericordia el librarlas de aquellas penas, para satisfacer por ellas a vuestra Divina Justicia, mediante la Sangre que derramaste en vuestra Santísima Pasión, que a este efecto os ofrezco, juntamente con los merecimientos y sufrimientos de vuestra Santísima Madre y mi Señora la Virgen María del Monte Carmelo, y de todos los santos; y cuanto obrare con vuestra gracia en este día, en los demás días del resto de mi vida sobre este mundo, de todo hago donación a las ánimas del purgatorio, siendo mi intención el ganar todas las Indulgencias que pudiera, y de obrar absolutamente en su nombre, y en satisfacción de aquello que debieran padecer: os ofrezco todas mis oraciones, obras de piedad, sacrificios, penitencias y demás actos de devoción, rogándote me deis la gracia eficaz para poder obrar siempre de manera agradable a vuestra Divina Majestad, primero en alivio de aquellas ánimas benditas que debo por obligación de justicia y caridad, y después por aquellas que vuestra Divina Majestad más se inclinare y fueren de vuestra mayor gloria. Y a este fin las pongo también en las manos de vuestra Santísima Madre, para que las dispense a quien fuere de mayor agrado vuestro, y me ofrezco yo a padecer en este, y en la otra vida, el Purgatorio con el fin de que ellas no lo padezcan o al menos ver reducidos sus padecimientos, como caridad hacia mis hermanos. Todo ello para tu mayor gloria, Señor Jesucristo, la de vuestra Santísima Madre, y mi santificación.

Ánimas benditas: por el deseo que me asiste de serviros, alcanzadme con vuestros ruegos perdón de mis pecados, y espacio de penitencia para cobrar las gracias perdidas, y todo sea para honra y gloria de Nuestro Señor JesuCristo, de su Santísima Madre, y de todos los Ángeles, de la Iglesia Triunfante y Militante. Amén.

30.10.17

El amor de Dios


Nos ergo diligamus Deum, quoniam Deus prior dilexit nos.
Pues amemos nosotros a Dios, por­que Dios nos amó primero (1 Jn., 4, 19).


Considera, ante todo, que Dios merece tu amor, porque Él te amó antes que tú le amases, y es el primero de cuantos te han amado (Jer., 31, 3). Los que primeramente te amaron en este mundo fueron tus padres, pero no sintieron ni pudieron tenerte amor sino después de haberte conocido.

Más antes que tuvieras el ser, Dios te amaba ya. No habían nacido ni tu padre ni tu madre, y Dios te amaba. ¿Y cuánto tiempo antes de crear el mundo comenzó Dios a amarte? ¿Quizá mil años, mil siglos antes? No contemos años ni siglos. Dios te amó desde la eternidad (Jeremías, 31, 3).

15.5.18

Diario de Santa Gemma Galgani [26]


Miércoles, 15 de agosto de 1900
En este estado de aridez y de falta de Jesús he durado hasta hoy miércoles.

Desde el viernes no le he vuelto a sentir. El Confesor me asegura que es en castigo de mis pecados o para ver si puedo pasar sin Jesús y estimularme a amarlo todavía más. He estado siempre sola, quiero decir, sin Jesús. El Ángel de la Guarda no me ha dejado ni siquiera un segundo, y no obstante, ¡cuántos defectos y cuántas faltas en su presencia! ¡Dios mío, tened misericordia de mí! He comulgado todos los días, pero Jesús como si no existiera. ¿Querrá Jesús dejarme también sola en una solemnidad tan grande como es ésta? La Comunión la he hecho con algo más de consuelo, pero sin sentir a Jesús. He rogado mucho durante estos días, porque quiero una gracia de Jesús.

11.9.18

Sábado, día de nuestra Señora Santa María del Carmelo (8)



- ¿Podemos dar por concluidas las causas literales y místicas, litúrgicas, bíblicas y aún aritméticas, de la consagración del sábado a la Madre de Dios?
Hemos terminado, aunque sea el bosquejo de ese grandioso cuadro, recogiendo y declarando cuanto dicen los padres y Doctores en el particular, y añadiendo aún algo de nuestra cosecha. Ahora debemos pasar a hacer una reseña de las prácticas con que podemos honrar a Nuestra Señora, especialmente en los días sábados, y esto es también lo más importante y provechoso de nuestro trabajo.

12.10.17

El secreto para enfrentarse a la vida hasta llegar a la Vida


Dice nuestra madre Santa Teresa de Jesús en el capítulo 13 de su vida que el único medio para aprovechar y avanzar en el amor de Dios es hacer cuenta como si no existiera en la tierra nada fuera de Dios, y nuestra alma, y esta consideración fue el fundamento de su santidad y amor. Así, para sobrellevar a todo lo que nos enfrentemos, bien el religioso en su monasterio o convento, o el seglar entre el pueblo, debe hacer como si solo Dios y él viviesen en el mundo, al menos en lo que no nos toca a nosotros, sin mezclarse así con habladurías, entretenimientos y mediocridades que nos suponen un atraso para avanzar y nos ensucian la visión del alma hacia Dios.

Mirémonos, pues, a nosotros mismos, llorémonos a nosotros mismos, y apartemos los ojos de censurar a los demás. Porque la gente del mundo está constantemente mirando hacia los otros, y no a sí misma, y así murmuran unos de otros cuando deberíamos estar conociendo y profundizando en nuestra flaqueza y fragilidad, y enmendándonos útilmente a nosotros mismos.

25.8.21

Luces Matutinas: 13. Cuando miro al cielo...



"¡Qué sórdida me parece la tierra cuando miro al cielo!". Así decía San Ignacio de Loyola, el cual después que cayó en la cuenta de esto, miraba tanto al cielo que algunos le conocían por este rasgo: "aquel señor que mira mucho al cielo".

El sitio debe ser precioso. Porque si en este mundo, que es de prueba para buenos y malos, hay tantas preciosidades, ¿qué habrá en aquel sitio hecho para regalo, para felicidad, para gloria, y un lugar que ha sido ganado por los méritos de Jesucristo? Luz, bienestar, esplendor, lujo, delicias, bellezas sin igual...

La compañía será deliciosa. Todos buenos. Ni uno sólo con pecado. Todos santos. Los mejores hombres y las mejores mujeres. Los ángeles, los confesores de Cristo, las santas vírgenes, los santos mártires, los apóstoles... Abraham, Moisés, David, Isaías, los Macabeos, San Agustín, San Jerónimo, Santo Domingo, San Ignacio, San Luis, San Estanislao, Santa Inés, Santa Cecilia, Santa Teresa de Jesús, etc. etc. ¡El glorioso Patriarca San José!, el santo más amable de todos. ¡La gloriosísima y buenísima Virgen María, nuestra Madre del Carmelo! ¡Nuestro Señor Jesucristo! Dios, en fin, con toda su bondad y santidad.

La unión con esta compañía será íntima. De la más estrecha amistad y más alegre caridad, conociéndonos, tratándonos y amándonos todos.

La vida la más deleitosa y alegre en todos los sentidos, llena de amor sin concupiscencia, llena de afecto sin peligro, llena de deleite sin bajeza, llena de placer sin hastío, llena de libertad sin tropiezo, llena de todo lo bueno, sin sombra de malo.

La ocupación, amar. Amar y alabar a Dios. Amar y conversar con los santos. Y gozar. Gozar de la vista siempre nueva de Dios, y de las infinitas cosas que Dios nos enseñará en toda una eternidad segura que nos resta... ¿Qué hará Dios en toda esa eternidad? En fin, gozar en el alma y en el cuerpo, en las potencias y sentidos. Pero todo con suma dignidad y limpieza, con insigne pureza y delicadeza, aunque con sumo placer en todo.

Sobre todo ver a Dios, amar a Dios, verle que nos ve, verle que nos ama, verle que se complace en todos y cada uno de nosotros, en que le veamos, le amemos y seamos felices...

Cuando miro al cielo..., ¡qué sórdida es la tierra!

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




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15.4.21

La oración



Hemos dicho que el primero y principal de los sufragios es la Santa Misa; a éste sigue inmediatamente la oración, por la cual rendimos a Dios el culto y adoración que por infinitos títulos le debemos. Valorando los autores místicos la importancia de la oración, dicen que tan necesaria como es al cuerpo la comida, lo es al alma la oración.

La consecuencia que hemos de sacar de esto es que si ningún día se nos pasa sin comer, a fortiori tampoco se nos debe pasar sin orar.

4.9.17

La necesidad de las obras de piedad


Muy devota de las ánimas del purgatorio fue la madre Catalina de San Angelo, hija de padres muy nobles, y ella muy humilde. Fue esta la virtud en que más atención puso, y para conseguirla, no había bajeza que no se atribuyera. Temía ser honrada, por lo que pudiera apartarla de Dios. En el ropero, en la enfermería, en ministerios semejantes se hallaba más contenta; y con tanto silencio y caridad procedía en todos, que era edificación a los demás. En el coro, aún después de perdida su salud, era perseverante, y las horas de oración siempre las hacía de rodillas, y con lágrimas, especialmente cuando iba a comulgar.

Los largos tiempos que del sueño le quitaba su enfermedad, los dedicaba al trabajo manual, a la lectura de libros devotos y a la ayuda de las ánimas del purgatorio. Así espiró, en olor de santidad.

10.7.18

Novena a Ntra. Sra. la Virgen del Carmen. Día 4


Novena a Nuestra Señora la Virgen del Monte Carmelo

¡Madre del Carmelo! Vengo a tus plantas lleno de gozo y de esperanza.

De gozo, porque sé que tu escapulario es "el canal abundante por donde bajan raudales continuos de gracias y de favores sobre el mundo; el bendito vestido espiritual que protege a los hombres por los difíciles caminos de la vida; el áncora de salvación en las múltiples borrascas espirituales y temporales; el escudo defensor en las luchas contra los enemigos del alma y contra los peligros del cuerpo".

Y de esperanza, porque tu Escapulario es "señal segura de predestinación; garantía de un feliz éxito en el tránsito a la eternidad; llave que abre las puertas del cielo", pues como Tú misma dijiste: "El que muera con mi Escapulario no se condenará".

Yo sé, Madre, que "Tú eres siempre el camino que conduce a Cristo y que todo encuentro contigo no puede menos de terminar en encuentro con Cristo mismo".

Tú conociste, Madre, las penas y tribulaciones de aquí abajo, la fatiga del trabajo cotidiano, las incomodidades y estrecheces de la pobreza y los dolores del Calvario.

Por eso acudo a Ti, Madre del Carmen, en esta Novena, "para que socorras las necesidades de la Iglesia y del mundo, escuches benignamente los clamores de paz que a Ti se elevan desde todos los confines de la tierra, ilumines a los que rigen los destinos de los pueblos y obtengas de Dios la paz verdadera que se funda sobre las bases sólidas y duraderas de la justicia y el amor", también por mis necesidades, por las almas del purgatorio y por nuestra salvación eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor. Así sea.


28.1.18

Paz del que ama a Dios a la hora de la muerte


Justorum animae in manu Dei sunt; non tanget illos tormentum mortis; vlsí sunt oculis insipientium morí, illi autem sunt in pace.
Las almas de los justos están en la mano de Dios y no los tocará tormento de muerte. Pareció que morían a los ojos de los insensatos, mas ellos están en paz. (Sb., 3, 1).


"Justorum animae in manu Dei sunt" ("el alma del justo está en las manos de Dios"). Si Dios tiene en sus manos las almas de los justos, ¿quién podrá arrebatárselas? Cierto es que el infierno no deja de tentar y perseguir hasta a los Santos en la hora de la muerte, pero Dios, dice San Ambrosio, no cesa de asistirlos y de aumentar su socorro a medida que crece el peligro de sus fieles siervos (Jos., 5).

Aterrado se quedó el criado de Elíseo cuando vio la ciudad cercada de enemigos. Pero el Santo le animó, diciéndole: "No temas, porque muchos más son con nosotros que con ellos" (2 R., 6,16), y le hizo ver un ejército de ángeles enviados por Dios para defenderle.

9.4.21

Caridad ejercitada con las almas del Purgatorio



En la página 165 de la Vida de la sierva de Dios sor Francisca del Santísimo Sacramento, carmelita descalza de la ciudad de Pamplona, escrita por D. Miguel Bautista de Lanuza, se lee:

"La Venerable Francisca tenía dadas a las almas del Purgatorio todas sus satisfacciones, las penalidades que padecía, y lo que trabajaba corporalmente, en que fue incansable. Rezaba a todas horas por ellas el Santo Rosario, repetía en las cuentas algunas devociones enseñadas de su propio afecto, como decir: 'Jesús, ayúdalas'. Y otras veces: 'Requiescant in pace' ('Descansen en paz'). Andaba llena de cuentas y medallas de indulgencias que procuraba ganar en las cinco Estaciones, y los días de Comunión les aplicaba estos sufragios. No daba paso que no fuese por ellas, y en siendo treinta y tres, los ofrecía en reverencia de la vida de Cristo, y cuando eran en mayor número a la de nuestra Señora, y si doce a los Santos Apóstoles, porque iba siempre con el rosario en las manos y podía llevar cabal esta cuenta. Los días de fiesta les rezaba muchos Oficios de difuntos, procuraba con los más devotos sacerdotes que celebrasen por esta intención, y que otras personas ricas les hiciesen decir Misas y aplicasen Bulas".

"Ayunaba los más días del año a pan y agua, tomaba recias disciplinas en horas enteras, y traía rigurosos cilicios. Era tan continuo el llanto en que se deshacía su corazón viéndolas padecer, que dijo en sus relaciones: 'como veo tan de ordinario las grandes penas que padecen las santas almas del Purgatorio, es tanto lo que lloro, sin ser en mi mano, que me parece he de cegar".

19.11.17

El auténtico valor del tiempo


Fili, conserva tempus.
Hijo, guarda el tiempo. (ecl., 4, 23).


Procura, hijo mío -nos dice el Espíritu Santo-, emplear bien el tiempo, que es la más preciada cosa, riquísimo don que Dios concede al hombre mortal. Hasta los gentiles conocieron cuánto es su valor. Séneca decía que nada puede equivaler al precio del tiempo. Y con mayor estimación lo apreciaron los Santos.

San Bernardino de Sena (Serm. 4, post Dom I Quadr., c. 4) afirma que un instante de tiempo vale tanto como Dios, porque en ese momento, con un acto de contrición o de amor perfecto, puede el hombre adquirir la divina gracia y la gloria eterna.

18.5.18

Diario de Santa Gemma Galgani [29]


Sábado / Domingo,18-19 de agosto de 1900
[La Madre María Teresa, acompañada de Jesús y de su Ángel de la Guarda, viene a dar gracias a Gema y vuela al cielo].

Jesús me ha hecho conocer esta mañana en la sagrada Comunión que la Madre María Teresa volará esta noche al paraíso. Nada más por ahora.

Jesús me había prometido darme una señal.

Llega la medianoche, y nada todavía. Dan las doce, tampoco. A las doce y media me pareció que la Virgen venía a avisarme de que se acercaba la hora.

3.11.17

La importancia de la salvación


Rogamos autem vos fratres..., ut vestrum negotíum agatis.
Mas os rogamos, hermanos..., que hagáis vuestra hacienda (Ts., 4, 10-11).


El negocio de la eterna salvación es, sin duda, para nosotros el más importante y, con todo, es el que más a menudo olvidan los cristianos. No hay diligencia que no se practique ni tiempo que no se aproveche para obtener algún cargo, o ganar un pleito, o concertar un matrimonio... ¡Cuántos consejos, cuántas precauciones se toman! ¡No se come, no se duerme!

Y para alcanzar la salvación eterna, ¿qué se hace y cómo se vive? Nada suele hacerse; antes bien, todo lo que se hace es para perderla, y la mayoría de los cristianos viven como si la muerte, el juicio, el infierno, la gloria y la eternidad no fuesen verdades de fe, sino fabulosas invenciones poéticas o cuentos de fantasía.

10.10.17

Todos seremos juzgados


Cognoscetur Dominus iudicia faciens.
Conocido será el Señor que hace justicia. (Sal. 9, 17)


No hay en el mundo, si bien se considera, persona más despreciada que nuestro Señor Jesucristo. Más se atiende a un pobre villano que al mismo Dios; porque se teme que ese villano, si se viere demasiado injuriado y oprimido, tome ruda venganza, movido de violento enojo. Pero a Dios se le ofende y ultraja sin reparo, como si no pudiera castigar cuando quisiere (Jb., 22, 17).

Por estas causas, el Redentor ha destinado el día del juicio universal (llamado con razón en la Escritura "Día del Señor"), en el cual Jesucristo se hará reconocer por todos como universal y Soberano Señor de todas las cosas (Sal. 9, 17). Ese día no se llama día de misericordia y perdón, sino "día de ira, de tribulación y de angustia; día de miseria y desventura" (Sof., 1, 15). Porque en él se resarcirá justamente el Señor de la honra y gloria que los pecadores quisieron arrebatarle en este mundo. Veamos cómo ha de suceder el juicio en ese gran día.

26.9.17

Así es la muerte del hombre justo


Pretiosa in conspectu Domini mors sanctorum eius.
Es preciosa en la presencia de Dios la muerte de sus Santos. (Ps., 115, 15).


La muerte, mirada a la luz de este mundo, nos espanta e inspira temor; pero con la luz de la fe es deseable y consoladora. Horrible parece a los pecadores, mas a los justos se muestra preciosa y amable. "Preciosa -dice San Bernardo- como fin de los trabajos, corona de la victoria, puerta de la vida" (Pretiosa tamquam finis laborum, victoriae consummatio, vitae ianua. (Trans. Malach.)).

Y en verdad, la muerte es término de penas y trabajos. El hombre nacido de mujer, vive corto tiempo y está colmado de muchas miserias (Jb., 14, 1).

8.11.17

El auxilio de Nuestra Señora del Carmelo, esencial


Amigos lectores: sin Nuestra Santa Madre María, no se llega a la Patria Celestial. Con su ayuda y su amparo podremos dejar lo malo, y abrazar lo bueno. Pues, queridos amigos, no llevamos de este mundo otra cosa que las obras; con esta proposición hemos de obrar, y meditar al menos un cuarto de hora (¡cuando tenemos tantos ratos desperdiciados en vanas tareas!), si es posible ante el Santísimo. Así, considerando las verdades eternas, que tanto nos han de importar, debe dolernos no tenerlas siempre presentes, pues es este el principal negocio al que debemos dedicarnos, que excluye en importancia cualquier otro, puesto que de esta memoria y su consideración pende una buena muerte.

Solo así podremos enfrentarnos ante el juicio de Dios, evitando penar para siempre en los infiernos, y escapar, o tener menos condena, en el Purgatorio. Y el gozar eternamente de Dios.

12.9.17

Todo lo creado es nada frente al Señor


Hermanos lectores: si consideramos cuantos, y cuales, son los bienes que nos prometen en el Cielo, dice San Gregorio, despreciaríamos por viles cuantos hay en la tierra. Porque todo lo terreno, comparado con lo Celestial y eterno, por rico que sea, es nada, y por deleitoso que parezca, se acaba volviendo una carga: carga por cuidarlo, carga por temer perderlo, carga por obtenerlo, carga por el imprevisible futuro. Nada de lo terrenal satisface, nada consuela, todo lo de acá deja el corazón vacío.

Ea, pues, almas, tiempo es este de negociar, para ser rico por una eternidad, y si queremos pisar las estrellas con los pies descalzos, como dice nuestra madre Santa Teresa, conviene antes descalzarse de todos los afectos de la tierra, en la cual somos peregrinos, y atender a purificarnos, pues no entra en el Cielo mancha alguna. Pasemos en esta vida penas temporales, si queremos gozar de los eternos gustos.

12.5.21

Propiedades agua bendita



Ventajas del uso del agua bendita, que consiguen los fieles que la toman o emplean devotamente, como leemos en las oraciones con que la bendice la Iglesia para remedio de nuestras necesidades espirituales y corporales.

UTILIDADES ESPIRITUALES

- 1.a Dice así el Misal al echar sal en el agua: "Que seas hecha sal exorcizada o conjurada para la salud de los creyentes". "Ut efficiaris sal exorcizatum in salutem credentium".

- 2.a Y se aparte y huya del lugar donde fueres derramada, toda fantasía, maldad, astucia y engaño del diablo. "Et effugiat a loco in quo aspersum fueris, omnis phantasia et nequitia, vel versutia diabolicae fraudis".

- 3.a Conjurado por El (por Jesucristo), expele toda infección del espíritu inmundo, o sea toda tentación lasciva. "Adjuratus per eum, discedit omnis spiritus immundus".

- 4.a Se perdonan por ella los pecados veniales. "Sit omnibus sunmentibus, salus mentis".

- 5.a Aleja todas las asechanzas ocultas del enemigo. "Discedant omnes insidiae latentis inimici".

- 6.a Por la invocación del santo nombre de Dios se libra uno de los malos pensamientos. "Per invocationem Sancti Nominis Dei, omnis infestatio immundi spiritus abigatur".

- 7.a Y a todos los que pedimos con viva fe la asistencia del Espíritu Santo, donde quiera que nos hallemos se nos da. "Et praesentia Sancti Spiritus nobis misericordiam tuam poscentibus ubique adesse dignetur".

11.8.17

Librémonos del Purgatorio aquí, que luego difícilmente encontraremos quién nos auxilie


Si supiéramos considerar como los santos las verdades del purgatorio, desearíamos todos, como ellos, lo que desearon, y padecer en esta vida, para no padecer en la otra. A este respecto decía San Agustín: "Castigadme, Señor, aquí; quemadme aquí, cortadme aquí, para que merezca salir de aquí absuelto y perdonado". Y la madre Santa Teresa siempre clamaba al Señor: "Padecer, o morir", y San Juan de la Cruz decía: "padecer, y ser menospreciado por ti, Señor, en esta vida, para merecer la vida tuya en la otra". Dios, que les oye los deseos, como peticiones, acomodándose a lo que ellos desean, les da el purgatorio en esta vida, así para que merezcan la gloria, como para que suban más aprisa a gozar de ella.

Por ello quiere la Santa Iglesia, enseñada por el Espíritu Santo, que estas verdades se prediquen, y se propongan al pueblo muchas veces, para que predicándose, se consideren, y considerándose, cese con la consideración el daño de los descuidos propios, y ajenos, en ofrecer muchas obras satisfactorias por las Ánimas del Santo Purgatorio.