Semana en el Oratorio

Mes de febrero, mes del Amor

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24.3.20

Penitencia en Cuaresma


He aquí el lema propio del tiempo cuaresmal: La penitencia más agradable a Dios es sufrir resignadamente los trabajos, contratiempos y sequedades que El nos envía. Nada de penitencias que opriman el espíritu y menoscaben la salud.

El que se quita lentamente la vida no difiere mucho del que acaba con ella de un solo golpe. La discreción es la virtud más necesaria. Solo un secreto orgullo y una temeraria presunción pueden inducirnos a querer imitar a los santos en sus cosas extraordinarias.

6.3.20

Mini-reflexión de Cuaresma


La Cuaresma es un tiempo especial para hacer oración, para ayudar a los demás, para renovar nuestras vidas con sencillez y con humildad.

A veces, podemos hacer cosas por aparentar, por quedar bien. Como Dios se fija en el corazón de las personas, se nos dice: "Convertíos y creed...".

Es una invitación a vivir los valores del Evangelio, y a hacerlos realidad en el trato con los demás. Que el gesto externo de la ceniza cuando iniciamos esta Cuaresma sea signo de nuestra conversión interior.

Convertirse a Dios no es huir de lo demás. Es estar vinculado a todo. Abierto a la plenitud de Dios: en mí, en todas las personas, en toda la creación, en todas las criaturas y en todas las cosas. Y luego y también en el templo.

Oración:
Gracias, Padre, por tu bondad y misericordia, cuando nos encontramos ante Ti. Nos damos cuenta de nuestra autosuficiencia, de nuestra falta de humildad. Acepta nuestra actitud arrepentida y acógenos; danos fuerza para ser personas vinculadas unas a otras, profundas, comprometidas, y de fe.

Amén.

1.3.20

Salmo de Cuaresma


Señor, acompaña mi vida, y guía todas mis acciones, palabras y pensamientos.

Guarda mis pies, que no anden ociosos,
sino que caminen al encuentro de los demás.
Guarda mis manos, que no se abran para hacer el mal,
sino para abrazar y ayudar.

Guarda mi boca, que no diga falsedades
ni hable mal del prójimo.
Que siempre esté dispuesta
para animar y bendecir a los demás y a Ti.

Guarda mis oídos, que no pierdan el tiempo
en escuchar palabras falsas o sin sentido,
sino que estén siempre atentos a escuchar tu mensaje,
para hacer hoy tu voluntad.

28.2.20

Oración para Cuaresma


Señor, Tú llamas a cada uno a emprender de manera más personal y consciente su compromiso de seguir a Jesús. También nos invitas a ir hacia lo profundo de la vida para liberarnos de nuestras falsas inseguridades. Y nos das el Espíritu Santo, para ver qué tenemos que cambiar y la fuerza para lograrlo.

Haz que este tiempo de Cuaresma sea una nueva ocasión para volvernos hacia Ti, Dios de la bondad y de la alegría, vinculados a la multitud de los que marchan por la senda del Evangelio. Amén.

13.8.19

Oración reparadora


¡Oh Jesús, amable y bondadoso! ¡Oh divino Salvador de nuestras almas! Dignaos echar una mirada de misericordia sobre vuestros fieles que venimos a llorar a Vuestras plantas sus infidelidades y las de los pobres pecadores, sus hermanos.

Os ruego consiga conmover a Vuestro divino Corazón, y obtener de él misericordia, para nosotros, para el mundo desgraciado y culpable, y para todos aquellos que no tienen la dicha de amaros.

- Por el olvido e ingratitud de los hombres, os pido perdón, Señor.

- Por la temeridad del mundo, os pido perdón, Señor.

- Por el abandono a vuestro Santísimo Sacramento, os pido perdón, Señor.

- Por los crímenes de los pecadores, os pido perdón, Señor.

- Por el odio de los impíos, os pido perdón, Señor.

- Por las blasfemias que se profieren contra Vos, os pido perdón, Señor.

- Por los días santos que se profanan, os pido perdón, Señor.

- Por las injurias hechas a Vuestra Divinidad, os pido perdón, Señor.

- Por los sacrificios con que se profana Vuestro Sacramento de amor, os pido perdón, Señor.

- Por las inmodestias e irreverencias cometidas en Vuestra adorable presencia, os pido perdón, Señor.

- Por las traiciones de que sois la adorable víctima, os pido perdón, Señor.

- Por la frialdad de la mayor parte de vuestros hijos, os pido perdón, Señor.

- Por el desdén con que oímos vuestras llamadas de amor, os pido perdón, Señor.

- Por las infidelidades de los que se llaman amigos vuestros, os pido perdón, Señor.

- Por el abuso que se hace de vuestras gracias, os pido perdón, Señor.

- Por nuestras propias infidelidades y deshonestidades, os pido perdón, Señor.

- Por la incomprensible dureza de nuestros corazones, os pido perdón, Señor.

- Por nuestra tibieza en amaros, os pido perdón, Señor.

- Por nuestra cobardía en vuestro santo servicio, os pido perdón, Señor.

- Por la amarga tristeza de que os llena la pérdida de tantas almas, os pido perdón, Señor.

- Por los largos ratos que os hacemos estar a la puerta de nuestros corazones, os pido perdón, Señor.

- Por los amargos desdenes que se os prodigan, os pido perdón, Señor.

· Vuestros suspiros de amor,
me conmuevan.

· Vuestras lágrimas de amor,
me alivien.

· Vuestro martirio de amor,
me salve,

· Vuestra sed devoradora,
me llene,

y ablande mi corazón para no separarme jamás de Vos.


Oración
Jesús divino, Salvador amante, que habéis dejado salir de vuestros labios esta dolorosa queja de Vuestro Corazón lastimado: "Busqué quien me consolase y no lo hallé"; dignaos recibir el pequeño tributo de nuestros consuelos, y asistidnos siempre eficazmente con el socorro de Vuestra gracia, a fin de que, en lo porvenir, huyendo más y más de todo cuanto os pueda desagradar, nos mostremos siempre y en todas partes como vuestros fieles y fervorosos discípulos.

Os lo pido por Vuestro Corazón a Vos, que siendo Dios con el Padre y el Espíritu Santo, vivís y reináis por todos los siglos de los siglos.

Amén.

11.8.19

Oración a María Santísima al pie de la Cruz


¡Oh María, la más tierna y la más desolada de todas las madres! Por el dolor inmenso que sentisteis al pie de la Cruz cuando visteis al atrevido soldado acercarse al adorable cuerpo de Vuestro divino Hijo y traspasarlo de parte a parte, os suplico que os dignéis alcanzar para los pobres pecadores, cuya abogada y Madre sois, la aplicación eficaz de la sangre y agua que salieron entonces del Sagrado Corazón de Jesús, Vuestro Hijo soberano.

Vos, Señora, que habéis sido para el mundo perdido la nueva Eva, la aurora de la salvación, dignaos anunciarnos y merecernos aún días de misericordia y de perdón, inspirando a los hombres una tierna y general devoción al Corazón de Vuestro divino Hijo, propagando Vos misma el culto de reparación a su Corazón y al Santísimo Sacramento del altar.

¡Oh, Virgen bendita, Virgen medianera y reparadora! Toda mi esperanza en vos está. Dignaos descubrirnos el interior del Corazón de Jesús; hacedme, a ejemplo suyo, perfectamente humilde y dadnos, os ruego, vuestra santa bendición.

Amén.

Corazón de María, fuente amor,
vigilad Tú, Señora, mi viaje hacia Dios.

9.8.19

Acto de desagravio al Sagrado Corazón de Jesús


¡Divino Corazón de Jesús! ¡Corazón mil veces ofrecido en sacrificio! ¡Corazón víctima! ¡Corazón Real y magnífico, para el cual los hombres ingratos no tenemos más que olvido, indiferencia y desprecio! Permitidme venir en este día en demanda de misericordia a vuestras plantas. Quiero desagraviaros de las traiciones y sacrilegios de que sois la adorable víctima en vuestro Sacramento de amor.

Sí, Jesús nuestro. Quiero desagraviaros de tantas y tan horribles blasfemias, que hacen temblar la tierra. Quiero desagraviaros por la profanación de los Santos Sacramentos y del santo día de fiesta, que os está consagrado.

Quiero desagraviaros por las irreverencias que se cometen en el lugar santo, en vuestra casa, en el templo. Quiero asimismo desagraviaros por la indiferencia y cobardía que aleja de Vos a tantos cristianos cobardes. Y finalmente, quiero desagraviaros por los crímenes que se comenten. Señor, os pido perdón y vuestra gracia para todos los hombres.

Y vos, Padre Santo, Majestad Soberana, tan vilmente ultrajado, libradnos, en consideración al Corazón adorable de vuestro divino Hijo, de ofenderos; que todos los hombres vean en todos los santuarios del mundo una víctima permanente por nuestros pecados.

Os ofrezco las adoraciones infinitas y los continuos sacrificios de nuestro salvador Jesucristo. Me presento a Vos cubierto con su sangre y deseoso de sumergirme hondamente en su amor. ¡Ah!, ¡que esta sangre sea aplicada en nuestro favor, que cesen las ofensas, que vuestro amor se establezca, que reine en el corazón de todos los hombres, y que todos reinemos un día con Vos en el cielo!

Amén.

9.5.19

Letanías del arrepentimiento por amor


Señor, ten piedad de mí.
Señor, ten piedad de mí.

Cristo, ten piedad de mí.
Cristo, ten piedad de mí.

Vos, que por Vuestra longanimidad y dilación de los castigos, hacéis brillas Vuestro poder y bondad, tened piedad de mí.
Vos, que aguardáis con toda paciencia la conversión de los pecadores, tened piedad de mí.
Vos, que invitáis tan afectuosamente a los pecadores a penitencia, tened piedad de mí.
Vos, que os regocijáis tanto por la conversión de los pecadores, tened piedad de mí.

De haber pecado,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber pecado tantas veces y tan gravemente,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber pecado por pensamientos, por palabras y por obras,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber pecado con propósito deliberado y con malicia,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber pecado con innumerables negligencias y omisiones,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber violado tan ligeramente Vuestras santas leyes,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De no haber temido Vuestra omnipotencia,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber despreciado Vuestro amor,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber abusado de Vuestra bondad y de Vuestra longanimidad,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.
De haber merecido Vuestros justos castigos en este mundo y en el otro,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.

De todas estas faltas me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío,
pero me arrepiento mucho más y sobre todo por Vos mismo,
porque Os he ofendido,
porque Os he desagradado,
porque Vos sois sobre todas las cosas,
porque Os amo sobre todas las cosas,

en unión de este arrepentimiento de amor, que han tenido todos los santos penitentes,
en unión del extremo horror al menor pecado, que siempre tuvo la bienaventurada Virgen María,
en unión del dolor incomprensible que sintió Vuestro divino Hijo en el huerto de los Olivos, a causa de mis pecados y los de todo el mundo,
me arrepiento con todo mi corazón, oh Dios mío.

Padre nuestro, Ave María, Gloria.

Papa Pío VI.

12.9.17

Todo lo creado es nada frente al Señor


Hermanos lectores: si consideramos cuantos, y cuales, son los bienes que nos prometen en el Cielo, dice San Gregorio, despreciaríamos por viles cuantos hay en la tierra. Porque todo lo terreno, comparado con lo Celestial y eterno, por rico que sea, es nada, y por deleitoso que parezca, se acaba volviendo una carga: carga por cuidarlo, carga por temer perderlo, carga por obtenerlo, carga por el imprevisible futuro. Nada de lo terrenal satisface, nada consuela, todo lo de acá deja el corazón vacío.

Ea, pues, almas, tiempo es este de negociar, para ser rico por una eternidad, y si queremos pisar las estrellas con los pies descalzos, como dice nuestra madre Santa Teresa, conviene antes descalzarse de todos los afectos de la tierra, en la cual somos peregrinos, y atender a purificarnos, pues no entra en el Cielo mancha alguna. Pasemos en esta vida penas temporales, si queremos gozar de los eternos gustos.