Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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7.5.18

De las virtudes y de los vicios: Buena Voluntad


La Buena Voluntad es una gracia que encierra muchas virtudes; lleva consigo la presteza en el divino sacrificio, la abnegación, la humildad, el renunciamiento propio, el sacrificio continuado con el deseo constante de agradarme. Es lo que pido y deseo de los corazones, esa buena voluntad sencilla y fuerte que se aparta del mal y se une al Sumo Bien dejándose hacer...

Esa buena voluntad humana es la que se une estrechísimamente con la divina, alcanzando con esto la más grande perfección que en la tierra puede existir. Esa buena voluntad es la atmósfera en donde el justo vive; es una riqueza, un tesoro con el cual se compra el cielo. Es el mismo Espíritu Santo comunicado al alma, poseyéndola y guiándola.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

5.5.18

De las virtudes y de los vicios: Pudor Espiritual


El Pudor del alma consiste en un vergonzoso rubor que le causa la santidad que en si lleva, es decir, la posesión completa en más o menos escala de las virtudes todas, que es lo mismo; y este Pudor, es el que atrae sobre el alma mis miradas de complacencia amorosa y tierna.

En este Pudor en el alma, una vergüenza santa que causa produce en ella la Modestia y la Humildad profundísima, y llega esta virtud sublime a unirse de tal manera al alma que la posee, que lo que es sobrenatural y mucho, llega a aparecer como natural en ella, por el nuevo ser que le ha comunicado esta misma virtud.

Confianza: Se regocija incluso con la privación de socorros humanos


No desanimarse cuando se disipa el espejismo de las esperanzas humanas. No contar sino con el auxilio del Cielo, ¿no es ya una altísima virtud? El vigor de la verdadera confianza vuela, sin embargo, hacia regiones aún más sublimes. A ellas llega por una especie de elevado refinamiento en el heroísmo; alcanza, entonces, el grado más alto de su perfección.

Ese grado consiste en que el alma se regocije cuando se ve abandonada de todo apoyo humano, abandonada de sus parientes, de sus amigos y de todas las criaturas que no quieren o no pueden socorrerla; que no pueden darle consejo ni servirle con su talento o su crédito; cuando le faltan todos los medios de ser auxiliada. ¡Qué sabiduría profunda demuestra semejante alegría en circunstancias tan crueles! Para poder entonar el cántico del Aleluya bajo golpes que, naturalmente, deberían quebrantar nuestro coraje, es preciso conocer a fondo el Corazón de Nuestro Señor; es preciso creer ciegamente en su piedad misericordiosa y en su bondad omnipotente; es preciso tener la absoluta seguridad de que Él escoge, para sus intervenciones, la hora de las situaciones desesperadas.

3.5.18

De las virtudes y de los vicios: Pudor


El Pudor es hijo de la Pureza y de la Modestia y hermano de la Inocencia y del Candor. Es muy amado de mi Corazón divino.

El Pudor existe en las mujeres principalmente, pero este es el Pudor natural, cuyo color es más vivo en ellas y espontáneo en su sexo. Pero no es de este Pudor del que voy a hablar, aunque es bueno, y ¡ay de la criatura que lo pierda!, pues es una cualidad especial que puse Yo en ella al criarla, para su defensa contra el enemigo, cualidad de la cual me ha de dar cuenta a la hora de su muerte. Voy a hablar de otro Pudor que existe en el alma, Pudor sobrenatural, del cual propiamente se forma la Virtud del Pudor.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

2.5.18

De las virtudes y de los vicios: Modestia Espiritual


La modestia sobrenatural es la que se llama virtud, y esta Modestia llega a su último grado en la perfección de un alma; pues hay la Modestia espiritual perfecta que va muy arriba, a pesar de caminar debajo del más profundo ocultamiento. Se abriga esta modestia santa en los corazones despegados de la tierra y de sí mismos, en los que, además de pisar y despreciar todo honor mundano, se desprecian, se pisan y se renuncian totalmente a sí mismos. En esto consiste la Modestia espiritual perfecta. No tan sólo en el exterior humilde de lo que dentro del corazón está; sino en el ocultamiento interno de todo lo que pueda atraerle la más pequeña alabanza ajena, cuidándose mucho también de la propia. (Esto no va con el Director, naturalmente, porque muy especialmente para con él debe ser la virtud de la claridad, de la cual hablaré).

¡Cuánto me agrado Yo en el alma que de veras posee esta virtud bendita, con el alma que se oculta a todas las miradas que pudiera atraerle alguna alabanza, de todo lo que pudiera encumbrarla! Y pasa aún más allá esta virtud perfecta nacida de la Humildad: pasa en su segundo grado, a procurar altísimamente los desprecios ajenos, y a formar de ellos su preferido y grato alimento.

Confianza: Solamente cuenta con Dios


Firmeza inquebrantable es, pues, la primera característica de la confianza.

La segunda cualidad de esta virtud es aún más perfecta. "Lleva al hombre a no contar con el auxilio de las criaturas; ya se trate de auxilio sacado de sí mismo, de su espíritu, de su criterio, de su ciencia, de sus aptitudes, de sus mismas riquezas, de su reputación, de sus amigos, de sus parientes o cualquiera otra cosa suya; ya se trate de socorros que acaso pueda esperar de otros, de los Reyes, de los Príncipes y de todas las criaturas en general, porque siente y conoce la debilidad y vanidad de todo amparo humano. Los considera lo que realmente son, y cómo Santa Teresa tenía razón de llamarlos ramas secas de ginebra que se rompen al ser cargadas".

1.5.18

De las virtudes y de los vicios: Modestia


La Modestia es hija de la Pureza y de la Humildad; y la verdadera Modestia, no consiste tan sólo en un exterior recogido, sino que muy especialmente tiene su morada en el fondo del alma que la posee: de lo que hay en el interior, brota al exterior de la criatura naturalmente.

No es una virtud que llevan solamente los pequeños, o por naturaleza cortos o encogidos; no es tampoco una virtud de melindres, sino gallarda y hermosa, aunque en la oscuridad de su ocultamiento.

30.4.18

De las virtudes y de los vicios: Docilidad


La Docilidad es hija de la Humildad y hermana de la Diligencia. Es de suma importancia para la vida del espíritu. El campo vastísimo que recorre es el de la Obediencia ciega, y la tengo, como predilecta, muy cerquita de Mí: es una virtud muy amada de mi Corazón, y es el cimiento de muy grandes virtudes y el recipiente de muchas gracias. El Espíritu Santo la busca para comunicarle sus santas inspiraciones, porque esta virtud, se presta luego a escucharlas y a practicarlas.

Su escollo es una imprudente dirección espiritual.

Confianza: Es inquebrantable


Las consideraciones precedentes habrán parecido, tal vez, demasiado abstractas.

Sin embargo, era necesario que nos apoyásemos en ellas. De las mismas deduciremos las cualidades de la verdadera confianza.

La confianza, escribe el Padre Saint-Jure, es "firme, estable y constante en grado tan eminente, que nada en el mundo puede, no digo ya derrumbarla, sino perturbarla siquiera".

29.4.18

De las virtudes y de los vicios: Segunda familia de virtudes. Humildad


"Donde hay HUMILDAD, allí también hay sabiduría". Pr 11, 2.

"Miró (Dios) la bajeza de SU ESCLAVA". Lc. 1, 48.

"Nada hagáis por porfía, ni por vanagloria, sino con HUMILDAD, teniendo cada uno por superior a los otros". Flp 2, 3.

"Y todos inspiraos la HUMILDAD los unos a los otros, porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes". I P 5, 5.

27.4.18

De las virtudes y de los vicios: Gula Espiritual


Existe también la Gula espiritual que viene de la Envidia, en gran parte, y consiste en un desordenado deseo de santidad, el cual se aparta del Abandono a la voluntad divina.

La Perfección consiste en la moderación prudente de todo justo medio.

Este aviso que doy es de mucha importancia en la vida espiritual y material: pues muy fácil es a la naturaleza del hombre el desordenarse.

Confianza: Es fortalecida por la Fe


Vayamos más lejos en este estudio.

¿Qué fuerza soberana da firmeza a la esperanza, a punto de hacerla inquebrantable a los asaltos de la adversidad?... ¡La Fe! El alma que confía retiene en la memoria las promesas del Padre celestial; las medita profundamente. Sabe que Dios no puede faltar a su palabra, y de allí surge una imperturbable seguridad. Si el peligro la amenaza, la envuelve, la domina incluso, ella conserva siempre la serenidad. A pesar de la inminencia del peligro, repite la palabra del Salmista: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el defensor de mi vida. ¿Quién me hará temblar?".

26.4.18

De las virtudes y de los vicios: Gula


La Gula es un vicio capital que reina en el mundo y es señor de todo él.

La Gula entra también en los claustros e invade las mesas más humildes, haciendo inconcebibles daños en todas las escalas que recorre.

La Gula hace también estragos en los corazones y también en los cuerpos de miles de personas.

Ella lleva consigo una clase de armas venenosas que tiene el desorden: es la Gula hija del Desorden, y por lo mismo es hija de Satanás. Orilla a muchos otros vicios y es de terribilísimas consecuencias para el alma.

25.4.18

De las virtudes y de los vicios: Comodidad


La Comodidad es hija de la Delicadeza, y corre por sus venas la sangre de la Pereza.

Es compañera de la Molicie, y siempre lleva consigo la Ociosidad.

La Comodidad es ahora la reina del mundo, extendiéndose su influencia de uno a otro polo.

Las Religiosas también, ¡ay!, la tienen muy arraigada: y por esto a la mayor parte de las mismas las envuelve tanta tibieza.

Confianza: Naturaleza y cualidades de la confianza


La confianza es una firme esperanza.
Con la concisión que trae el cuño de su genio, así define Santo Tomás la confianza: "Una esperanza fortalecida por sólida convicción". Palabra profunda que no haremos sino comentar en este capítulo.

Ponderemos atentamente los términos que emplea el Doctor Angélico: La confianza –dice- es una esperanza. No una esperanza ordinaria, común a todos los fieles. Un calificativo preciso la distingue: es "una esperanza fortalecida". No obstante, nótese bien: no hay diferencia de naturaleza, sino solamente de grado.

24.4.18

De las virtudes y de los vicios: Delicadeza


La Delicadeza es hija de la Molicie.

Esta Delicadeza no es aquella Delicadeza pura y espiritual que busca la limpieza del alma, y se lastima con el menor polvo que la empaña. Consiste, al contrario, en un pulido refinamiento de exagerada sensualidad.

Los pretextos y los mimos forman un séquito; aún el aire que esta delicadeza funesta respira, tiene que ir embalsamado de suaves perfumes. Parece que hasta la luz lastima a este adelgazamiento satánico de la Delicadeza.

23.4.18

De las virtudes y de los vicios: Molicie


La molicie es la hija de la Pereza, y muy íntima compañera del Cansancio y del Desaliento. La Molicie es la Comodidad en su más alto grado, y el depuramiento de la Sensualidad.

Aborrezco a este defecto tan contrario a mi doctrina y a mi Cruz, y todo cristiano debiera aborrecerla igualmente.

Confianza: Objetivo y división de este trabajo


Este trabajo no tiene otro objetivo sino el de iniciarlos en el conocimiento y práctica de esta virtud. Expondrá muy sencillamente, la naturaleza, el objeto, los fundamentos y los efectos de la misma.

Lector piadoso, si alguna vez este modesto tratado te cayera en las manos, no lo apartes con desdén. Él no pretende ni encantos literarios, ni originalidad. Solamente contiene verdades consoladoras, que recogí en los libros inspirados y en los escritos de los santos. He ahí su único mérito.

Léalo con lentitud, con atención, con espíritu de oración. Casi diría: ¡medítelo! Déjese penetrar dulcemente por su doctrina. La savia del Evangelio embebe estas páginas. ¿Habrá para las almas mejor alimento que las palabras del Señor? Que al terminar esta lectura, puedan confiarse únicamente al adorable Maestro que todo nos dio: ¡sus tesoros, su amor, su vida y hasta la última gota de su sangre!

P. Raymond de Thomas de Saint Laurent | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

20.4.18

De las virtudes y de los vicios: Vicios opuestos a las virtudes de sacrificio. Inmortificación


La Inmortificación procede de la Sensualidad y del Amor propio principalmente.

La Comodidad y la Delicadeza lo alimentan y hacen crecer, ayudándole además a que llegue a su completo desarrollo, por medio de la Molicie.

La vida espiritual subsiste y crece con la savia de la Mortificación; esta virtud la vigoriza y prepara el alma para grandes gracias.

En cambio la Inmortificación mata esta vida del alma, o cuando menos la hiela y seca, enervándola para todo bien; porque hay que desengañarse: la vida del espíritu, nace, crece y se desarrolla solamente en el campo doloroso de la Mortificación voluntaria, o sea de la Cruz: no existe otra vereda para llegar a ella, sino la estrechísima del Dolor.

19.4.18

De las virtudes y de los vicios: Persecución


La persecución es una de las gracias Mías con que obsequio a las almas predilectas de mi Corazón.

Existen persecuciones desenmascaradas que hacen sufrir terriblemente al alma; existen otras que son peores, sordas y ocultas, las cuales hacen más daño que las anteriores, y en su oscuridad y silencio despedazan al alma contra quien van dirigidas.

Existe la persecución de los buenos: Yo la permito, y ésta sí, es el verdadero crisol en el que el alma se purifica.