La molicie es la hija de la Pereza, y muy íntima compañera del Cansancio y del Desaliento. La Molicie es la Comodidad en su más alto grado, y el depuramiento de la Sensualidad.
Aborrezco a este defecto tan contrario a mi doctrina y a mi Cruz, y todo cristiano debiera aborrecerla igualmente.
La molicie embota los sentimientos del alma para todo lo bueno, santo y espiritual, y adormece el corazón debilitando además su energía y valor para el sacrificio. El alma de quien se apodera la Molicie, va sustrayéndose a los actos de piedad y a la práctica de los Sacramentos, concluye por abandonarlos por completo y perderse.
La vida espiritual está en una completa contraposición con la Molicie porque la vida espiritual lleva consigo en sus venas a la Actividad y al Sacrificio.
El Dolor, es también antagonista de la Molicie, pues este defecto que raya en vicio, descansa en mullido lecho de olorosas flores. ¡Desgraciada el alma de quién hacen su presa! Ella pagará muy caro la vida regalada y deliciosa que en el mundo usa.
La molicie es un vicio que va contra Dios por la gloria que le quita; contra el prójimo y el pobre por el bien que le deja de hacer, y contra el alma misma que la lleva consigo, por el daño funesto que le produce. La molicie es enemiga acérrima de la Cruz, y su misión es ahuyentar del alma las virtudes y la vida interior que tantos bienes le produce.
La Penitencia y la Mortificación la hacen estremecer: el Sacrificio, la Abnegación, el Sufrimiento y el Padecimiento voluntario, son letra muerta para la Molicie, y aún de su sombra huye.
El remedio único para este pegajoso vicio, consiste en el Trabajo y Desprecio propio, unido con la Constancia, el Vencimiento y la Generosidad.
El alma que no se sacude valerosamente y con presteza de tan dulces y magnéticos brazos vivirá una vida floja, egoísta e inútil cuando menos, y se quemará largo tiempo en el voraz fuego de un terrible Purgatorio.
v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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