La Modestia es hija de la Pureza y de la Humildad; y la verdadera Modestia, no consiste tan sólo en un exterior recogido, sino que muy especialmente tiene su morada en el fondo del alma que la posee: de lo que hay en el interior, brota al exterior de la criatura naturalmente.
No es una virtud que llevan solamente los pequeños, o por naturaleza cortos o encogidos; no es tampoco una virtud de melindres, sino gallarda y hermosa, aunque en la oscuridad de su ocultamiento.
Es virtud que se esconde especialmente en los corazones puros. Es virtud altísima que llevan, en verdad, tan sólo las almas grandes y que valen para Mí.
También es cualidad natural esta virtud en algunos corazones, apreciable por cierto, pero sin ningún valor para el cielo.
v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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