Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

19.4.18

De las virtudes y de los vicios: Persecución


La persecución es una de las gracias Mías con que obsequio a las almas predilectas de mi Corazón.

Existen persecuciones desenmascaradas que hacen sufrir terriblemente al alma; existen otras que son peores, sordas y ocultas, las cuales hacen más daño que las anteriores, y en su oscuridad y silencio despedazan al alma contra quien van dirigidas.

Existe la persecución de los buenos: Yo la permito, y ésta sí, es el verdadero crisol en el que el alma se purifica.




Es la Persecución un palenque sobre el cual el alma se exprime, dejando ahí los humores emponzoñados o malos que la dañaban.

La Persecución sobre todo de la inocencia; o la que es arrojada, diré, sobre un alma víctima y pura, es la más dolorosa y cruel y desgarradora; pero también es la más llena de celestiales recompensas. "Bienaventurados los que padecen persecución por la Justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos".

Pero no crean que todos aquellos a quienes persigue la justicia humana sean míos, o los llame Yo míos; o les regale mi Reino, no. Trato solamente de los que son inculpables e inocentes, y, sin embargo son perseguidos y calumniados y despreciados, o bien por la ofuscación o malicia humana, o por permisión divina, a fin de probar sus virtudes y aumentar sus merecimientos.

Aquí encontrarán el fruto riquísimo del Desprecio ajeno. Mas tampoco crean que alcancen mi Reino con sólo ser inocentemente perseguidos, que muchos así lo son; sino que exijo del alma inocente y víctima de la persecución el silencio en su dolor, el perdón para sus enemigos, y el gozo en el sufrimiento; por mi amor, por mi puro amor.

Aquí está el fruto de la Persecución y al que Yo otorgo mi propio Reino.

El alma feliz que practica el Silencio, el Perdón, y el Gozo en la Persecución, llega a lo más encumbrado de las virtudes ¿Habrán entendido la Persecución así?

Con la Persecución no se compra el cielo: Yo lo doy, pero con las condiciones que llevo dichas. Hay persecuciones en el orden de la gracia también terribles, la vida extraordinaria generalmente las lleva consigo, y de éstos principalmente es el Reino de los cielos.

El mundo y los mundanos siempre van en oposición a Mí, y a lo que es mío, si no abiertamente, lo cuál sería menos malo, sí con disimulaciones falsas, hipocresías y aún con aberraciones cubiertas con capa de virtudes.

Toda alma que se da a Mí, pasa, en más o menos escala, por esta indispensable persecución que purifica. A la vez que la persecución es una gracia muy grande en la vida del hombre y en la vida del espíritu, es un tropiezo en el cual sucumben generalmente las almas débiles.

En las vocaciones religiosas sucumben muchas almas débiles, por la persecución; y Satanás obtiene grandes triunfos.

El apoyo del alma en las luchas de la Persecución, ¿saben cuál es? María y la virtud sublime de la CONSTANCIA, que se alcanza por la intercesión de aquella que es "Auxilio de los cristianos" y de las almas religiosas.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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