- De la meditación de la sabiduría de Dios. -
Cuán alta e inescrutable es la sabiduría de Dios, no hay quien lo pueda decir ni comprender; pero para que conozcas algo de ella, vuelve los ojos al ornamento de los cielos, a la hermosura de la tierra y de todo el universo, y no hallarás otra cosa que la incomprensible sabiduría del Artífice divino.
Vuelve la mente a la vida de los hombres, a los variados sucesos que acontecen, y hallarás que no hay cosa tan desordenada que respecto de Dios no sea suma sabiduría.