- De la meditación del ser de Dios. -
Qué cosa es Dios, el mismo Dios, que se conoce perfectamente a sí mismo, nos lo declaró, cuando dijo: "Yo soy el que soy" (Exod. III).
Es tal y tan grande este predicado de Dios, que a ninguna criatura puede atribuirse: no a príncipes, no a reyes, no a emperadores, no a los Ángeles mismos, ni al universo entero; porque todas las cosas tienen su ser dependiente de Dios, y de sí no son sino la misma nada.
De aquí se reconoce cuán vano es el hombre que ama las criaturas no amando en ellas al Creador, o no amándolas ordenadamente.
Digo vano, porque ama la vanidad; vano, porque piensa satisfacerse de aquellas cosas que de sí son nada; vano en fin, porque se fatiga por tener aquellas cosas que de suyo son caducas y perecederas. Si quieres, pues, amar como conviene amar, ama a Dios, que llena y satisface enteramente nuestro corazón.
Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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