Semana en el Oratorio

Mes de febrero, mes del Amor

18.7.18

El combate espiritual: somos unos inútiles


- De la tentación de la soberbia espiritual. -

En el capítulo anterior te he advertido de las tentaciones con que el demonio nos suele acometer, valiéndose del mundo, de sus riquezas y deleites; ahora he de tratar de la soberbia espiritual, complacencia y vanagloria de que se vale para derribarte, tanto más peligrosa y digna de temerse, cuanto es menos conocida, y más desagradable a Dios.

¡Oh, cuántos generosos soldados, y grandes siervos de Dios, después de las victorias insignes de muchos años, han perecido en este escollo, y de hijos de Dios se han hecho esclavos de Lucifer! El modo de librarnos de este tremendo golpe y oculto lazo de Satanás, es temblar siempre, y ejercitar las virtudes y buenas obras con temor y temblor, para que no se engendre en ellas el gusano oculto del amor propio y la soberbia, que tan odiosa es a Dios; y por eso, humillándonos en ellas, debemos procurar cada día hacerlas mejores, como si nada bueno hubiéramos obrado bien hasta el presente; y cuando nos pareciere (que jamás debemos pensarlo) que hemos obrado alguna cosa bien, y con perfección, debemos de todo corazón decir a Dios: "Servi inutiles sumus" ("Somos siervos inútiles y de ningún provecho" (Luc. XVII, 10)).




Sobre todo debemos recurrir a menudo a Cristo nuestro Salvador y Maestro, pidiéndole que librándonos de toda especie de soberbia, nos enseñe y ayude a ser humildes de corazón. Asimismo debemos recurrir a su Santísima Madre, para que nos alcance la verdadera humildad, que es el fundamento de todas las virtudes, y la que siempre las acompaña, las conserva, las asegura y las aumenta.

He tratado largamente de la humildad en la primera parte de este Combate, y así nada se me ofrece que añadir en este lugar, de semejante materia, por lo que si se desea se puede repasar aquélla primera parte.

Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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