- Del tercer socorro de la voluntad humana. -
El tercer socorro con que se ha de ayudar nuestra voluntad, es la frecuente oración, a la cual te has de acostumbrar de tal suerte, que cuando te hallares asaltada, recurras siempre y sin dilación a Dios, diciendo: "Deus in adjutorium meum intende, Domine, ad adjuvandum me festina" ("Atended, Señor, a la necesidad que tengo de socorro, y dadme ayuda sin dilación" (Psalm. LXIX)).
Has de entrar, pues, en el combate, acompañada de la oración y de la resistencia en presencia de tu Dios, y siempre vestida de la desconfianza de ti misma, y de la confianza en su divina Majestad; que si con este procedimiento y de este modo combates, tendrás siempre segura la victoria.
¿Qué cosas no sobrepuja y vence la oración? ¿Qué dificultades y peligros no rinde y avasalla la resistencia unida con la desconfianza propia, y la confianza en Dios? Y, ¿en qué batalla puede ser vencido quien combate en presencia de su Dios con ánimo y deseo de agradarle?
Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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