Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

21.2.18

¡Puedes hablar nada menos que con Dios!


"La oración es comunicación. ¡Puedes tener conversación no menos que con Dios!".

La verdad es que esta tesis no es mía, aunque la asumo totalmente, sino de mi amiga Teresa. La desarrolla en un precioso librito del que tal vez hayas oído hablar, se llama Castillo Interior aunque casi todo el mundo lo conoce por Las Moradas. A un amigo le contó que trataba de lo que es El, Jesucristo, claro.

Allí asegura, basándose en su experiencia, que es posible, totalmente posible la comunicación de Dios con el ser humano aunque, como es un poco socarrona, dice que si no lo crees no lo experimentarás. Se apoya en la Sagrada Escritura para aseverar que apenas podemos llegar a entender la gran hermosura del ser humano, del alma dice ella, y su gran capacidad, pues está creado a imagen y semejanza de Dios.

20.2.18

Quién fue San Pelayo


Nació San Pelayo en Albees, diócesis de Tuy (Galicia), a comienzos del siglo X.

Durante el califato de Abderramán III, su tío Hermogio, obispo de Tuy, es hecho prisionero en la batalla de Valdejunquera y llevado corno cautivo a Córdoba. Le permiten regresar a su tierra para tramitar el rescate pero debe dejar en su puesto a su sobrino Pelayo corno rehén. Así vivió el niño Pelayo unos cuatro años en la cárcel, en calidad de prisionero de guerra.

18.2.18

Pobre en cosas materiales, pero rico en amor


"Hermana querida, comprende a tu hijita, por favor. Comprende que para amar a Jesús, para ser su víctima de amor, cuanto más débil se es, sin deseos ni virtudes, más cerca se está de las operaciones de este Amor consumidor y transformante...".

"Con el solo deseo de ser victima ya basta; pero es necesario aceptar ser siempre pobres y sin fuerzas, y eso es precisamente lo difícil pues 'al verdadero pobre de espíritu ¿quién lo encontrará? Hay que buscarle muy lejos', dijo el salmista... No dijo que hay que buscarlo entre las almas grandes, sino 'muy lejos', es decir, en la bajeza, en la nada...".

15.2.18

Mensaje del Papa para la Cuaresma 2018


"Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría" (Mt 24,12).

Queridos hermanos y hermanas:

Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, "signo sacramental de nuestra conversión" (Misal Romano, I Dom. de Cuaresma, Oración Colecta), que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.

Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: "Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría" (24,12).

14.2.18

El martirio en el mundo de hoy


La palabra "martirio" evoca la persecución de los cristianos, desde el siglo primero hasta nuestros días. Los primeros cristianos llamaban "mártires" (testigos) a los cristianos que proclamaban la fe en Cristo, tanto de palabra ("confesores") como con el derramamiento de su sangre ("mártires"). Pero, poco a poco se fue introduciendo una distinción importante entre "mártires" y "confesores". Recibían el nombre de mártires aquellos cristianos que luchaban por la verdad o por la virtud hasta el derramamiento de su sangre.

Siempre ha habido mártires a lo largo de la historia. El propio Jesús se sitúa dentro de esta tradición martirial, y la Iglesia, en el seguimiento de Cristo, no solo tiene mártires, sino que es una Iglesia de mártires. Porque la Iglesia no solo debe una fidelidad de doctrina, sino, sobre todo, una fidelidad de vida con Jesús, que Sufrió la persecución y el martirio.