Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

Mostrando entradas con la etiqueta martirio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta martirio. Mostrar todas las entradas

1.4.20

El tesoro de la castidad


Las cristianas dignas prefieren la virtud a todas las cosas. Ellas, con heroica firmeza, vencen la lógica perversa de sus jueces. "Sea todo lo que Dios quiera", responde la esclava Sabina al neócoro Polemón (Passio S. Afrae 2). "Pienso - dice Teodora al prefecto de Egipto - que tú no ignoras que Dios ve nuestros corazones y considera en nosotros una sola cosa: la firme voluntad de permanecer castas. Si me obligas, pues a sufrir ultraje, padeceré violencia. Estoy dispuesta a entregar mi cuerpo, sobre el que tú tienes poder; pero sólo Dios tiene poder sobre mi alma" (passio S. Pionii 7).

A veces las mártires, para escapar al ultraje de su pudor, provocan furiosamente al juez para conseguir la pena de muerte.

14.2.18

El martirio en el mundo de hoy


La palabra "martirio" evoca la persecución de los cristianos, desde el siglo primero hasta nuestros días. Los primeros cristianos llamaban "mártires" (testigos) a los cristianos que proclamaban la fe en Cristo, tanto de palabra ("confesores") como con el derramamiento de su sangre ("mártires"). Pero, poco a poco se fue introduciendo una distinción importante entre "mártires" y "confesores". Recibían el nombre de mártires aquellos cristianos que luchaban por la verdad o por la virtud hasta el derramamiento de su sangre.

Siempre ha habido mártires a lo largo de la historia. El propio Jesús se sitúa dentro de esta tradición martirial, y la Iglesia, en el seguimiento de Cristo, no solo tiene mártires, sino que es una Iglesia de mártires. Porque la Iglesia no solo debe una fidelidad de doctrina, sino, sobre todo, una fidelidad de vida con Jesús, que Sufrió la persecución y el martirio.