"Hermana querida, comprende a tu hijita, por favor. Comprende que para amar a Jesús, para ser su víctima de amor, cuanto más débil se es, sin deseos ni virtudes, más cerca se está de las operaciones de este Amor consumidor y transformante...".
"Con el solo deseo de ser victima ya basta; pero es necesario aceptar ser siempre pobres y sin fuerzas, y eso es precisamente lo difícil pues 'al verdadero pobre de espíritu ¿quién lo encontrará? Hay que buscarle muy lejos', dijo el salmista... No dijo que hay que buscarlo entre las almas grandes, sino 'muy lejos', es decir, en la bajeza, en la nada...".