Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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6.1.20

Pensamientos y propósitos de San Juan Berchmans


San Juan Berchmans escribió un cuadernillo de pensamientos, propósitos y notas que se puede encontrar en la Editorial Apostolado Mariano. De él se extractan estas resoluciones:

1.- Tendré buen cuidado en alimentar mi amor al Santísimo Sacramento; lo visitaré al menos cinco veces al día, y cada jueves haré con esta intención alguna penitencia en el refectorio o en otra parte.

2.- Cada sábado introduciré en mi conversación alguna cosa que se refiera a la Santísima Virgen, y cada domingo haré otro tanto para el Santísimo Sacramento.

3.- Todos los sábados en honor a la Santísima Virgen, iré a lavar los vasos a la cocina (o practicaré algún acto de humildad).

4.- No quiero preocuparme jamás de lo que me sucederá, sino confiarme y abandonarme por completo a Dios.

5.- Viviré día a día y hora a hora, sin preocuparme de las contingencias futuras, confiando el cuidado de todo lo que me concierne a la Providencia divina y a mis superiores.

29.10.18

De las virtudes y de los vicios: Santidad



¡Cuán poca verdadera Santidad que a Mí me satisfaga hay en el mundo! La hermosísima virtud de la Santidad o el foco de todas las virtudes, las cuales lleva en su seno, es la hija predilecta de Dios, y una participación del mismo Dios.

La Santidad forma el descanso de Dios; ella atrae las miradas del Eterno Padre, ella es el nido del Espíritu Santo.

10.5.18

El camino correcto a la santidad


Cuando veo gente a mi alrededor que es tan santa y perfecta, mucho más que yo a pesar de todas mis misas, mis oraciones, mis rosarios... No puedo menos que constatar que la santidad es más cercana y alcanzable de lo que nos podemos imaginar. Lo que ocurre es que tendemos a pensar que es algo imposible, y ese es un engaño del Enemigo puesto que, pensando que no llegaremos nunca a santos, muchas veces nos dejamos llevar hacia el pecado o la ofensa a Dios por comodidad. Pero no es así: la santidad está mas cerca de nosotros de lo que nos imaginamos, y solo tenemos que extender un poquito la mano y cogerla, porque es una gracia divina. Dios nos la pone al alcance de cada uno. De otra manera, ¿qué Dios sería?

Otro error es que muchos queremos hacernos santos según nuestras ideas, nuestra concepción de santidad, y ese es otro gran fallo, ¡si esperamos ser santos siguiendo nuestros erráticos caminos, nunca lo seremos! Debemos dejarnos guiar por el Señor.

18.2.18

Pobre en cosas materiales, pero rico en amor


"Hermana querida, comprende a tu hijita, por favor. Comprende que para amar a Jesús, para ser su víctima de amor, cuanto más débil se es, sin deseos ni virtudes, más cerca se está de las operaciones de este Amor consumidor y transformante...".

"Con el solo deseo de ser victima ya basta; pero es necesario aceptar ser siempre pobres y sin fuerzas, y eso es precisamente lo difícil pues 'al verdadero pobre de espíritu ¿quién lo encontrará? Hay que buscarle muy lejos', dijo el salmista... No dijo que hay que buscarlo entre las almas grandes, sino 'muy lejos', es decir, en la bajeza, en la nada...".

27.7.17

¿Qué es "la santa indiferencia"?


"Nada pedir, y nada reusar", así resumía San Francisco de Sales la santa indiferencia. Pues sí, en efecto, eso es. La "santa indiferencia" es el estado al que llega el alma que se abandona totalmente en las manos de Dios y, sumergida de tal forma, nada le causa desazón ni congoja.

Por supuesto, una persona en ese estado sigue siendo humana y, como tal, experimenta inicialmente un cierto pesar ante algunos acontecimientos de su vida que pueden ser dolorosos, alegrías, penas, tristezas, y obviamente dolor. Pero su abandono en la Providencia es de tal envergadura que lo asume todo, y se enfrenta a ello con un espíritu de apacible tranquilidad. Sabe que nada ocurre sin que Dios lo permita, y ante los acontecimientos más duros se muestra humilde, resignado, y benevolente.