Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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1.7.19

Salutación al Sagrado Corazón de Jesús


Os saludo, Corazón de mi Jesús, salvadme.
Os saludo, Corazón de mi Creador, perfeccionadme.
Os saludo, Corazón de mi Jesús, perdonadme.
Os saludo, Corazón de mi Padre, gobernadme.
Os saludo, Corazón de mi Esposo, amadme.
Os saludo, Corazón de mi Maestro, enseñadme.
Os saludo, Corazón de mi Pastor, guardadme.
Os saludo, Corazón de mi Jesús Niño, atraedme.
Os saludo, Corazón de Jesús, moribundo en la Cruz, pagad por mí.
Os saludo, Corazón de Jesús, en todos los momentos de la vida, daos a mí.
Os saludo, Corazón de mi Hermano, permaneced en mí.
Os saludo, Corazón caritativo, cumplid Vuestros designios en mí.
Os saludo, Corazón humildísimo, reposad en mí.
Os saludo, Corazón pacientísimo, soportadme.
Os saludo, Corazón pacífico, calmadme.
Os saludo, Corazón bendito, médico y remedio de nuestros males, curadme.
Os saludo, Corazón Jesús, consuelo de los afligidos, consoladme.
Os saludo, Corazón amante, hoguera ardiente, consumidme.
Os saludo, Corazón de eternas bendiciones, llamadme.

29.6.19

Afectuosas salutaciones a nuestro Señor


(Afectuosas salutaciones de Santa Gertrudis a Jesús, blasfemado en su pasión).

["A cualquiera, dijo Nuestro Señor a Santa Gertrudis, que me haya saludado con un afecto semejante para desagraviarme de las blasfemias proferidas contra mí, yo me mostraré para con él en el día del terrible juicio con la misma ternura; y sus enemigos sorprendidos huirán temblando".]

Os saludo, perla vivificante de la nobleza divina;
Os saludo, flor inmortal de la dignidad humana,
¡amantísimo Jesús!,
para reparar las blasfemias e injurias que se Os han prodigado en la tierra.

Os saludo y os bendigo con el afecto y amor de todas las criaturas, tantos millares de veces cuantas son las gotas que derramásteis en Vuestra Pasión;
cuantas heridas habéis contado en vuestro sagrado cuerpo;
cuantos golpes, bofetadas y malos tratos habéis recibido.

Os bendigo y Os saludo, oh dulcísimo Jesús,
tantos millares de veces cuantas habéis suspirado,
derramado lágrimas y sufrido dolores.

Os bendigo y Os saludo tantos millares de veces, cuantos actos de virtudes habéis practicado,
cuantos ardientes deseos habéis tenido de la salvación de los hombres,
cuantas miradas habéis dirigido a Vuestra Madre y amigos.

Os alabo y Os saludo tantas veces cuantas habéis caído en el camino del Calvario,
cuantas son las que habéis desfallecido y movido pies y manos.

Os bendigo y Os saludo, oh dulcísimo Jesús,
tantos millares de veces cuantas gotas de sangre habéis sudado,
cuantos pasos dolorosos habéis dado,
cuantos gemidos habéis dirigido a Vuestro Padre por nosotros.

Os bendigo y Os saludo, oh suavísimo Corazón de Jesús,
tantos millares de veces cuantos son los golpes que Os han despedazado en los azotes,
las heridas de las espinas en la coronación,
y las asquerosas salivas que Os afearon.

Os bendigo y Os saludo tantos millares de veces cuantas Os han atado y golpeado,
cuantos son los oprobios con que Os han agobiado,
y las impías salutaciones con que Os han escarnecido.

Os bendigo y Os saludo tantos millares de veces, cuantas acusaciones de falsos testigos y odiosas calumnias habéis sufrido,
y cuantos inicuos juicios Os han condenado.

Y todas estas alabanzas y salutaciones, Os las ofrezco mil y mil veces multiplicadas, y deseo ofrecéroslas a cada hora del día, oh mi buen Jesús, queriendo con todo mi corazón, con toda mi alma, borrar por completo todas las injurias y blasfemias con que tan indignamente Os han ofendido a Vos, mi dulcísimo Redentor, suplicándoos no desechéis el deseo de esta Vuestra pobre criatura, sino que Os sea agradable y lo aceptéis favorablemente, según Vuestra paternal bondad.

Así sea.

27.6.19

Alabanza al Señor


(Modo muy excelente de alabar a Dios, revelado a Santa Matilde por Nuestro Señor).

Oh buen Jesús, yo Os alabo, pero dignaos suplir la insuficiencia de mis alabanzas.

Oh buen Jesús, yo Os amo, pero dignaos suplir la cortedad de mi amor, y ofrecer por mí a Dios, Vuestro Padre, el amor de Vuestro Corazón.

["Si quieres alabarme dignamente - le dijo Nuestro Señor -, repite 5 veces"]:

¡Gloria a Vos, oh dulcísima, venerabilísima, oh radiante, apacible e inefable Trinidad!

25.6.19

Salutación al Corazón de Jesús


Salutación inspirada por Nuestro Señor a Santa Matilde, para reparar sus negligencias en el servicio a Dios:

Os saludo, ¡oh Corazón dulcísimo de Jesús, harmonioso instrumento de la Santísima Trinidad! Os saludo, Corazón más dulce que la miel, fuente viva de toda bondad y gracia. Os saludo, Corazón amantísimo de Jesús, noble tesoro de las riquezas de Dios. Mil y mil veces os bendigo y Os saludo en la bondad divina por la cual sois la fuente y el origen de donde brota toda bondad y misericordia.

¡Oh dulce y precioso Corazón de Jesucristo!, por la mutua complacencia que la adorable Trinidad encuentra en sí misma, Os saludo y Os adoro en la abundancia de todas las gracias, que se han derramado y se derramarán sin término sobre las almas santas y devotas, a quienes tantas veces habéis inundado y embriagado en el torrente de Vuestras divinas delicias.

23.6.19

Comunión espiritual con indulgencias


Oh Jesús, que vivís en María Santísima, venid, y mediante la comunicación de Vuestros misterios, habitad en Vuestros siervos por Vuestro Espíritu de santidad y plenitud de poder; por la realidad de Vuestras virtudes y la perfección de Vuestros caminos; y sujetad todo poder enemigo con Vuestro Espíritu, para gloria del Padre. Así sea.

(100 días de indulgencia, una vez al día).

21.6.19

Jaculatoria al Sagrado Corazón de Jesús


Alabado, adorado, amado y tiernamente correspondido sea en todo momento el Corazón Eucarístico de Jesús en todos los Tabernáculos del mundo, hasta la consumación de los siglos. Así sea.

(100 días de indulgencia, una vez al día).

19.6.19

Unión e invocación al Sagrado Corazón de Jesús


A las profundas oraciones del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

Al amor ardiente del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

Al celo fervoroso del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la reparación del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A las acciones de gracias del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la confianza imperturbable del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A las fervientes oraciones del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la humildad del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

Al elocuente silencio del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la obediencia del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la dulzura y paz del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la bondad inefable del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la caridad universal del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

Al recogimiento profundo del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A los sufrimientos y sacrificios del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la paciencia infinita del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A los dolores interiores del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A la resignación del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

A las intenciones, deseos y voluntades, del Corazón de Jesús,
me uno yo, Señor.

16.6.19

Visita al Santísimo Sacramento


["Cuanto estemos delante del Santísimo Sacramento, en lugar de mirar a nuestro derredor, cerremos los ojos y abramos el corazón, así el Dios de bondad nos abrirá el suyo. Iremos a Él, y Él vendrá a nosotros, el uno para pedir, el otro para recibir, lo cual vendrá a ser como una santa insuflación del uno al otro". San Juan Bautista María Vianney, Cura de Ars].

Señor mío Jesucristo, que por el amor que tenéis a los hombres, estáis de noche y de día en el Santísimo Sacramento lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a todos los que vienen a visitaros: yo creo que estáis presente en el Sacramento del Altar; os adoro desde el abismo de mi nada, y os doy gracias por todas las mercedes que me habéis hecho, especialmente por haberme dado en este Sacramento vuestro Cuerpo, vuestra Sangre, vuestra Alma y vuestra Divinidad; por haberme concedido por mi Abogada a vuestra Santísima Madre la Virgen María, y haberme ahora llamado a visitaros en este lugar santo.

Adoro a vuestro amantísimo Corazón, y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en agradecimiento de esta preciosa dádiva; el segundo, para desagraviaros de todas las injurias que habéis recibido de vuestros enemigos en ese Sacramento; y el tercero porque deseo en esta visita adoraros en todos los lugares de la tierra, donde estáis sacramentado con menos culto y más desprecio.

¡Jesús mío!, os amo con todo mi corazón; pésame de haber tantas veces ofendido en el pasado a vuestra infinita bondad, por lo que os ruego que me muera antes que ofenderos, y propongo, ayudado de vuestra gracia, enmendarme en lo venidero; y ahora, miserable como soy, me consagro todo a Vos, y entrego y resigno en vuestras divinas manos mi voluntad, afectos, deseos y todo cuanto soy y puedo. Haced, Señor, de mí todo lo que os agrade: lo que yo quiero y lo que os pido es vuestro santo amor, la perfecta obediencia a vuestra santísima voluntad, y la perseverancia final.

Os recomiendo las ánimas del purgatorio, especialmente las más devotas del Santísimo Sacramento y de Santa María del Carmelo, y os ruego también por todos los pecadores. Amado Salvador mío, uno todos mis afectos y deseos con los de vuestro amorosísimo Corazón, y así unidos los ofrezco a vuestro Eterno Padre, y por el amor que os tiene, le pido en vuestro nombre que los oiga y reciba favorablemente.

Amén.

San Alfonso María de Ligorio.

(300 días de indulgencia cada vez que se rece delante del Santísimo Sacramento. Indulgencia plenaria una vez al mes, si se ha rezado todos los días).

11.6.19

Oración por las intenciones generales


Y ahora, Jesús mío, que Os habéis dado a mí con tanto amor en la sagrada comunión, permitidme implorar Vuestras misericordias en favor de todas las intenciones generales y particulares de que debe estar lleno un corazón, en el cual habéis encendido Vos mismo el fuego de la caridad.

Sí, dignaos, oh Dios mío, derramar Vuestras abundantes bendiciones sobre la santa Iglesia, nuestra madre; sobre su soberano Pontífice, los obispos, sacerdotes, confesores; sobre las Órdenes religiosas y sobre las asociaciones y obras católicas, en particular sobre aquellas a las que estoy ligado por deber, por piadosa confraternidad o por religioso interés.

Tened compasión de los afligidos, de las almas probadas o tentadas, socorredlas, sostenedlas en los caminos de la mortificación y de las pruebas a que Vuestra paternal Providencia las somete.

Perdón, oh Dios mío, perdón para los infelices pecadores, por los descreídos, os suplico que se conviertan y que vivan.

Piedad para los enfermos, para los agonizantes y para las almas del Purgatorio.

Fortaleza, consuelo, libertad sobre todo, para aquellos por quienes debo yo orar por justicia, por deber y reconocimiento.

En fin, Dios mío, dignaos dirigir una mirada de misericordia sobre el mundo entero y sobre nuestra patria. Que los depositarios del poder ejerzan para Vuestra mayor gloria y salvación de las almas, la autoridad que habéis depositado por breve tiempo en sus manos.

Que Vuestra voluntad se haga en la tierra como en el cielo.

Amén.

9.6.19

Oración a la Santísima Virgen y a los Santos, para después de la comunión


Bienaventurada Virgen María, mirad aquí a Vuestro Hijo, concebido en Vuestro seno inmaculado, dado a luz, alimentado con Vuestra leche, estrechado en Vuestros brazos y cubierto con Vuestras más tiernas caricias. Aquí está Aquel cuya vista Os colmaba de alegría y Os llenaba de dulcísimas delicias... Por un favor inestimable de la Bondad eterna, he sido hoy honrado con su presencia divina; le he recibido en mi cuerpo y en mi alma. Os lo presento con humildad y amor, Os lo ofrezco para que le estrechéis en Vuestros brazos, para que le llenéis de Vuestras caricias, para que le améis, para que conmigo, para que por mí, le adoréis. Más aún: para que se lo ofrezcáis a la Beatísima Trinidad como un supremo homenaje de adoración por mis necesidades y las de todo el mundo, a fin de que las prerrogativas de Vuestra dignidad suplan en esta oblación a lo que no pueden llegar mis pobres méritos.

¡Oh vosotros, santos y santas de Dios!, sobre todo amados Patronos míos, aquí tenéis a vuestro Señor y Esposo, nuestro Señor Jesucristo, que tanto habéis amado en los días de vuestra vida terrenal; acabo de recibirlo en el Santísimo Sacramento, os saludo a todos por Él y a cada uno en particular, y con el fin de acrecentar vuestra alegría y bienaventuranza, os lo ofrezco con todo el amor y con toda la fidelidad que os ha manifestado en el tiempo, y que ahora os manifiesta en la eternidad. Os suplico le adoréis y reverenciéis por mí, y lo ofrezcáis a la Santísima Trinidad por mis necesidades y las de toda la Iglesia, y en acción de gracias por todos los beneficios de que me ha colmado. Que obtenga yo por vuestros méritos y oraciones lo que por mí no puedo obtener.

Amén.

(Santa Gertrudis).

7.6.19

Cántico de Acción de gracias


¡Dios Eterno!, que habéis hecho a Vuestro Cristo pontífice de la creación y ministro de la acción de gracias, que le habéis puesto como mediador entre el cielo y la tierra, encargado de ofreceros sin cesar la Hostia de alabanza y el Cáliz de bendición, permitidme que, unido a Jesucristo oculto en el fondo de mi corazón (y a todos los sacerdotes que celebran en este momento la misa), entonce también en nombre de todas las criaturas el himno de acción de gracias.

Os alabo y Os bendigo, Padre Santo, Trinidad adorabilísima, por todos los bienes concedidos a los hombres mis hermanos, y particularmente a los hijos del Sacerdocio.

5.6.19

Oración de Santo Tomás de Aquino para después de comulgar


Os doy gracias, Señor, Padre Santísimo y Todopoderoso, Dios Eterno, que sin ningún mérito de mi parte, sino solo por Vuestra misericordia, habéis querido saciarme con el sagrado Cuerpo y preciosa Sangre de Vuestro Hijo, nuestro Señor Jesucristo, aunque no soy más que un indigno pecador, y un siervo inútil.

Os suplico que esta comunión no sea cargo ni ocasión de castigo, sino intercesión saludable de perdón; que se anime mi fe, que se confirme mi voluntad en el bien, y me purifique de todos mis pecados; que aumente en mí la caridad, la paciencia, la humildad, la confianza, la mansedumbre, la obediencia, y todas las virtudes; que me defienda contra todos mis enemigos visibles e invisibles; que me una fuerte y únicamente a Vos, que sois mi Dios, y que me conduzca felizmente a la dichosa eternidad.

Hacedme la gracia, Os ruego, de que entre, aunque pecador, al festín inefable, en donde con Vuestro Hijo y el Espíritu Santo, sois la verdadera luz, la entera satisfacción, la alegría eterna, la felicidad verdadera, la dicha consumada de Vuestros escogidos.

Os lo pido por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

Así sea.

4.6.19

Ofrecimiento a Dios de los méritos de Nuestro Señor Jesucristo


Dios mío, Os ofrezco a Vuestro muy amado Hijo, por mi acción de gracias de todos los beneficios que me hacéis, como petición, ofrenda y adoración, y de todas mis resoluciones; en fin, Os lo ofrezco por mi amor y por todo lo que soy. Recibidle, Padre Eterno, por todo lo que deseáis de mí, puesto que nada tengo que ofreceros que no sea indigno de Vos, sino Aquel cuyo goce me concedéis con tanto amor.

(Santa Margarita María).

2.6.19

Oración para unirse al Sagrado Corazón de Jesús


Señor mío Jesucristo, quisiera adorar a Vuestro Padre con Vuestro Corazón.

Quisiera amar, dar gracias a Vuestro Padre con Vuestro corazón.

Quisiera reparar la gloria de Vuestro Padre con Vuestro Corazón.

Quisiera servir a Vuestro Padre y aceptar su beneplácito, con Vuestro Corazón.

Quisiera adorar, amar, dar gracias, escuchar a Vuestro divino Espíritu, con Vuestro Corazón.

Quisiera adoraros, amaros, agradeceros, pediros perdón, orar, serviros y seguiros, con Vuestro Corazón.

Quisiera hablar de Vos, haceros conocer, haceros amar, hacer que todos Os dieran gracias y Os sirvieran, con Vuestro Corazón.

Quisiera amar y hacer amar a Vuestra Santísima e Inmaculada Madre, con Vuestro Corazón.

Quisiera amar y servir a las almas, con Vuestro Corazón.

Quisiera amar y practicar la pobreza, la castidad, la obediencia, la mortificación, la humildad, la caridad, la dulzura, la paciencia..., con Vuestro Corazón.

Corazón de Jesús, sed mi corazón.

31.5.19

Mes de junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús: Consagración por San Alfonso María de Ligorio


Amable Jesús mío, ¿cómo no había de entregarme yo a Vos, después de que Vos me habéis entregado Vuestro Cuerpo y Sangre y todo Vos mismo? Yo Os ofrezco todo lo que tengo y todo lo que soy. Me abandono enteramente a Vos. Os consagro toda mi voluntad, dignaos aceptarla y disponer de ella según Vuestro beneplácito.

Nada tengo, nada puedo; pero tengo un corazón que me habéis dado, y que nadie puede quitarme. Con este corazón puedo amaros, con este corazón quiero amaros. Pero para amaros, necesito Vuestro auxilio, y lo imploro. A Vos Os toca, ¡oh mi amabilísimo Jesús!, hacer que mi pobre corazón sea todo Vuestro, este corazón que en lo pasado correspondió a Vuestro amor con tanta ingratitud. ¡Ojalá que mi corazón sea todo fuego para Vos, como Vos lo sois para mí! Y que en adelante esté tan unido con Vos, que Vuestra santa voluntad sea la única regla de todos mis pensamientos, acciones y deseos.

¡Oh María Inmaculada!, cuyo Corazón ha estado siempre conforme con el Corazón de Jesús, obtenedme la gracia de no desear en adelante sino lo que Jesús y Vos queráis. Así sea.

29.5.19

Elevaciones de una alma entregada toda a Dios


¿Qué daré yo al Señor por las gracias de que me ha colmado? ¡Tomaré el cáliz de salud e invocaré su santo nombre!

¡Señor, Dios de mi vida! ¡Oh amado de mi corazón!, yo no soy más que un despreciable gusano de la tierra, ¿cómo Os saludaré?

¿Cómo cantaré dignamente Vuestras maravillas, yo que no soy sino polvo y ceniza, la misma miseria e impotencia?

¡Ah!, ¡tengo una hostia, hostia de alabanza que reposa en el altar de mi corazón! ¡Con este tesoro pagaré Vuestros beneficios, con esta hostia cantaré Vuestras grandezas y publicaré Vuestras misericordias!

¡Oh, Señor, qué hermosa es mi suerte y qué preciosa la porción de mi herencia!

Vos mismo sois, oh Dios mío, mi porción escogida, mi corona y mi gloria.

Multipliquen los hijos del siglo sus debilidades, abrévense de sangrientas libaciones, tomen el alimento que da la muerte. En cuanto a mí, no tomaré parte en sus embriagadoras locuras. La copa del pecador no se acercará a mis labios, y la iniquidad no tendrá acceso a mi corazón.

¡El Rey ha entrado en su reino; se ha sentado en el trono de mi corazón! ¡Le tengo, es mío! ¡Le tengo y no le dejaré ir!

Ha teñido mis labios con su sangre. Me ha vestido con la vestidura de la inocencia. Ha afirmado mis pasos en el camino recto. Bajo su cetro de amor andaré por los senderos de la vida.

El Señor me rige: nada me faltará. Me conducirá a buenos pastos, entraré, saldré y mi alegría será perfecta.

¡Ah, Señor!, el vino con que llenáis la copa de mi corazón, es para mí una bebida deliciosa. Los perfumes que derramáis sobre mi cabeza, la ennoblecen y la elevan.

Vos destiláis el bálsamo, ¡oh celestial Esposo! La dulzura y la suavidad, la mansedumbre y la misericordia corren con abundancia de Vuestro pecho abierto. De Vuestro abrasado corazón saltan mil chispas, que me traspasan hasta la médula de los huesos y causan un incendio de amor.

¡Oh divino vencedor, lanzad aún Vuestras flechas sobre este gusanillo que Os ama! ¡Que le hieran como una herida incurable!

Hoguera de la caridad que reposáis en mi seno, devorad la víctima y el altar...

Consumid en mí todo lo humano, destruid el hombre viejo; acabad en mí con todos mis enemigos, es decir, con mis sentidos, mis pasiones e inclinaciones desordenadas; reducidlas hasta formar de ellas el escabel de Vuestros pies.

Haceos uno conmigo, y que yo no viva ya, sino que Vos solo, oh Jesús, viváis, reinéis, y triunféis en mí.

Amén.

27.5.19

Oración de San Agustín a la llaga del Sagrado Corazón


Señor mío Jesucristo, Os suplico en nombre de aquella Llaga de amor que habéis recibido por nuestra salvación en la Cruz, y de la cual corrió la preciosa Sangre que nos ha rescatado, que hiráis el alma pecadora de Vuestro siervo, por la cual Os habéis dignado morir; heridla con el dardo de fuego todopoderoso de Vuestra inmensa caridad, para que mi alma Os diga: "¡Estoy herido de amor, de día y de noche corran sobre mi alma abundantes lágrimas!".

¡Oh amor, que ardéis siempre y no os apagáis jamás,
abrasadme!

14.4.19

Gradual


O vos omnes qui transitis per viam, attendite et videte si est dolor sicut dolor meus.
¡Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino!, atended y ved si hay dolor semejante a mi dolor.

Cum dilexisset suos, qui erant in mundo, in finem dilexit eos.
Habiendo amado Jesús a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Alleluia, alleluia. Discite a Me quia mitis sum et humilis Corde, et invenietis requiem animabus vestris. Alleluia.
Aleluya, aleluya. Aprended de Mí, que soy manso y humilde de Corazón, y encontraréis el reposo de vuestras almas. Aleluya.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

13.4.19

Cantad las alabanzas del Señor


Yo os doy gracias, Señor: estabais irritado contra mí, pero Vuestro enojo se apaciguó y me habéis consolado. Mi Dios es mi Salvador, obraré, pues, con confianza y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi gloria, y El mismo es mi salud. Hijos de Israel, sacaréis con alegría aguas puras de las fuentes del Salvador, y diréis en ese día: "Cantad las alabanzas del Señor e invocad su nombre; enseñad a todos los pueblos las invenciones de su sabiduría y acordados que su nombre es grande. Cantad himnos al Señor porque ha hecho cosas magníficas, anunciad su gloria por toda la tierra. Estremeceos de alegría, casa de Dios, y bendecid a Dios porque el Grande, el Santo de Israel, está en medio de vosotros".

Isaías, cap. 12

11.4.19

Piadosa aspiración a la Llaga del Sagrado Corazón de Jesús


¡Oh amabilísimo Jesús! Yo desearía (si esto fuera posible) alabaros tan perfectamente, amaros tan ardientemente, serviros tan fielmente, complaceros tan completamente y contribuir a Vuestra gloria tan eficazmente, como lo hacen los ángeles y los hombres todos juntos y cada uno en particular. Me uno a las alabanzas y al amor de todos, me ofrezco y me entrego sin reserva a Vos por medio de vuestro dulcísimo Corazón para glorificaros, esforzándome en hacer con Vuestra gracia cuanto Vos me ordenéis. Quitad de mi alma toda resistencia a Vuestros deseos, y haced que siempre se cumpla en mí Vuestra santísima voluntad.

Jesús Cristo amabilísimo y dulcísimo, gloria a Vos, honor y alabanza para esta llaga de Vuestro Corazón. En esta herida es donde con toda confianza pongo mi corazón y mi alma, mis fuerzas, intenciones y afectos. Os ruego por esta sangre y agua que habéis derramado, Os dignéis dirigirme y poseerme; consumidme con el ardiente fuego de Vuestro amor, uniéndome estrechamente a Vos. Amén.

Beato Juan Justo Lanspregio, cartujo.