Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

Mostrando entradas con la etiqueta debizance. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta debizance. Mostrar todas las entradas

27.4.20

Guía que ofrece salvoconducto


¿Quién me librará de esta desdicha,
quién me librará de este mal?
¿Quién me sacará de la codicia,
de la inmundicia infernal?

¿Quién me hará pasar las fronteras
de la esperanza fugaz?

¿Quién romperá mis cadenas,
quién me podrá liberar?

Tú sola, mi Virgen florida,
madre del Verbo Real,
mi apoyo en las horas de duelo,
mi salvoconducto a la eterna ciudad.

Tú, Virgen del Monte Carmelo,
Señora a la que me gozo cantar,
tú, de mi alma el consuelo,
pues poderoso es a Dios tu rogar.

Eres de los ángeles deleite,
del malvado enemigo terror infinito y sin par,
eres del cristiano defensa,
del que llora cohibido amoroso suspiro al orar.

Tu escapulario es mi seña,
mi logo, mi emblema,
mi signo a tu pertenencia
y mi identidad.

Mi pasaje, mi amurallado reducto,
mi salvoconducto;
tu escapulario es el más refinado producto
de ti, Reina Celeste, para la humanidad.


Ludobian de Bizance.

16.7.19

16 de julio, día de Ntra. Señora en su advocación del Monte Carmelo


LUZ QUE DESPEJA EL SENDERO

Luz que despeja el oscuro sendero,
de los carmelitas firme asidero,
de tu casa soy tenaz mensajero,
tengo por Señora la Reina del Cielo.

En tu manto estoy reposado,
a tu sombra voy confiado
nada necesito contigo a mi lado.


¡No permitas Madre, que caiga en un agujero,
se tú la luz que despeja el sendero!


Todo lo que tengo es mi oración
y mientras camino canto tu canción
eres tú, Señora, mi devoción,
del carmelo orgullo, guía y bendición.


¡No permitas Madre, que caiga en un agujero,
se tú la luz que despeja el sendero!


Por altos apriscos voy sin mirar,
no temo a las angustias de tropezar,
a tu lado todo se puede sobrellevar,
cogido de tu mano, puedo avanzar.


¡No permitas Madre, que caiga en un agujero,
se tú la luz que despeja el sendero!


Vigílame cual niño, Madre amorosa,
con tu voz me animas, siempre cariñosa,
me guardas de las fieras pecaminosas,
y así dulce me llevas a la Patria gloriosa.


¡No permitas Madre, que caiga en un agujero,
se tú la luz que despeja el sendero!


De las divinas gracias digna, Santa María radiante,
sé a mí benigna, ruega suplicante,
a Cristo tu Hijo, te pido expectante,
me mantenga el alma limpia y nunca arrogante.


¡No permitas Madre, que caiga en un agujero,
se tú la luz que despeja el sendero!


Madrecita de los carmelitas,
míranos aquí rogando,
Reina Celesta no nos permitas
sin tu ternura ir transitando.

| Ludobian de Bizance para OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

3.10.18

..."y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa"


Estas hermosas palabras se encuentran en el versículo 27 del capítulo 19 del Evangelio de San Juan. El Señor, a punto de morir en la cruz por el género humano, deja a su Madre al cuidado de su discípulo. La Iglesia también ha visto en este gesto cómo da a su Madre a todos los cristianos. En la expresión: "ahí tienes a tu hijo" , seguida del: "ahí tienes a tu madre", nos da el regalo más afectuoso e invalorable de su Santísima Madre como madre también nuestra.

El narrador continúa diciendo: "y el discípulo la acogió en su casa". ¿Qué es, pues, este "acoger en su casa" para nosotros, mas que acoger a Santa María en nuestro corazón? Porque, ¿cuál es "la casa" del hombre, nuestro habitáculo más íntimo, preciado y donde ponemos solo a la gente que más amamos? En efecto: este lugar en donde debemos "acoger" a la Madre del Señor no es más que nuestro propio corazón.

10.5.18

El camino correcto a la santidad


Cuando veo gente a mi alrededor que es tan santa y perfecta, mucho más que yo a pesar de todas mis misas, mis oraciones, mis rosarios... No puedo menos que constatar que la santidad es más cercana y alcanzable de lo que nos podemos imaginar. Lo que ocurre es que tendemos a pensar que es algo imposible, y ese es un engaño del Enemigo puesto que, pensando que no llegaremos nunca a santos, muchas veces nos dejamos llevar hacia el pecado o la ofensa a Dios por comodidad. Pero no es así: la santidad está mas cerca de nosotros de lo que nos imaginamos, y solo tenemos que extender un poquito la mano y cogerla, porque es una gracia divina. Dios nos la pone al alcance de cada uno. De otra manera, ¿qué Dios sería?

Otro error es que muchos queremos hacernos santos según nuestras ideas, nuestra concepción de santidad, y ese es otro gran fallo, ¡si esperamos ser santos siguiendo nuestros erráticos caminos, nunca lo seremos! Debemos dejarnos guiar por el Señor.

6.4.18

"Cantos al atardecer", nuevo libro de poemas religiosos


Acaba de ser publicado en Amazon el último libro de Ludobian de Bizance, "Cantos al atardecer". Se trata de un poemario con un gran contenido religioso, en donde abunda el deseo de unión con el Señor, una unión perfecta, mística, indivisible y eterna. Como huyendo de los peligros y tentaciones de este mundo, de Bizance tiende -e invita a hacerlo- la mirada hacia arriba, hacia lo alto -de un modo espiritual-, en ansia por la llegada del alba, la "Luz Eterna", como dice en el subtítulo del libro, que no es otra que Cristo el Mesías.

Dividido en tres partes principales, el poemario "Cantos al atardecer" comienza, cómo no, con versos y rimas dedicadas a Dios Padre. Continúa unas páginas más allá con poemas a Nuestra Señora del Carmelo, para terminar en las últimas páginas con poemas muy personales que evocan el recuerdo de una unión mística con la persona amada, y unos poemas sueltos de corte escatológico como colofón al libro.

31.5.17

La corresponsabilidad en el Juicio Final


Cuando Cristo nos recomienda servir y no ser servidos, la pobreza, la humildad, la mansedumbre, la obediencia... No lo está diciendo solamente porque en este mundo tendremos más fácil seguirle de esa forma sino, y además, porque en el día del Juicio éste será menos duro para todos los que hayan llevado ese modelo de vida.

En efecto, el Juicio al que todos debemos enfrentarnos va a ser una prueba terrible, nada parecido al de los hombres, y no habremos visto nada semejante. Aunque sus detalles están ocultos y solo serán revelados en el momento preciso, podemos señalar, a la luz de las Escrituras, varios aspectos que habremos de enfrentar en él.

14.4.17

El auténtico Cristo de las procesiones


Mientras la Semana Santa vivía su punto álgido en la ciudad, y mientras en el centro de la urbe se vivían momentos de aglomeración con los pasos procesionales entre la multitud, en el extrarradio, en un barrio no demasiado alejado de toda aquella muestra de folklore y religión (y en cierto modo, parafernalia a veces), un chico que no pasaría de la treintena preparaba una enorme bolsa, en cuyo interior guardaba todas sus pertenencias, sacaba una manta, abría la puerta de un cajero bancario, y se disponía a pasar la noche en su interior, para resguardarse del frío de fuera.

Pasé a su lado pensando qué irónico era que, mientras la mayoría del populacho se golpeaba el pecho y rendía culto a un cristo de madera, ante mí se encontraba, y no muy lejos de ellos, todo un Cristo de carne y hueso sin que nadie se diera cuenta ni le importase al pasar a su lado.