Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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6.10.18

De las virtudes y de los vicios: Indiferencia



La Indiferencia procede también de la Disipación. La Soberbia, la Frialdad y la Tibieza forman su atmósfera. La Indiferencia llega a helar hasta tal grado el corazón, que nada es capaz de volverlo a la vida de la Gracia. Este horrible vicio hace que la Infidelidad y la Inconstancia suban de punto. El sello de la Indiferencia es la Ingratitud.

Un alma pecadora tiene remedio, un alma indiferente no lo tiene. La Indiferencia es la reina de los vicios, es la que lleva al alma a la Impenitencia final y de ésta al infierno. Las almas pecadoras y aun las almas obstinadas llegan con un golpe de la divina gracia a convertirse, mas los indiferentes llevan a su ser la Sordera total, esa fatal insensibilidad para todo lo divino que les cierra por completo las fuentes del arrepentimiento y de la gracia.

30.8.18

De las virtudes y de los vicios: Indiferencia



La Indiferencia es una virtud muy elevada, que baja solamente a los corazones muy puros y muy purificados y ejercitados en la práctica de las virtudes. La Indiferencia es hija de la Pureza de intención.

v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

27.7.17

¿Qué es "la santa indiferencia"?


"Nada pedir, y nada reusar", así resumía San Francisco de Sales la santa indiferencia. Pues sí, en efecto, eso es. La "santa indiferencia" es el estado al que llega el alma que se abandona totalmente en las manos de Dios y, sumergida de tal forma, nada le causa desazón ni congoja.

Por supuesto, una persona en ese estado sigue siendo humana y, como tal, experimenta inicialmente un cierto pesar ante algunos acontecimientos de su vida que pueden ser dolorosos, alegrías, penas, tristezas, y obviamente dolor. Pero su abandono en la Providencia es de tal envergadura que lo asume todo, y se enfrenta a ello con un espíritu de apacible tranquilidad. Sabe que nada ocurre sin que Dios lo permita, y ante los acontecimientos más duros se muestra humilde, resignado, y benevolente.