El día 26 de julio la Iglesia Católica celebra la festividad de Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María. Aunque los nombres de los padres de la Virgen María no aparecen en los libros bíblicos, la tradición los ha recogido de textos apócrifos que los mencionan. No obstante lo importante no es saber el nombre en sí, sino que en este día se recuerda a los padres de nuestra Señora la Virgen María, indiferente de cuales fuesen sus nombres históricamente.
Por ser Joaquín y Ana abuelos de Jesucristo, éste día también es el día de los abuelos.
Oración:
Bendito sea el Señor, que escogió a la bienaventurada Ana para Madre gloriosa de Nuestra Reina, la siempre Virgen María, y que se digne recibir benignamente los honores tributados a la que fue tan favorecida por su misericordia.
Amén.
Oración a Santa Ana:
Señora Santa Ana, a quien reverencia la católica Iglesia como digna madre de la Reina del cielo, yo uno mis felicitaciones en este augusto día a cuantas os son dirigidas por todos los ámbitos del mundo cristiano, y lleno de gozo el corazón por vuestra dicha eterna cerca de la excelsa Hija por quien fuisteis hecha gloriosa abuela del Señor, os suplico respetuosamente me dispenséis vuestra protección, para que después de honrar vuestra memoria en la tierra, logre la felicidad de acompañaros en el cielo, a cuya gloriosa Reina, vuestra bendita Hija, también felicito humilde en esta festividad, que celebramos en honor vuestro, para gloria del soberano dispensador de todas las gracias, de las que tanto os colmó.
Amén.
Madre augusta de María,
de los pobres pecadores
no desprecies los loores
en este tu fausto día.
Y pues gozas tanto honor
cerca de tu Hija bendita,
para todos solicita
la bendición del Señor.
Así sea en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración a San Joaquín:
Rogad por nosotros, patriarca San Joaquín. Rogad también por los fieles difuntos, para que vuestra felicidad, que hoy celebramos, lleve la alegría a todas las almas.
Amén.
Patriarca ilustre,
Joaquín dichoso
que a tu Hija miras
en almo solio.
Y oyes que se alzan
cantos sonoros
con que la aplauden
celestes coros.
Hoy que en la tierra
los fieles todos
gracias al cielo
rinden devotos
porque le plugo
darte con colmo
la excelsa dicha
que es nuestro asombro.
Deja, gran Santo,
que al común gozo
mi pecho se una
cual ambiciono.
Yo, con la Iglesia,
tu nombre encomio,
tu dicha aplaudo,
tu auxilio invoco.
Y ante el Eterno
mi frente postro,
y sus bondades
contigo adoro.
Así sea en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.