Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

11.4.23

"Subida al Monte Carmelo" y "Noche Oscura", de San Juan de la Cruz, actualizada (206)



14. Cuando acontece que estos favores se le hacen al alma en celada (guarnecida) -que esto ocurre sólo, como hemos dicho, en espíritu-, suele en algunas de estas comunicaciones el alma verse -sin saber cómo le ocurre esto- tan apartada y alejada según la parte espiritual y superior respecto de la porción inferior y sensitiva, que conoce en sí dos partes tan distintas entre ellas que le parece no tiene que ver la una con la otra, dándole la sensación de que está muy remota y apartada de la una. Y la verdad, en cierta manera así lo está porque según esta operación -ya que entonces es toda espiritual- no comunica en la parte sensitiva. De esta suerte se va haciendo el alma toda espiritual; en estos escondrijos de contemplación unitiva se le acaban de quitar los despojos de las pasiones y apetitos espirituales en mucho grado. Y así, hablando de la parte superior del alma, dice luego este último verso:


Estando ya mi casa sosegada.


CAPÍTULO 24
Se finaliza con la explicación de la segunda canción.


1. "Estando ya mi casa sosegada" es tanto como decir: "estando la parte superior de mi alma ya también -como ya le ocurriera a la inferior-, sosegada según sus apetitos y potencias, salí a la divina unión de amor de Dios".

2. Por cuanto de dos maneras por medio de aquella guerra de la oscura noche, como queda dicho, es combatida y purgada el alma, conviene a saber: según la parte sensitiva y la espiritual, con sus sentidos, potencias y pasiones. Y también de dos maneras según estas dos partes sensitiva y espiritual, con todas sus potencias y apetitos, viene el alma a conseguir paz y sosiego (nota del actualizador: nótese aquí las menciones a parte sensitiva y espiritual; sentidos, potencias y pasiones, y potencias y apetitos. Es decir, dos partes y dos grupos a combatir: por un lado sentidos, potencias y pasiones; y por el otro, potencias y apetitos. Lo explica bien el Santo, mostrando claramente toda la relación y cruces existente entre todas ellas). Y así es que -como también queda dicho- repite dos veces este verso, obsérvese: en esta poesía y en la anterior, por razón de estas dos porciones del alma, espiritual y sensitiva (nota del actualizador: recordemos que en la primera estrofa era: "(...) salí sin ser notada / estando ya mi casa sosegada". Y en la segunda: "(...) a oscuras y en celada, / estando ya mi casa sosegada", como nos recuerda aquí San Juan de la Cruz). Estas dos partes del alma, espiritual y sensitiva, para poder ella salir a la divina unión de amor es adecuado que estén primero reformadas, ordenadas y sosegadas en cuanto a lo sensitivo y espiritual conforme al modo del estado de la inocencia que había en Adán. Y así este verso, que en la primera poesía es entendido en cuanto al sosiego de la porción inferior y sensitiva, en esta segunda se entiende específicamente de la parte superior y espiritual, y es por eso que se ha repetido dos veces.

3. Este sosiego y quietud de esta casa espiritual viene a conseguir el alma de manera habitual y perfectamente -según esta condición de vida sufre (nota del actualizador: o sea, todo lo que sea posible en esta condición bajo la mortal existencia en este mundo)-, por medio de los actos de toques sustanciales de unión que acabamos de decir y que, amparada (en celada) y escondida de la turbación del demonio y de los sentidos y pasiones, ha ido recibiendo los mencionados toques de la Divinidad, con los cuales y en su acción el alma se ha ido purificando y, también como digo, sosegando y fortaleciendo, así como haciéndose estable para poder dar asiento a recibir la mencionada unión, que es el divino desposorio entre el alma y el Hijo de Dios.

El cual, luego que estas dos casas del alma se terminan de sosegar y fortalecer en uno con todos sus domésticos (nota del actualizador: "domésticos", el Santo lo abordó en capítulos anteriores, y recordemos que se refiere a las actividades, apetitos e inclinaciones que consigo llevaba -o mejor dicho, arrastraba- de su baja condición el alma) de potencias y apetitos, poniéndolos adormecidos y en silencio respecto de todas las cosas de arriba y de abajo, inmediatamente esta divina Sabiduría se une en el alma con un nuevo nudo de posesión de amor, y se cumple como ella lo dice en el libro de la Sabiduría (18, 14-15): "Dum quietum silentium contineret omnia, et nox in suo cursu medium iter haberet, omnipotens sermo tuus, Domine, a regalibus sedibus" ("mientras la quietud del silencio contenía todo, y la noche estaba a la mitad de su curso, tu omnipotente discurso, oh Señor, desde los tronos reales"). Lo mismo da a entender la Esposa en los Cantares, diciendo que después que pasó los que la desnudaron el manto de noche y la llagaron (5, 7), halló al que deseaba encontrar su alma (3, 4).

4. No se puede llegar a esta unión sin gran pureza, y esta pureza no se alcanza sin una gran desnudez de toda cosa creada y de una viva mortificación. Lo cual es referido en la metáfora del texto anterior, donde se lee el "desnudar el manto a la Esposa" y "llagarla de noche" en su búsqueda y pretensión del Esposo. Esto es así ya que el nuevo manto que pretendía del desposorio no se le podía vestir sin desnudarse antes del viejo. Por tanto, el que rehusare salir en la noche ya dicha a buscar al Amado y se resistiese también a ser desnudado de su voluntad y mortificado (que a esto se refiere en el texto con la indicación de que "la llagaron"), sino que en su lecho y acomodamiento le busca, como hacía la Esposa, no llegará a hallarle. Porque como vemos, esta alma de la poesía dice de sí que lo halló, saliendo ya a oscuras y con ansia de amor.







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