La gran promesa: Entre las muchas y ricas promesas que Jesucristo hizo a los que fuesen devotos de su Sagrado Corazón, siempre ha llamado y llama la atención la que hizo a los que comulgasen en honra suya nueve primeros viernes de mes seguidos. Es tal, que todos la conocen con el nombre de "
la gran promesa".
He aquí cómo la refiere santa Margarita de Alacoque:
"
Un viernes, después de la Sagrada Comunión, mi Divino Maestro dijo a esta su indigna esclava lo siguiente: 'Yo te prometo en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros vienes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final, que no morirán en mi desgracia ni sin recibir los Sacramentos, sirviéndoles mi Corazón de asilo seguro en aquella última hora'".
Lo que se compromete en esta promesa: En esta promesa se promete el favor de morir en gracia de Dios. Sea que reciba los sacramentos en la última hora, sea que los haya recibido antes y no haya perdido la gracia después, sea que haga un acto de contrición equivalente al sacramento de la penitencia, según esta promesa, el que comulgue seguidos nueve primeros viernes morirá con los sacramentos, y en gracia y amistad de Dios.
Lo que es necesario hacer para obtener esta gracia: Comulgar nueve primeros viernes de mes seguidos en gracia de Dios, con intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús. Esto es lo necesario y nada más, ni confesión, ni oraciones, ni otras prácticas de otro tipo.
Lo que conviene hacer para obtener esta gracia: Además de esto, para celebrar bien los primeros viernes en honra del Corazón de Jesús, conviene, aunque no es necesario, honrar al Corazón divino con algunas devociones, ora solemnes, como suelen usarse en algunos Apostolados, o bien privadas, según la devoción y posibilidades de cada uno.
Culto solemne el primer viernes. Por la mañana se puede tener comunión general a buena hora, y a la tarde una función más o menos breve y solemne al Corazón de Jesús, exponiendo al Santísimo, explicando o leyendo la Intención del mes o algunas palabras acerca de ella, rezando las letanías y algún acto de desagravio o de consagración. Caso de no poderse hacer esto a la tarde, se puede hacer todo ello en la misma mañana durante la misa de comunión.
Culto privado el primer viernes: Cuando no hay culto público o no se puede asistir a él, se puede hacer de forma particular. Por ello, se puede realizar la oración siguiente, además de las letanías al Sagrado Corazón de Jesús, o algún acto de desagravio, o de consagración. También se puede acompañar de
una novena, coincidiendo con los nueve primeros viernes de los nueve meses.
Oración para el culto privado, que puede hacerse después de cada una de las comuniones de los nueve primeros viernes de mes: Jesús mío dulcísimo, que en vuestra infinita y bondadosísima misericordia prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaren en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos, acordaos de esta promesa y a mí, indigno siervo vuestro, que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en Vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.
Jaculatorias: Corazón de Jesús, Casa de Dios y Puerta del cielo, tened piedad de nosotros. Corazón de Jesús, rico con todos los que os invocan, tened piedad de nosotros. Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en Vos, tened piedad de nosotros. Letanías al Sagrado Corazón de Jesús: Señor, ten piedad de nosotros..
- Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad de nosotros...
- Cristo, ten piedad
Señor: ten piedad de nosotros...
- Señor, ten piedad
Jesucristo, óyenos...
- Cristo, óyenos
Jesucristo, escúchanos...
- Cristo, escúchanos
Oh Dios, Padre Celestial...
- Tened misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo...
- Tened misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo...
- Tened misericordia de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios...
- Tened misericordia de nosotros
Corazón de Jesús, Hijo Eterno del Padre...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, de majestad infinita...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, templo santo de Dios...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, sagrario del Dios Altísimo...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuego inagotable de caridad...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, donde se encierra toda justicia y todo amor...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, pleno de bondad y de amor...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, ilimitado en todas las virtudes...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, dignisimo de toda alabanza...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien existen todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien habita la plenitud de la divinidad...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien el Padre Celestial se ha complacido plenamente...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nos enriquecemos...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, deseado de todas las naciones...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, paciente y de gran misericordia...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, rico y generoso con todos los que te invocan...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, propicio a perdonar nuestros pecados...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, saturado por los oprobios de la gente...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, quebrantado por nuestros pecados...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, atravesado por una lanza...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren...
- Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos...
- Ten piedad de nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Ten misericordia de nosotros
¡Jesús, manso y humilde de corazón...,
- haced nuestro corazón semejante al vuestro!
Oración de las letanías: Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu amantísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te dió en nombre de los pecadores, y concede propicio el perdón a los que imploramos tu misericordia, en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina en unión con el Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús: Rendido a vuestros pies, ¡oh, Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro amabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros, como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.
¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesucristo, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! ¡Mirad que soy muy inculto, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia! ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los abatidos, y caigo a cada paso y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sé tú todo para mí, Sagrado Corazón, socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda mi necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón: Vos lo alentasteis, cuando con tiernos acentos dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: "Venid a Mí..., Aprended de Mí..., Pedid..., Llamad...,". A las puertas de vuestro Corazón vengo, pues, hoy, y llamo, y espero. Del mío os hago, ¡oh mi Señor!, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo todo Vos, tomad Vos todo cuanto soy y tengo, y dadme, en cambio, lo que sabéis me ha de hacer agradable para Vos y dichoso en la eternidad. Me pongo enteramente a vuestro servicio, tomadme como Vos queráis: esclavo, siervo, servidor tuyo, con tal de que permanezca siempre fiel a Vos, y no os defraude jamás. Amén.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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