Muchas personas piadosas hacen votos y promesas a Dios muchas veces, bien para obtener alguna gracia, o para adquirir más perfección y agradar más a nuestro Señor. El voto es una promesa deliberada hecha a Dios de una cosa mejor. No son votos los sencillos propósitos que hacemos a Dios, o en nuestro interior, de alguna materia, sino que el voto es una promesa formal, deliberada, advertida, considerada, con la cual nos comprometemos seriamente y bajo pecado a alguna cosa. Si no hubo advertencia plena, intención de obligarse y libertad de cumplir, el voto no vale nada, y es como si no se hubiera hecho. Y cuando uno mismo duda de si hizo voto o sencillo propósito, no se tenga por obligado como voto.
Puede uno obligarse con voto, según cada uno quiera, o bajo pecado mortal o bajo pecado venial. Pero ahora bien, es de advertir que no se puede uno obligar bajo pecado mortal cuanto la materia es leve, por ejemplo a rezar una vez tres Avemarías. En cambio, puede obligarse bajo pecado venial, aunque la materia sea grave (por ejemplo, hacer voto por erigir un templo).
Consejos acerca de los votos:
- No se hagan sin reflexionar.
- No se hagan votos numerosos, es mejor hacer pocos y cumplirlos.
- No se hagan votos sobre cosas muy difíciles.
- Consultar antes a un director espiritual prudente.
- Cuando se tenga dificultad real y manifiesta en cumplir un voto, acudir a un confesor.
En general, es mejor contentarse con hacer propósitos sin más, y cumplirlos, y sólo dejar los votos para los casos más graves, o para estados en los que son necesarios (sacerdocio, matrimonio, consagración...). Con cumplir los propósitos que realicemos ya tendremos tarea más que suficiente, sin necesidad de acudir a votos estrafalarios. Hacer votos a la ligera cuando estamos en dificultades o en situaciones extremas (enfermedad mortal, gran desgracia personal...) no es nada aconsejable, dado que podríamos incurrir en pecado cuando, una vez superada la situación, nos olvidemos del voto o no estemos en condiciones de cumplirlo. Por ello, los votos siempre han de darse en situaciones de paz espiritual, y de equilibrio emocional y en profunda serenidad.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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