En la vida espiritual y trato conmigo, también introduce Satanás muy delicadamente este vicio horrible de la Susceptibilidad en las almas soberbias. Llegan a formarse éstas muy secretamente un alto concepto de sí mismas, y ¡oh pasmo para los mismos ángeles!, se creen interiormente, (aunque sus palabras manifiesten lo contrario), acreedoras a mis favores y a mis gracias, mas, como esto mismo hace que éstas se alejen, y mucho, les viene la ira espiritual perfecta contra Mi, ofendiéndome, ¡y cuánto!
Estas santidades falsificadas hacen a las almas, repito, susceptibles hasta conmigo mismo, y si no las consuelo cuando ellas se imaginan que debiera hacerlo, si no les doy fervores sensibles, si me les escondo en la oración, luego respiran por la herida del más fino amor propio, volviéndose contra Mí, y aun en su interior echándome en cara mi, a su ver, injusto proceder.