Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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4.5.22

Ave Maris Stella (en latín y en español)



Aver, maris stella,
Dei Mater alma,
atque semper Virgo,
felix coeli porta.

Sumens illud Ave
Gabrielis ore,
funda nos in pace,
mutans Hevae nomen.

Solve vincla reis,
profer lumen caecis,
mala nostra pelle,
bona cuncta posce.

Monstra te esse Matrem,
sumat per te preces,
qui pro nobis natus
tulit esse tuus.

Virgo singularis,
inter omnes mitis,
nos culpis solutos,
mites fac et castos

Vitam praesta puram,
iter para tutum,
ut videntes Iesum,
semper collaetemur.

Sit laus Deo Patri,
summo Christo decus,
Spiritui Sancto,
tribus honor unus. Amen.




Salve del mar estrella

Salve del mar estrella,
de Dios Madre pura,
y siempre Virgen,
feliz del cielo puerta.

Al recibir aquel "ave"
de boca de Gabriel,
fúndanos en la paz
mudando de Eva el nombre (Eva en Ave).

Suelta las cadenas a los reos,
da luz a los ciegos,
los males nuestros quita,
los bienes todos consíguenos.

Muestra que eres Madre,
reciba por ti nuestras preces
el que por nosotros nacido
quiso ser tuyo.

Virgen singular,
entre todas mansa,
a nosotros de culpas libres,
mansos haznos y castos.

Vida danos pura,
camino prepáranos seguro,
para que viendo a Jesús
siempre nos alegremos.

Sea la alabanza a Dios Padre,
al sumo Cristo loor,
al Espíritu Santo,
y a los tres un mismo honor. Amén.

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1.5.22

Cor arca (en latín y en español)



Cor, Arca legem continens,
non servitutis veteris,
sed gratiae, sed veniae,
sed et misericordiae.

Cor sanctuarium novi
intemeratum foederis,
templum vetusto sanctius,
velumque scisso utilius.

Te vulneratum charitas
ictu patenti voluit,
amoris invisibilis
ut veneremur velnera.

Hoc sub amoris symbolo,
passus cruenta, et mystica,
utrumque sacrificium
Christus Sacerdos obtulit.

Quis non amantem redamet?
Quis non redemptus diligat,
et Corde in isto seligat
aeterna tabernacula?

Decus Parenti, et Filio,
Sanctoque sit Spiritui,
quibus potestas, gloria,
Regnumque in omne est saeculum. Amen.





Oh Corazón.

Oh Corazón, arca que contiene la ley,
no de la esclavitud antigua,
sino de la gracia, del perdón,
y de la misericordia.

Oh Corazón, santuario intemerado
de la nueva alianza,
templo más santo que el antiguo
y velo más sutil que el que se rasgó.

La caridad quiso que fueses herido
con patentes heridas
para que venerásemos las heridas
del amor invisible.

Bajo este símbolo de amor,
padeciento sangrientos y místicos dolores,
ofreció Cristo Sacerdote
ambos sacrificios.

¿Quién no devolverá amor a quien le ama?
¿Quién, redimido, no amará
y no elegirá a este Corazón
como su perpetua morada?

Honor al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo,
suyos son el poder, la gloria,
y el Reino por todos los siglos. Amén.

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29.4.22

Auctor beate saeculi (en latín y en español)



Auctor beate saeculi,
Christe, Redemptor omnium,
Lumen Patris de lumine,
Deusque verus de Deo.

Amor coegit te tuus
mortale corpus sumere,
ut novus Adam redderes
quod vetus ille abstulerat.

Ille amor, almus artifex Terrae,
marisque et siderum,
errata patrum miserans
et nostra rumpens vincula.

Non corde discedat tuo
vis illa amoris inclyti:
hoc fonte gentes hauriant
remissionis gratiam.

Percussum ad hoc est lancea,
passumque ad hoc est vulnera,
ut nos lavaret sordibus
unda fluente et sanguine.

Decus Parenti, et Filio,
Santoque sit Spiritui,
quibus potestas, gloria,
regnumque in omne est saeculum. Amen.





Autor bienaventurado del mundo

Autor bienaventurado del mundo,
Cristo Redentor de todos,
Luz de la luz del Padre,
Dios de Dios verdadero.

Tu amor te obligó
a tomar cuerpo mortal
para cual nuevo Adán,
devolvernos lo que el antiguo nos había quitado.

Aquel amor, excelso artífice de la tierra,
del mar y de las estrellas,
que se compadeció de los pecados de nuestros padres
y rompió nuestras cadenas.

No se aparte de tu corazón
la fuerza aquella de tu gran amor,
de esta fuente las gentes extraigan
del perdón la gracia.

Abierto para esto fue con la lanza,
padeció para esto heridas,
para lavarnos de nuestras manchas
agua derramando y sangre.

Honor al Padre y al Hijo,
y al Espíritu Santo,
suyo es el poder y la gloria
y el reino por todos los siglos. Amén.

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27.4.22

Adoro te devote (en latín y en español)



Adoro te devote, latens Deitas,
qua sub his figuris vere latitas.
Tibi se cor meum totum subiicit,
quia te contemplans totum deficit.

Visus, tactus, gustus in te fallitur,
sed auditu solo tuto creditur.
Credo quidquid dixit Dei Filius,
nil hoc verbo veritatis verius.

In cruce latebat sola Deitas,
at hic latet simul et humanitas.
Ambo tamen credens atque confitens
peto quod petivit latro poenitens.

Plagas, sicut Thomas, non intueor,
Deum tamen meum te confiteor.
Fac me tibi semper magis credre
in te spem habere,
te diligere.

O memoriale mortis Domini,
Panis vivus, vitam praestans homini,
praesta meae menti de te vivere,
et te illi semper dulce sapere.

Pie pellicane Iesu Domine,
me immundum munda tuo sanguine,
cuius una stilla salvum facere
totum mundum quit ab omni scelere.

Iesu, quem velatum nunc aspicio,
oro, fiat, istud, quod tam sitio:
ut te revelata cernes facie,
visu sim beatus tuae gloriae. Amen.





Te adoro devotamente

Te adoro devotamente, latente Deidad,
que bajo estas figuras verdaderamente te escondes.
A ti todo mi corazón se sujeta,
porque contemplándote todo desfallece.

La vista, el tacto, el gusto, se engañan,
pero por el oido solo segurametne se cree.
Creo cuanto dijo de Dios el Hijo,
nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.

En la cruz se ocultaba tu divinidad,
mas aquí se oculta también la humanidad.
Ambas cosas, sin embargo, creyendo y confesando,
pido lo que pidió el ladrón penitente.

Las llagas, como Tomás, no veo,
Dios, sin embargo, te confieso.
Haz que yo crea siempre más y más en ti,
que en ti tenga esperanza,
que a ti te ame.

¡Oh, recuerdo de la muerte del Señor!
Pan vivo, que vida das al hombre,
da a mi alma vivir de ti,
y que tú a ella siempre dulzamente le sepas.

Piadoso pelícano, Jesús, Señor,
a mí inmundo, límpiame con tu sangre,
de la cual una gota salva a todo el mundo
y puede limpiar de todo crimen.

Jesús, a quien velado ahora miro,
te ruego se haga lo que tanto anhelo:
que viéndote, revelada tu faz,
sea dichoso con la visión de tu gloria. Amén.

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26.4.22

Sacris solemniis (en latín y en español)



Sacris solemniis iuncta sint gaudia,
et ex praecordiis sonent praeconia.
Recedant vetera, nova sint omnia.

Corda, voces, et opera

Noetis recolitur caena novissima
qua Cristus creditur agnum et azyma
dedisse fratribus, iuxta legitima
priscis indulta patribus.

Post agnum typicum, expletis epulis,
Corpus Dominicum datum discipulis,
sic totum omnibus, quot totum singulis.

Eius fatemur manibus.

Dedit fragilibus corporis ferculum,
dedit et tristibus sanguinis poculum,
dicens: accipite quod trado vasculum,
omnes ex eo bibite.

Sie sacrificium istud instituit,
cuius officium committi voluit
solis prestyteris, quibus sic congruit
ut sumant, et dent ceteris.

Panis Angelicus fit panis hominum,
dat panis caelicus figuris terminum,
o res mirabilis! Manducat Dominum
pauper, servus, et humilis.

Te trina Deitas unaque, poscimus,
sic nos tu visita, sicut te colimus.
Per tuas semitas duc nos quo tendimus:
ad lucem quam inhabitas. Amen.





Sagradas solemnidades

A las sagradas solemnidades únanse las alegrías,
y del corazón resuenen los himnos.
Retírese lo antiguo; nuevo sea todo.

Los corazones, las voces y las obras.

De aquella noche se recuerda la última cena
en la que es de fe que Cristo el cordero y los ázimos
dió a los hermanos, conforme a las leyes impuestas
a los antiguos padres.

Después del típico Cordero
terminado el banquete
que el cuerpo del Señor se dió a los discípulos,
de tal manera todo a todos, que también todo a cada uno.

Por sus manos, lo confesamos.

Dió a los frágiles de su cuerpo el manjar,
dió también a los tristes de su sangre la copa,
diciendo: tomad el vaso que os entrego,
todos bebed de él.

Así instituyó este sacrificio
cuyo cargo quiso se encomendase
a solo los presbíteros, a quienes por tanto compete
el tomarlo y darlo a los demás.

El Pan angélico se hace pan de hombres,
da el Pan del cielo a las figuras término,
¡oh cosa admirable! Come a su Señor
el pobre y humilde siervo.

A ti, Trinidad y Santísima Deidad, trina y una, pedimos
que así tú nos visites, como te adoramos.
Por tus caminos llévanos a donde vamos:
a la luz en la que habitas. Amén.

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25.4.22

Oh sagrado convite (en latín y en español)



O Sacrum Covivium, in quo Christus sumitur; recolitur memoria passionis eius, mens impletur gratia et futurae gloriae nobis pignus datus. Alleluia.




Oh Sagrado Convite, en el cual Cristo es recibido, se renueva la memoria de su pasión, el alma se llena de gracia, y de la futura gloria se nos da prenda. Aleluya.

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21.4.22

Te Deum en latín y en español



A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos
y todas las Potestades te honran.

Los Querubines y Serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama:

Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.

Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.

Sé su pastor y ensálzado eternamente.

Días tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día,
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.





Te Deum

Te Deum laudamus
te Dominum confitemur.

Te aeternum Patrem
omnis terra veneratur.

Tibi omnes Angeli,
tibi coeli, et universae Potestates.

Tibi Cherubim et Seraphim,
incessabili voce proclamant:

Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Dominus Deus Sabaoth.

Pleni sunt coeli et terra
maiestatis gloriae tuae.

Te gloriosus Apostolorum chorus,
Te Prophetarum laudabilis numerus,
Te Martyrum candidatus laudat exercitus.

Te per orbem terrarum
sancta confitetur Ecclesia.

Patrem immensae maiestatis.

Venerandum tuum verum
et unicum Filium.

Sanctum quoque
Paraclitum Spiritum.

Tu Rex gloriae, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius.
Tu ad liberandum suscepturus hominem,
non horruisti Virginis uterum.

Tu devicto mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna coelorum.

Tu ad dexteram Dei sedes,
in gloria Patris.

Iudex crederis
esse venturus.

Te ergo, quasumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti.

Aeterna fac cum Sanctis tuis,
in gloria numerari.
Salvum fac populum tuum, Domine,
et benedic haereditati tuae.

Et rege eos,
et extolle illos usque in aeternum.
Per singulos dies
benedicimus te.
Et laudamus nomen tuum in saeculum,
et in saeculum saeculi.

Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.

Miserere nostri, Domine,
miserere nostri.

Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quemadmodum speravimus in te.

In te, Domine speravi:
non confundar in aeternum.

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19.4.22

Oración del Magníficat en latín y en español



Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.




Magnificat
Magnificat anima mea Dominum:
et exultavit spiritus meus: in Deo salutari meo.
Quia respexit humillitatem ancillae suae,
ecce enim ex hoc beatam me dicent omnes generationes.

Quia fecit mihi magna qui potens est, et sanctum nomen eius.
Et misericordia eius a progenie in progenies timentibus eum.

Fecit protentiam in brachio suo,
dispersit superbos mente cordis sui.
Deposuit potentes de sede, et exaltavit humiles.
Esurientes implevit bonis, et divites dimist inanes.

Suscepit Israel puerum suum,
recordatus misercordiae suae.
Sicut locutus est ad patres nostros, Abraham et semini eius in secula.


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18.4.22

Ayunos y abstinencias según la Bula general de las cruzadas de Benedicto XV



Qué es la Bula:
La Bula es un indulto del Papa, concediendo grandes gracias a los que den una pequeña limosna que se aplica al culto, o a obras de caridad o a seminarios. Por ella, entre otras gracias, se conceden algunas dispensas en ayunos y abstinencias.

Días de abstinencia teniendo la Bula:
La abstinencia de carne y caldo de carnes se ha de guardar únicamente en los viernes de cuaresma, en los de las cuatro Témporas, y en las tres vigilias de Pentecostés, Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos, y Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. En total, 13 días de abstinencia al año.

Días de ayuno teniendo la Bula:
Se deberá guardar el ayuno únicamente los miércoles, viernes y sábados de cuaresma, y en las tres vigilias de Pentecostés, la Asunción y la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. En total, 24 ayunos.

La abstinencia y ayuno de Navidad se anticipa y se traslada al sábado de Témporas que sea próximamente anterior. Nótese asimismo que hay tres vigilias sin ayuno, los tres viernes de Témporas fuera de la cuaresma.

Bulas que hay que tomar para practicarlo:
Hay que tomar la Bula General de la Cruzada, y el Sumario de ayuno y abstinencia.

Lor pobres pueden gonzar todos los favores de la Bula acerca de la abstinencia y del ayuno, sin necesidad de tomar estos Sumarios. Por pobres debemos entender no sólo los mendigos y muy pobres, sino todos los que tienen que trabajar para sustentarse a sí mismos y a su familia.

Excepciones para los que viajan:
Del indulto relativo a la ley de la abstinencia y ayuno, podrán hacer uso en España y fuera de ella todos los que viajen, siempre que se evite el escándalo, es decir, si los demás ayunan, no presumir de que nosotros no lo guardamos.

Facultad de los confesores:
Los confesores tienen la facultad de dispensar de la ley de la abstinencia y del ayuno, por justo y racional motivo. Es decir, que habiendo causa razonada y justificada, aún cuando ella no sea suficiente para dispensar a uno del ayuno, puede el confesor conceder la dispensa, si lo juzga conveniente. Esto puede ser por razón de estudios, de viajes, de escrúpulos, dudas, de disgustos en casa por ayunar y guardar abstinencia, por caridad, enfermedad, por dificultad de hallar alimentos, etc.

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17.4.22

Qué son los ayunos y abstinencias



Cómo se ayuna:
El ayuno consiste en comer una sola vez al día. En esta comida, que antes se hacía al caer la tarde, pero se puede hacer después de las diez, se permite tomar lo que se quiera.

Fuera de esta comida se puede tomar algo a la mañana o a la tarde, o entre el día también, con tal que no exceda la debida moderación.

Por la mañana se puede tomar unos pocos gramos (antiguamente no se permitía más de 2 onzas, unos 57 gramos, de comida), si se pasa de esa cantidad sin causa justificada, será una falta venial; para llegar a pecado mortal había de pasarse de 4 onzas (113 gramos). Y quien pueda o quiera ayunar, pero por su debilidad o trabajo, o por otras circunstancias necesite algo más que esas dos onzas, aunque tome tres o no pase de cuatro cumple con el ayuno y está excusado de falta venial.

Por la noche se puede tomar la colación. La colación puede ser de unas ocho onzas (240 gramos más o menos), pues no se ha de andar midiendo con escrúpulo teniendo buena voluntad. Y también se puede atender a la complexión, ocupaciones, duración de los ayunos, calidad de la comida, etc., aun entre los que pueden ayunar. Pasar notablemente de 8 onzas (240 gramos) sería quebrantar el ayuno. Pero para que haya exceso grave se necesita añadir al menos otras cuatro onzas o pasar de 12, es decir, de 360 gramos, y aún no faltan quienes permitan todavía más.

Entre el día se puede tomar también alguna cosa, está permitido también beber agua.

Los cocineros o enfermeros pueden tomar para probar cómo están los alimentos, aunque sea algo de leche o carne y aún en día de vigilia.

Respecto a qué se puede tomar y qué no, depende en muchas ocasiones de las regiones. En general, se puede tomar todo lo que no sea carne: pescados, huevos, leche... San Ligorio aconseja que en la colación no se tome más de dos o tres onzas de pescado, caso de estar permitido. En la colación, en los días que no son de abstinencia, se pueden tomar alimentos condimentados con grasa (manteca, tocino...), y no hay prohibición ni límites.


Cómo se guarda la abstinencia:
La abstinencia consiste en no tomar carne ni caldo de carne. Pero se pueden tomar huevos, productos lácteos y otros alimentos, aunque sean condimentados con grasa, manteca, etc. Se entiende por carne, en general, los animales que viven y respiran en tierra, y además la rana, la ostra, el marisco o la tortuga se pueden tomar como si entrasen dentro de los pescados.

En al actualidad la abstinencia abarca a cualquier alimento del que decidamos prescindir, es decir, abstenernos y, de no ser posible, podemos hacer abstinencia de otras cosas (por ejemplo de ver la tele, de leer determinados periódicos, etc).

Días de ayuno y abstinencia:
Si no hay algún privilegio, son días de abstinencia (de alguna cosa o de algún alimento, como acabamos de explicar) todos los viernes.

Son días de abstinencia y ayuno el miércoles de ceniza, los viernes y sábados de cuaresma, los tres días de las Cuatro Témporas, las vigilias de Pentecostés, la Asunción de Nuestra Señora, la festividad de Todos los Santos y la Natividad del Señor.

Son días sólo de ayuno todos los demás días de cuaresma.

Los domingos y fiestas de precepto no cesa la ley de abstinencias y ayunos, excepto en las fiestas de cuaresma, y no se adelantan las vigilias. También cesa el Sábado Santo después del mediodía.


Horas de preceptos de abstinencia y/o ayuno:
La hora de la comida no consta que sea esencial; algunos dicen que no se debe comer antes de las diez. Pero no es del todo cierto. Según opinión segura, se puede hacer la colación a la mañana, y un desayuno o comida ligera a la tarde. También se puede hacer, y es frecuente en ciertos sitios, hacer la colación al mediodía y la comida a la tarde.

La comida única puede durar aunque sea hasta dos horas sin culpa ninguna.

Se puede interrumpir, aún sin razón alguna, por un cuarto de hora; interrumpir sin razón ni motivo justificable bastante más de media hora sería falta venial. Interrumpirla más de una hora sería falta grave, porque entonces se contabilizarían como dos comidas separadas, a no ser que haya causa justificada para ello. Aún cuando se haya cerrado la intención y levantado de la mesa con ánimo de no comer nada más, como no haya pasado el tiempo puede uno comer de nuevo sin culpa grave.


Edades para ayunos y abstinencias:
La abstinencia obliga después de cumplidos siete años teniendo uso de razón. El ayuno obliga después de cumplir los veintiún años; deja de obligar a los que entren en los sesenta años, es decir, después de cumplidos los cincuenta y nueve.


Especial atención a los ayunos y abstinencia de los militares:
En algunos sitios hay excepciones y privilegios para los militares, pero dado que estos son más bien privilegios impuestos por intereses civiles, lo lógico es que hagan ayunos y abstinencias no solo como todos los demás fieles y religiosos, sino por lo pecaminosa de su profesión de manera aún más ferviente y con más motivo, con el fin de rogar por los delitos que suelen cometerse durante su oficio.

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16.4.22

Jaculatorias con indulgencias



Todas estas jaculatorias son aplicables a las almas del purgatorio, excepto las que tengan un asterisco (*).


- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. (Haciendo la señal de la cruz)

50 días cada vez, y si se hace con agua bendita, 100 días.




- ¡Mi Dios, mi único bien! Vos sois todo para mí, sea yo todo para Vos.

* 300 días una vez al día. Plenaria al mes.




- Señor, conservadme la fe.

100 días cada vez con corazón contrito y devoto.




- Oh Señor, haced que os ame y que el premio de mi amor sea amaros cada vez más. (San Ignacio).

100 días una vez al día.




- Padre Eterno, os ofrezco la preciosísima Sangre de Jesucristo en expiación de mis pecados, y por las necesidades de la Santa Iglesia.

100 días de indulgencia cada vez.




- Cúmplase siempre la justísima, altísima y amabilísima voluntad de Dios, y eternamente sea alabada y exaltada en todas las cosas.

100 días de indulgencia una vez al día; plenaria al año diciéndola todos los días, y también en la hora de la muerte.




- Bendito sea Dios.

* 50 días de indulgencia cada vez que se diga esta jaculatoria al oír una blasfemia.




- ¡Jesús!

25 días cada vez. Plenaria a la muerte si se le ha invocado frecuentemente en vida.




- ¡Jesús, María!

300 días cada vez.




- ¡Jesús, María y José!

7 años y 7 cuarentenas cada vez; plenaria al mes diciéndola cada día.




- ¡Jesús mío, misericordia!

300 días cada vez.




- Jesús, Hijo de David, tened misericordia de mí.

100 días una vez al día.




- ¡Oh dulcísimo Jesús!, no seáis mi juez, sino mi salvador.

50 días cada vez.




- Jesús, Dios mío, os amo sobre todas las cosas.

50 días cada vez.




- ¡Oh Jesús!, tened compasión de mí.

100 días una vez al día.




- Te adoramos, Santísimo Señor Jesucristo, y te bendecimos, pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.

100 días una vez al día.




- Señor mío y Dios mío.

7 años y 7 cuarentenas cada vez que se diga mirando piadosamente a la Sagrada Hostia en la elevación de la Misa y/o exposición del Sacramento de su Divina Majestad.




- Sea por siempre bendito y alabado el Santísimo y divinísimo Sacramento.

100 días de indulgencia una vez al día; 100 tres veces al día los jueves y días de la octava del Corpus, diciéndola tres veces en dichos días; plenaria cada vez, rezándola todos los días.




- Oh Jesús, para ti vivo. Oh Jesús, para ti muero. Oh Jesús, tuyo soy en la vida y en la muerte.

100 días. Plenaria al mes.




- Jesucristo, Hijo de Dios vivo, luz del mundo, yo te adoro, para ti vivo y para ti muero. Amén.

100 días una vez al día.




- Dulce Corazón de mi amado Jesús, haced que os ame cada vez más.

300 días cada vez.




- Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

300 días cada vez. Plenaria al mes.




- Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu reino.

300 días cada vez.




- Corazón de mi amable salvador, haz que arda y siempre crezca en mí tu amor.

300 días cada vez; plenaria al mes diciéndola todos los días.




- Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús.

100 días una vez al día.




- Jesús manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.

300 días cada vez.




- Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.

300 días cada vez.




- ¡Todo por Vos, Corazón sacratísimo de Jesús!

300 días cada vez.




- Corazón de Jesús inflamado en nuestro amor, inflamad nuestro corazón en amor vuestro.

* 100 días cada día.




- Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
- Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
- Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el alma mía.

100 días de indulgencia cada vez por cada una de estas tres jaculatorias.




- Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros que acudimos a Vos.

100 días una vez al día, y llevando la medalla milagrosa los 100 días cada vez.




- Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios.
- Madre de amor, de dolor y de misericordia, rogad por nosotros.
- Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
- Nuestra Señora del Pilar, rogad por nosotros.
- Nuestra Señora de Lourdes, rogad por nosotros.
- ¡Oh Madre mía! ¡Oh esperanza mía!

300 días cada una de estas jaculatorias.




- Santa María, líbranos de las penas del infierno.
- Madre del Perpetuo Socorro, rogad por nosotros.
- Reina del Santísimo Rosario, rogad por nosotros.

100 días cada una de estas jaculatorias.




- Ave María Purísima (y también, respondiendo ante quien lo dice: "Sin pecado concebida").

50 días cada vez a los fieles que vivan en dominios españoles.




- Oh María, que entrasteis en el mundo sin pecado, obtenedme la gracia de salir sin pecado de esta vida.

100 días una vez al día.




- Virgen Madre de Dios, María Santísima, rogad a Jesús por mí.

* 50 días una vez al día.




- ¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Acordaos de mí que soy vuestro. Guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.

* 40 días cada vez que se rece durante las tentaciones.




- Alcanzadnos, Santísimo José, que vivamos una vida sin mancilla, seguros siempre en el amparo de vuestro patrocinio.

300 días una vez al día.




- San Miguel Arcángel, defendednos en la pelea, para que no perezcamos en el día tremendo del juicio.

* 100 días una vez al día.




- Angel de Dios, que por la misericordia divina me fuisteis dado para cuidarme: iluminadme, guardadme, dirigidme y gobernadme. Amén.

100 días de indulgencia cada vez; plenaria al mes diciéndola todos los días, y en la hora de la muerte a los que la hayan dicho frecuentemente.




- Dignaos, Señor, conceder la vida eterna a todos los que nos hacen bien por vuestro nombre. Amén.

* 50 días dos veces al día.




- Corazón divino de Jesús, convertid a los pecadores, salvad a los moribundos, librad a las almas santas del purgatorio.

300 días cada vez.




- Piadosos Jesús, dadles (o dadle) el descanso eterno.

300 días por los difuntos.




- Dad, Señor, descanso eterno a las almas de los fieles difuntos, y la luz perpetua luzca para ellas.

50 días por los difuntos.




- María, Madre de Dios y Madre de misericordia, rogad por nosotros y por los fieles difuntos.
- Santa María Libertadora, rogad por nosotros y por las ánimas del purgatorio.

100 días.




- Señor Dios mío, cualquiera que sea el género de muerte que quieras darme, con todas sus amarguras, penas y dolores, lo acepto desde ahora de tu mano con ánimo tranquilo y alegre.

* Indulgencia plenaria para el artículo de la muerte, a los que lo digan en cualquier día de su vida, con las condiciones de costumbre (confesarse, comulgar, orar por las intenciones del Papa...).

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14.4.22

El voto de castidad



Muchas personas virtuosas, sobre todo en la juventud, suelen hacer voto de castidad para mejor guardarse del vicio de la dehonestidad, y agradar e imitar a la Virgen Santísima, que lo hizo en su niñez inspirada del Espíritu Divino.

Este voto obliga a abstenerse de todo acto deliberado que sea contra el sexto mandamiento o el noveno, y a no casarse mientras dure el voto. Y si bien no es obligatorio, es conveniente que el que lo hace tenga una vida más recogida, más modesta en el vestir y en el proceder, más mortificada en los sentidos, y más alejada de la vida mundana y diversiones del siglo.

El voto de castidad puede ser perpetuo y para siempre, o temporal. No conviene de ningún modo hacer voto perpetuo sin consejo y licencia de un prudente confesor, que lo concederá a muy pocas personas, y éstas muy probadas. Es mejor hacer voto temporal de castidad, como para un año, o hasta una fiesta de la Virgen o del Señor, y aún esto hágase con consulta del confesor. Al confesor también se debe preguntar cualquier duda, o consultar cualquier dificultad que se tenga en entenderlo, guardarlo o/y cumplirlo.


ORACIÓN PARA HACER Y RENOVAR EL VOTO DE CASTIDAD

Todopoderoso y sempiterno Dios, yo (decimos nuestro nombre), aunque enteramente indigno de presentarme ante vuestra divina presencia, confiado en vuestra piedad y misericordia infinita y movido del deseo de serviros, y de imitar y agradar a vuestra Purísima Madre, Virgen de las Vírgenes, delante de la Sacratísima Virgen María del Monte Carmelo y de toda la corte celestial, hago a vuestra Majestad Divina voto de castidad, prometiendo guardarme hasta (decir la fecha: la fiesta, el día...).

Mas ahora a vuestra inmensa bondad y clemencia suplico humildemente, por la sangre de Jesucristo, y por la intercesión de su Madre Castísima, que os dignéis aceptar con agrado este voto, y así como me habéis dado gracia para deserlo y ofrecerlo, así me la deis también, y de forma muy abundante, para cumplirlo. Amén.

(Rezar ahora tres Avemarías a la Santísima Virgen Carmelitana).


Saber más:
Catecismo católico - sexto mandamiento, noveno mandamiento -

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12.4.22

Qué son los votos personales (y qué no son)



Muchas personas piadosas hacen votos y promesas a Dios muchas veces, bien para obtener alguna gracia, o para adquirir más perfección y agradar más a nuestro Señor. El voto es una promesa deliberada hecha a Dios de una cosa mejor. No son votos los sencillos propósitos que hacemos a Dios, o en nuestro interior, de alguna materia, sino que el voto es una promesa formal, deliberada, advertida, considerada, con la cual nos comprometemos seriamente y bajo pecado a alguna cosa. Si no hubo advertencia plena, intención de obligarse y libertad de cumplir, el voto no vale nada, y es como si no se hubiera hecho. Y cuando uno mismo duda de si hizo voto o sencillo propósito, no se tenga por obligado como voto.

Puede uno obligarse con voto, según cada uno quiera, o bajo pecado mortal o bajo pecado venial. Pero ahora bien, es de advertir que no se puede uno obligar bajo pecado mortal cuanto la materia es leve, por ejemplo a rezar una vez tres Avemarías. En cambio, puede obligarse bajo pecado venial, aunque la materia sea grave (por ejemplo, hacer voto por erigir un templo).

Consejos acerca de los votos:
- No se hagan sin reflexionar.
- No se hagan votos numerosos, es mejor hacer pocos y cumplirlos.
- No se hagan votos sobre cosas muy difíciles.
- Consultar antes a un director espiritual prudente.
- Cuando se tenga dificultad real y manifiesta en cumplir un voto, acudir a un confesor.

En general, es mejor contentarse con hacer propósitos sin más, y cumplirlos, y sólo dejar los votos para los casos más graves, o para estados en los que son necesarios (sacerdocio, matrimonio, consagración...). Con cumplir los propósitos que realicemos ya tendremos tarea más que suficiente, sin necesidad de acudir a votos estrafalarios. Hacer votos a la ligera cuando estamos en dificultades o en situaciones extremas (enfermedad mortal, gran desgracia personal...) no es nada aconsejable, dado que podríamos incurrir en pecado cuando, una vez superada la situación, nos olvidemos del voto o no estemos en condiciones de cumplirlo. Por ello, los votos siempre han de darse en situaciones de paz espiritual, y de equilibrio emocional y en profunda serenidad.

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10.4.22

Los nueve primeros viernes de mes



La gran promesa:
Entre las muchas y ricas promesas que Jesucristo hizo a los que fuesen devotos de su Sagrado Corazón, siempre ha llamado y llama la atención la que hizo a los que comulgasen en honra suya nueve primeros viernes de mes seguidos. Es tal, que todos la conocen con el nombre de "la gran promesa".

He aquí cómo la refiere santa Margarita de Alacoque:

"Un viernes, después de la Sagrada Comunión, mi Divino Maestro dijo a esta su indigna esclava lo siguiente: 'Yo te prometo en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros vienes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final, que no morirán en mi desgracia ni sin recibir los Sacramentos, sirviéndoles mi Corazón de asilo seguro en aquella última hora'".

Lo que se compromete en esta promesa:
En esta promesa se promete el favor de morir en gracia de Dios. Sea que reciba los sacramentos en la última hora, sea que los haya recibido antes y no haya perdido la gracia después, sea que haga un acto de contrición equivalente al sacramento de la penitencia, según esta promesa, el que comulgue seguidos nueve primeros viernes morirá con los sacramentos, y en gracia y amistad de Dios.

Lo que es necesario hacer para obtener esta gracia:
Comulgar nueve primeros viernes de mes seguidos en gracia de Dios, con intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús. Esto es lo necesario y nada más, ni confesión, ni oraciones, ni otras prácticas de otro tipo.

Lo que conviene hacer para obtener esta gracia:
Además de esto, para celebrar bien los primeros viernes en honra del Corazón de Jesús, conviene, aunque no es necesario, honrar al Corazón divino con algunas devociones, ora solemnes, como suelen usarse en algunos Apostolados, o bien privadas, según la devoción y posibilidades de cada uno.

Culto solemne el primer viernes.
Por la mañana se puede tener comunión general a buena hora, y a la tarde una función más o menos breve y solemne al Corazón de Jesús, exponiendo al Santísimo, explicando o leyendo la Intención del mes o algunas palabras acerca de ella, rezando las letanías y algún acto de desagravio o de consagración. Caso de no poderse hacer esto a la tarde, se puede hacer todo ello en la misma mañana durante la misa de comunión.

Culto privado el primer viernes:
Cuando no hay culto público o no se puede asistir a él, se puede hacer de forma particular. Por ello, se puede realizar la oración siguiente, además de las letanías al Sagrado Corazón de Jesús, o algún acto de desagravio, o de consagración. También se puede acompañar de una novena, coincidiendo con los nueve primeros viernes de los nueve meses.


Oración para el culto privado, que puede hacerse después de cada una de las comuniones de los nueve primeros viernes de mes:
Jesús mío dulcísimo, que en vuestra infinita y bondadosísima misericordia prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaren en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos, acordaos de esta promesa y a mí, indigno siervo vuestro, que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en Vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.

Jaculatorias:
Corazón de Jesús, Casa de Dios y Puerta del cielo, tened piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, rico con todos los que os invocan, tened piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en Vos, tened piedad de nosotros.


Letanías al Sagrado Corazón de Jesús:
Señor, ten piedad de nosotros..
- Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad de nosotros...
- Cristo, ten piedad
Señor: ten piedad de nosotros...
- Señor, ten piedad

Jesucristo, óyenos...
- Cristo, óyenos
Jesucristo, escúchanos...
- Cristo, escúchanos

Oh Dios, Padre Celestial...
- Tened misericordia de nosotros

Dios Hijo, Redentor del mundo...
- Tened misericordia de nosotros

Dios Espíritu Santo...
- Tened misericordia de nosotros

Santísima Trinidad, un solo Dios...
- Tened misericordia de nosotros

Corazón de Jesús, Hijo Eterno del Padre...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, de majestad infinita...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, templo santo de Dios...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, sagrario del Dios Altísimo...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, fuego inagotable de caridad...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, donde se encierra toda justicia y todo amor...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, pleno de bondad y de amor...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, ilimitado en todas las virtudes...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, dignisimo de toda alabanza...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, en quien existen todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, en quien habita la plenitud de la divinidad...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, en quien el Padre Celestial se ha complacido plenamente...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nos enriquecemos...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, deseado de todas las naciones...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, paciente y de gran misericordia...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, rico y generoso con todos los que te invocan...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, propicio a perdonar nuestros pecados...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, saturado por los oprobios de la gente...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, quebrantado por nuestros pecados...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, atravesado por una lanza...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren...
- Ten piedad de nosotros

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos...
- Ten piedad de nosotros

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Perdónanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Escúchanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...
- Ten misericordia de nosotros

¡Jesús, manso y humilde de corazón...,
- haced nuestro corazón semejante al vuestro!

Oración de las letanías:
Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu amantísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te dió en nombre de los pecadores, y concede propicio el perdón a los que imploramos tu misericordia, en nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina en unión con el Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.


Consagración al Sagrado Corazón de Jesús:
Rendido a vuestros pies, ¡oh, Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro amabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros, como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.

¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesucristo, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! ¡Mirad que soy muy inculto, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia! ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los abatidos, y caigo a cada paso y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sé tú todo para mí, Sagrado Corazón, socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda mi necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón: Vos lo alentasteis, cuando con tiernos acentos dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: "Venid a Mí..., Aprended de Mí..., Pedid..., Llamad...,". A las puertas de vuestro Corazón vengo, pues, hoy, y llamo, y espero. Del mío os hago, ¡oh mi Señor!, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo todo Vos, tomad Vos todo cuanto soy y tengo, y dadme, en cambio, lo que sabéis me ha de hacer agradable para Vos y dichoso en la eternidad. Me pongo enteramente a vuestro servicio, tomadme como Vos queráis: esclavo, siervo, servidor tuyo, con tal de que permanezca siempre fiel a Vos, y no os defraude jamás. Amén.

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8.4.22

Itinerario (oraciones para antes de emprender un viaje)



Antífona:
Por caminos de paz y prosperidad nos dirija nuestro Dios Omnipotente, Señor misericordioso; sea nuestro compañero en el viaje el ángel San Rafael, para que en paz y con salud y alegría podamos volver a nuestra casa.


Cántico de Zacarías:
Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitando una fortaleza de salvación en la casa de David, su siervo,
como lo había anunciado por los labios de sus santos profetas, que existen desde tiempos antiguos,
para salvarnos de nuestros enemigos y de todos los que nos odian,
para ejercer la misericordia con nuestros padres,
acordándose de su santa alianza,
y del juramento que juró a nuestro padre Abraham,
que nos concedería la gracia de servirle sin temor,
salvos de nuestros enemigos.

Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo,
porque irás delante de Él preparando su camino,
para dar a su pueblo el conocimietno de su salvación
con la remisión de sus pecados,
por la entrañable misericordia de nuestro Dios
con que nos ha visitado como oriente que viene del cielo,
a iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte
y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.


Antífona:
Por caminos de paz y prosperidad nos dirija nuestro Dios Omnipotente, Señor misericordioso; sea nuestro compañero en el viaje el ángel San Rafael, para que en paz y con salud y alegría podamos volver a nuestra casa.


Señor, ten piedad,
- Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad,
- Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad,
- Señor, ten piedad.

Padrenuestro...

No nos dejes caer en la tentación, Señor,
- mas líbranos del mal.

Salva a tus siervos,
- que esperan, oh Dios mío, en ti.

Envíanos, Señor, auxilio desde tu santuario,
- y desde Sión defiéndenos.

Sé para nosotros, oh Señor, torre de fortaleza,
- ante los ataques del enemigo.

Nada pueda el enemigo contra nosotros,
- y no logre dañarnos el hijo de la maldad.

Bendito sea el Señor todos los días,
- haga próspero nuestro viaje Dios nuestro salvador.

Enséñanos, oh Señor, tus caminos,
- e intrúyenos en tus senderos.

Ojalá se dirijan todos nuestros pasos,
- a la guarda de tus mandamientos.

Rectifíquese lo torcido,
- y lo áspero se convierta en camino llano.

A sus ángeles dió el Señor encargo de ti,
- para que te guarden en todos tus caminos.

Escucha, Señor, mi oración,
- y mi clamor llegue hasta ti.


Oración:
Oh Dios, que hiciste caminar a los hijos de Israel por medio del mar a pie enjuto, y que por medio de una estrella mostraste su camino a los tres Magos, te rogamos nos concedas un viaje próspero y tiempo tranquilo, para que acompañados de tu santo ángel podamos llegar felizmente a nuestro destino, y después de nuestro tránsito por este mundo, al puerto de la eterna salvación.

Oh Dios, que habiendo sacado a tu siervo Abraham de la tierra de Ur de los Caldeos, le guardaste ileso por todos los caminos de su peregrinación, te rogamos que nos guardes a nosotros, siervos tuyos. Sé para nosotros, oh Señor, auxilio al emprender el viaje, alivio al proseguirlo, sombra en el calor, abrigo en la lluvia y en el frío, sostén en el cansancio, defensa en las adversidades, báculo en los resbaladeros, puerto en el naufragio, para que, guiándonos Tú, lleguemos felizmente a destino y, finalmente, incólumes a nuestros hogares.

Atiende, te rogamos, oh Señor, a nuestras súplicas, y ordena prósperamente para nuestra salvación el camino de tus siervos, para que en todas las peripecias de esta nuestra vida y peregrinación seamos siempre protegidos por tu poderoso auxilio.

Concede, te rogamos, Omnipotente Dios, que esta tu familia camine siempre por los senderos de la salvación, y que siguiendo las enseñanzas de tu bienaventurado precursos San Juan Bautista, llegue con toda seguridad a aquel a quien él anunció, a Nuestro Señor Jesucristo, Hijo tuyo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Caminemos en paz,
- en el nombre del Señor.



Conclusión y oración al arcángel San Rafael:
Este santo Arcángel es protector de los caminantes, de los viajeros, y también médico de los dolientes.

Rafael significa "medicina de Dios" o "médico enviado de Dios". Él guió a Tobías el hijo, y le dió medicina para sanar a Tobías, su padre.


Oración a San Rafael:
Oh Dios, que a tu siervo Tobías diste por compañero de su viaje al bienaventurado Arcángel Rafael, concédenos a tus siervos que seamos siempre protegidos por su custodia y fortificados por su auxilio. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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6.4.22

Oración de súplica con el salmo 69 para tiempos de angustia y necesidad



Oh Dios, acude en mi auxilio; oh Señor, apresúrate en socorrerme.

Queden confundidos y temerosos los que buscan mi vida.

Retrocedan y queden avergonzados los que buscan mi mal.

Retrocedan sonrojados los que me insultan y se burlan de mí.

Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan, y los que aman la salud que de ti viene digan sin cesar: "Alabado sea el Señor".

Yo soy un necesitado y un pobre, oh Dios, ven a ayudarme.

Tú eres mi amparo y mi libertador, Señor, no tardes en socorrerme.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, y gloria al Espíritu Santo,
- como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Salva a tus siervos,
- que esperan en ti, Dios mío.

Sé para nosotros, Señor, torre de fortaleza,
- enfrente del adversario.

Nada pueda contra nosotros el enemigo,
- ni consiga hacernos daño el hijo de iniquidad.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados,
- ni nos pagues según nuestras iniquidades.

Roguemos por nuestro pontífice,
- el Señor le conserve y le dé vida, y le haga feliz en la tierra, y no le entregue en poder de sus enemigos.

Roguemos por nuestros bienhechores,
- a todos los que nos hacen bien por tu nombre, dígnate Señor, darles en recompensa la vida eterna. Amén.

Roguemos por los fieles difuntos,
- oh Señor, dales el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua.

Descansen en paz,
- amén.

Por nuestros hermanos ausentes,
- Salva, oh Dios mío, a tus siervos, que esperan en ti.

Envíales, Señor, tu auxilio desde tu santuario,
- y protégeles desde Sión.

Escuchar, Señor, mi oración,
- y mi clamor llegue a ti.

El Señor esté con vosotros.
- Y con tu espíritu.


Oremos:
Oh Dios, de quien es propio tener misericordia y perdonar: escucha nuestra súplica, para que a nosotros y a todos tus siervos, que estamos amarrados con las cadenas de las culpas, nos desate, piadosa, tu clemente misericordia.

Te rogamos, Señor, que escuches nuestras súplicas y perdones los pecados de los que te alabamos, para que tu benignidad nos conceda juntamente el perdón y la paz.

Muéstranos benigno, oh Señor, tu inefable misericordia, para que al mismo tiempo nos despojes de todos nuestros pecados, y nos libres de las penas que por ellos merecemos.

Oh Dios, que te ofendes con el pecado y te aplacas con la misericordia, atiende propicio a los ruegos de tu pueblo suplicante y aparta los castigos de tu justa indignación, que por nuestros pecados tenemos merecidos.

Todopoderoso y sempiterno Dios, apiádate de tu siervo nuestro pontífice, y dirígele conforme a tu clemencia por el camino de la eterna salvación, para que asistiéndole tu gracia, ame lo que te agrada y con esforzado ánimo lo lleve a cabo.

Dios, Padre mío, de quien proceden los deseos santos, los consejos rectos y las obras justas, concede a tus siervos aquella paz que el mundo no puede dar, para que nuestros corazones se ocupen en cumplir tus mandamientos y, ahuyentando el temor de los enemigos, sean por tu protección tranquilos nuestros tiempos.

Abrasa, Señor, en el fuego del Espíritu Santo nuestras entrañas y nuestros corazones, para que te sirvamos con cuerpo casto, y te agrademos con puro corazón.

Oh Dios, creador y redentor de todos los fieles, concede el perdón de todos sus pecados a las almas de tus siervos y siervas, para que consigan por estas piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon.

Te rogamos, Señor, que prevengas nuestras acciones inspirándolas, y las prosigas ayudándolas, para que todas nuestras oraciones y operaciones empiecen siempre por ti, y como empezaron, terminen por ti.

Todopoderoso y sempiterno Dios, que dominas lo mismo sobre los vivos que sobre los muertos, y tienes misericordia de cuantos sabes ya que han de ser tuyos por su fe y por sus obras, te pedimos suplicantes que aquellos por quienes hemos tenido intención de rogar, ya los retenga todavía en su carne la presente vida, o ya despojados del cuerpo los haya acogido la venidera, intercediendo todos tus santos por tu piadosa clemencia, consigan el perdón de todos sus pecados.

Por nuestro Señor Jesucristo Hijo tuyo, que como Dios vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
- Amén.

El Señor esté con vosotros.
- Y con tu espíritu.

Escúchanos, Señor omnipotente y misericordioso.
- Amén.

Y las almas de los fieles, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
- Amén.

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5.4.22

Letanías de los santos (rogativas)



Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
- Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
- Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.
- Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
- ten misericordia de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo,
- ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo,
- ten misericordia de nosotros.

Santa María,
- ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,
- ruega por nosotros.

Santa Virgen de las Vírgenes,
- ruega por nosotros.

San Miguel,
- ruega por nosotros.

San Gabriel,
- ruega por nosotros.

San Rafael,
- ruega por nosotros.

Todos los Santos Ángeles y Arcángeles,
- rogad por nosotros.

Todos los santos coros de Espíritus bienaventurados,
- rogad por nosotros.

San Juan Bautista,
- ruega por nosotros.

San José,
- ruega por nosotros.

Todos los santos Patriarcas y Profetas,
- rogad por nosotros.

San Pedro,
- ruega por nosotros.

San Pablo,
- ruega por nosotros.

San Andrés,
- ruega por nosotros.

Santiago,
- ruega por nosotros.

San Juan,
- ruega por nosotros.

Santo Tomás,
- ruega por nosotros.

San Felipe,
- ruega por nosotros.

San Bartolomé,
- ruega por nosotros.

San Mateo,
- ruega por nosotros.

San Simón,
- ruega por nosotros.

San Tadeo,
- ruega por nosotros.

San Matías,
- ruega por nosotros.

San Bernabé,
- ruega por nosotros.

San Lucas,
- ruega por nosotros.

San Marcos,
- ruega por nosotros.

Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas,
- rogad por nosotros.

Todos los Santos discípulos del Señor,
- rogad por nosotros.

Todos los Santos Inocentes,
- rogad por nosotros.

San Esteban,
- ruega por nosotros.

San Lorenzo,
- ruega por nosotros.

San Vicente,
- ruega por nosotros.

San Juan,
- ruega por nosotros.

Santos Fabián y Sebastían,
- rogad por nosotros.

Santos Cosme y Damián,
- rogad por nosotros.

Santos Gervasio y Protasio,
- rogad por nosotros.

Todos los santos Mártires,
- rogad por nosotros.

San Gregorio,
- ruega por nosotros.

San Ambrosio,
- ruega por nosotros.

San Agustín,
- ruega por nosotros.

San Jerónimo,
- ruega por nosotros.

San Martín,
- ruega por nosotros.

San Nicolás,
- ruega por nosotros.

Todos los santos Pontífices y Confesores,
- rogad por nosotros.

Todos los santos Doctores,
- rogad por nosotros.

San Antonio,
- ruega por nosotros.

San Benito,
- ruega por nosotros.

San Bernardo,
- ruega por nosotros.

Santo Domingo,
- ruega por nosotros.

San Francisto,
- ruega por nosotros.

Todos los santos Sacerdotes y Levistas,
- rogad por nosotros.

Todos los santos Monjes y Ermitaños,
- rogad por nosotros.

Santa María Magdalena,
- ruega por nosotros.

Santa Agueda,
- ruega por nosotros.

Santa Lucía,
- ruega por nosotros.

Santa Inés,
- ruega por nosotros.

Santa Cecilia,
- ruega por nosotros.

Santa Catalina,
- ruega por nosotros.

Santa Anastasia,
- ruega por nosotros.

Santa Teresa,
- ruega por nosotros,

Todas las santas Vírgenes y Viudas,
- rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios,
- interceded por nosotros.

Sé para nosotros propicio,
- perdónanos, Señor.

Sé para nosotros propicio,
- escúchanos, Señor.

De todo mal,
- líbranos, Señor.

De todo pecado,
- líbranos, Señor.

De tu ira,
- líbranos, Señor.

De muerte repentina e imprevista,
- líbranos, Señor.

De las asechanzas del demonio,
- líbranos, Señor.

De ira y odio y toda mala voluntad,
- líbranos, Señor.

Del espíritu de impureza,
- líbranos, Señor.

De rayos y tempestades,
- líbranos, Señor.

Del castigo de terremotos,
- líbranos, Señor.

De pestes, hambres y guerras,
- líbranos, Señor.

De la muerte eterna,
- líbranos, Señor.


Por el misterio de tu santa encarnación,
- líbranos, Señor.

Por tu nacimiento,
- líbranos, Señor.

Por tu bautismo y sagrado ayuno,
- líbranos, Señor.

Por tu cruz y pasión,
- líbranos, Señor.

Por tu muerte y sepultura,
- líbranos, Señor.

Por tu santa resurrección,
- líbranos, Señor.

Por tu admirable ascensión,
- líbranos, Señor.

Por la venida del Espíritu Santo Consolador,
- líbranos, Señor.

En el día del juicio,
- líbranos, Señor.


Los pecadores,
- te rogamos, óyenos.

Que nos perdones,
- te rogamos, óyenos.

Que seas para nosotros benigno,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes movernos a verdadera penitencia,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes regir y conservar tu santa Iglesia,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conservar en la santa religión al Prelado apostólico y a todas las órdenes de la eclesiástica jerarquía,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes humillar a los enemigos de la Santa Iglesia,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conceder la paz y la verdadera concordia a los reyes y príncipes cristianos,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conceder paz y unidad a todo el pueblo cristiano,
- te rogamos, óyenos.

Que levantes nuestras almas a deseos celestiales,
- te rogamos, óyenos.

Que recompenses con sempiternos bienes a todos nuestros bienhechores,
- te rogamos, óyenos.

Que libres de la enterna condenación nuestras almas y las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes dar y conservar los frutos de la tierra,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
- te rogamos, óyenos.

Que te dignes escucharnos,
- te rogamos, óyenos.

Hijo de Dios,
- te rogamos, óyenos.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- ten misericordia de nosotros.


Cristo, óyenos,
- Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos,
- Cristo, escúchanos.

Señor, ten piedad,
- Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad,
- Cristo, ten piedad.


Padrenuestro (en voz baja)

Y no nos dejes caer en la tentación,
- mas líbranos del mal. Amén.

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4.4.22

Oficio de difuntos



Padrenuestro, Avemaría y Credo, todo ello rezado en voz baja.


Invitatorio:
Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.
- Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.

Venid, regocijémonos en el Señor, cantemos a Dios nuestro Salvador, corramos a su presencia dándole gracias y entonemos himnos a su gloria.

Al Rey, por quien todo vive, venid, adoremos.

Porque el Señor es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los demás; el Señor no rechazará a su pueblo, porque en su mano tiene toda la extensión de la tierra, y ve las cumbres de los montes.

Venid, adorémosle.

Suyo es el mar, Él lo hizo; sus manos fundaron la tierra: venid, adorémosle, postrémonos ante Dios, lloremos ante el Señor que nos creó, porque Él es el Señor Dios nuestro, y nosotros somos su pueblo y las ovejas de sus prados.

Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.

Hoy, si oyereis su voz, no endurezcáis vuestros corazones como el día en que le irritó el pueblo, tentándole en el desierto; tentándole y probándole, y eso que habían visto sus obras.

Venid, adorémosle.

Cuarenta años estuve junto a ese pueblo, y dije: estos siempre están descarriados de corazón, no conocen mis caminos; les juro en mi cólera que no entrarán en mi reposo.

Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.

Dadles, Señor, el descanso eterno, y la luz perpetua brille sobre ellos.

Venid, adorémosle.

Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.


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3.4.22

Officium defunctorum



Paternoster, Avemaria, Credo, totum secreto.

Invitatorio:
Regem cui omnia vivunt,
-Venite adoremus.
Venite, exutemus Domino, iubilemus Deo salutari nostro: praeoccupemus faciem eius in confessione, et in psalmis iubilemus ei.

Regem, cui omnia vivunt, venite adoremus.

Quoniam Deus magnus Dominus, et Rex magnus super omnes deos: quoniam non repellet Dominus plebem suam, quia in manu eius sunt omnes fines terrae, et altitudines montium ipse conspicit.

Venite adoremus.

Quoniam ipsius est mare, et ipse fecit illud, et aridam fundaverunt manus eius: venite, adoremus, et procidamus ante Deum, ploremus coram Domino, qui fecit nos, quia ipse est Dominus Deus noster, nos autem populus eius, et oves pascuae eius.

Regem cui omnia vivunt, venite adoremus.

Hodie si vocem eius audieritis, nolite obdurare corda vestra, sicut in exacerbatione secundum diem tentationis in deserto, ubi tentaverunt me patres vestri, probaverunt et viderun opera mea.

Venite adoremus.

Quadraginta annis proximus fui generationi huie, et dixi: semper hi errant corde, ipsi vero non cognoverunt vias meas, quibus iuravi in ira mea, si introibunt in requiem meam.

Regem, qui omnia vivunt, venite adoremus.

Requien aeternam dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis.

Venite adoremus.

Regem, cui omnia vivunt, venite adoremus.

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2.4.22

Oración a Nuestra Señora contra las muertes repentinas



Señora mía, Santa María del Monte Carmelo, llena de gracia y de misericordia, yo, indigno siervo tuyo, humildemente te ruego que no permitas que me muera de muerte arrebatada, para que no se vaya mi alma de este mundo sin entera fe, sin confesión y sin satisfacción de todos mis pecados.

Oh María, Virgen bendita carmelitana, por el amor de tu Hijo bendito muy amado, ruega por mí pecador. Amén.

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