Señor, acompaña mi vida, y guía todas mis acciones, palabras y pensamientos.
Guarda mis pies, que no anden ociosos,
sino que caminen al encuentro de los demás.
Guarda mis manos, que no se abran para hacer el mal,
sino para abrazar y ayudar.
Guarda mi boca, que no diga falsedades
ni hable mal del prójimo.
Que siempre esté dispuesta
para animar y bendecir a los demás y a Ti.
Guarda mis oídos, que no pierdan el tiempo
en escuchar palabras falsas o sin sentido,
sino que estén siempre atentos a escuchar tu mensaje,
para hacer hoy tu voluntad.