Semana en el Oratorio

Mes de febrero, mes del Amor

30.1.18

Obispo protestante: "Ni el infierno ni el juicio final existen"


No comprenderemos la existencia del Infierno sin situar nuestra salvación como fin primario de la creación.

El hombre es criatura de Dios para darle gloria. Este es el fin principal de nuestro existir. Y para cumplir este fin, ahora y eternamente, el hombre ha de salvarse. Sería un contrasentido pecar, o sea: rebelarse en esta vida contra Dios, para luego adorarlo eternamente. Aquí está la explicación de que un hombre que viva habitualmente en pecado, no se salve. O nos adherimos al "non serviam" de Satanás, o al amor de la Magdalena. Día a día fraguamos nuestra eternidad.




El Infierno sólo ha sido creado para el que hoy, con sus actos, reniega de querer adorar eternamente a Dios, y entonces deberá ir donde las almas en pena están alejadas de la luz divina, sufriendo, maldiciendo, pecando.

Un obispo protestante anglicano tranquilizaba a sus pobres ovejas diciendo: "el Infierno no existe, ni tampoco habrá Juicio Final". Es lo que muchos quieren oír: que alguien les asegure que nos salvaremos. Sólo un pero: ¿es esto lo que dijo Cristo, lo que han predicado los santos?

Lugar de tormento citado muchas veces en el Evangelio, ¿quién no recuerda al pobre Epulón suplicando una sola gota de agua para ser aliviado?

San Leonardo de Puerto Mauricio declaraba: "descubro en Dios un deseo vivo de salvarnos y descubro en vosotros una propensión suma a condenaros. Si hablo claro os disgusto, si no hablo disgusto a Dios... De los cristianos adultos, la mayor parte se condenan, y el que se condena es por su propia malicia".

Los que con falsa confianza y presunción abusan de la misericordia de Dios, pueden recordar la vivencia de San Francisco Jerónimo, misionero jesuita, cuando el 12 de abril de 1706 estando en pleno campo bajo un gran olmo cubierto de hojas, miró a los campesinos que le escuchaban y dijo: "¿cuántas almas creéis que caen en este momento en el Infierno? Pues bien, caen tantas como hojas de este árbol". Y de repente, la mayoría de sus hojas cayeron al suelo.

| Redacción: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

1 comentario:

  1. *1ª Juan 2: 18-19

    18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 
    19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. 

    Amén

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    *Mateo 7: 15-20

    15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
    16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
    17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
    18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
    19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
    20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

    Amén

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