La Indiferencia es una virtud muy elevada, que baja solamente a los corazones muy puros y muy purificados y ejercitados en la práctica de las virtudes. La Indiferencia es hija de la Pureza de intención.
v. Concepción Cabrera de Armida | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com