Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

28.7.19

Ofrecimiento a las almas del Purgatorio


Que Jesucristo, muerto y crucificado por nuestro bien, tenga piedad de Vosotras, oh almas afligidísimas, y que por la aspersión de su sangre, os consuele en vuestros tormentos. Yo os encomiendo el amor excesivo que hizo descender de los cielos al Hijo de Dios y le sometió en la tierra a la muerte más amarga; que se digne compadecerse de vuestros dolores, por el amor que manifestó a los afligidos cuando estaba clavado en la cruz.

Y para refrigeraros plenamente, os ofrezco el amor filial, el mismo que Jesucristo tuvo por su Padre en cuando Dios, y por María su Madre en cuanto hombre. Amén.

26.7.19

Oración por las ánimas del Purgatorio y los difuntos


Tened piedad, oh buen Jesús, de las almas que están en el Purgatorio, por cuya salvación os habéis revestido de nuestra naturaleza, y sufrido la muerte más amarga. Tened piedad de sus gemidos, y de las lágrimas que derraman en Vuestra presencia, y por los méritos de Vuestra pasión, dignaos perdonarles las penas debidas a sus pecados.

Que Vuestra sangre, oh buen Jesús, descienda sobre el Purgatorio, que purifique y consuele a los pobres cautivos y afligidos que allí están detenidos. Tendedles vuestra mano, y conducidles al lugar del refrigerio, de la luz y de la paz. Así sea.

Santa Gertrudis.

24.7.19

Salutación a Nuestra Señora


(Salutación revelada a Santa Gertrudis por la Santísima Virgen).

Salve, oh lirio de resplandeciente blancura de la radiante e inmutable Trinidad. Salve, rosa brillante de celestial belleza, de quien el rey de los Cielos ha querido nacer y recibir la leche virginal; socorredme a mí, pobre pecador, ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.

22.7.19

Tres Ave Marías para obtener una buena muerte


Rogando un día Santa Matilde a la Santísima Virgen que la asistiese en la hora de la muerte, María le respondió: "te lo prometo si me diriges todos los días las tres salutaciones".

· Ave María:
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Santa María, Madre de Dios, así como Dios Padre, magnífico en su omnipotencia, os ha elevado sobre todas las criaturas, y os ha revestido de un gran poder, asistidme, os ruego, en la hora de m muerte, rechazando lejos de mí todo poder enemigo.

· Ave María:
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Santa María, Madre de Dios, así como el Hijo de Dios, en su impenetrable sabiduría os ha llenado de tanta luz y ciencia que habéis tenido de la Santísima Trinidad una inteligencia mayor que la de todos los Santos, dignaos en la hora de mi muerte iluminar de tal modo mi alma con las luces de la Fe, que ningún error ni ignorancia pueda pervertirla.

· Ave María:
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Santa María, Madre de Dios, así como el Espíritu Santo ha derramado en Vos la dulzura de su amor con tanta plenitud, que después de Dios, sois la más dulce y caritativa de las criaturas, así os ruego que en la hora de mi muerte derraméis en mi alma la dulzura del amor divino, para que todas mis amarguras se conviertan en suavidad.

Amén.

21.7.19

Acción de gracias de Santa Gertrudis


(Acción de gracias de Santa Gertrudis, por los favores concedidos a la Santísima Virgen).

¡Bendita sea mil veces la omnipotencia de Dios Padre, tan digna de ser siempre celebrada! ¡Bendita sea la adorable sabiduría del Hijo de Dios! ¡Bendita sea la admirable bondad del Espíritu Santo!, por la cual la siempre adorable Trinidad ha podido, sabido y querido formar, para nuestra salvación, una Virgen tan llena de gracias y comunicarle con tanta profusión la superabundancia de su divina bienaventuranza. Amén.