Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

22.3.18

El combate espiritual: Regirnos adecuadamente


- Del ejercicio de la voluntad, y del fin a que debemos dirigir todas nuestras acciones, así interiores como exteriores.-

Después de haber corregido los vicios del entendimiento, es necesario que corrijas los de la voluntad, regulándola de tal suerte, que renunciando a sus propias inclinaciones, se conforme enteramente con la voluntad divina. Pero advierte, hija mía, que no basta querer y procurar las cosas que son más agradables a Dios, sino que es necesario también que las quieras y las obres como movida de su gracia, y con el solo fin de agradarle.

En esto principalmente necesitamos combatir y luchar contra la propia naturaleza, la cual, como inficionada y depravada por el pecado, es tan inclinada a sí misma, que en todas las cosas, y tal vez en las espirituales con más cuidado que en las demás, busca su propia satisfacción y deleite, alimentándose de ellas sin recelo ni escrúpulo, como de un manjar agradable y nada sospechoso. De donde nace que, cuando se nos ofrece y presenta la ocasión de ejercitar alguna obra, luego la abrazamos y la queremos, no como movidos de la voluntad de Dios, y solamente por agradarle, sino por el gusto y satisfacción que algunas veces hallamos en hacer las cosas que Dios nos manda.

21.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [6]


La consideración respetuosa de lo que las nuevas generaciones deberán producir de nuevo y propio es esencial para el educador.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

20.3.18

El combate espiritual: El gran peligro de la curiosidad


-De otro vicio de que debemos guardar el entendimiento para que pueda conocer lo que es útil.-

El otro vicio de que debemos guardar nuestro entendimiento es la curiosidad; porque cuando lo llenamos de pensamientos nocivos, impertinentes y vanos, lo inhabilitamos enteramente para unirse y aplicarse a lo que es más propio para mortificar nuestros apetitos desordenados, y para llevarnos a la verdadera perfección.

Por esta causa, hija mía, conviene que estés como muerta a las cosas terrenas, y que no procures saberlas ni investigarlas, si no son absolutamente necesarias, aunque sean lícitas.

19.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [5]


Siempre ha estado lejos de mi pensamiento eso de que la misericordia de Dios está circunscrita a los límites de la Iglesia visible. Dios es la verdad. Y quien busca la verdad, busca a Dios.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

18.3.18

El combate espiritual: El engaño de los sentidos


-De las causas que nos impiden el juzgar rectamente de las cosas, y de la regla que se debe observar para conocerlas bien.-

La causa por que no juzgamos rectamente de las cosas, es porque apenas se presentan a nuestra imaginación, nos dejamos llevar o del amor o del odio a ellas; y estas pasiones ciegas que pervierten la razón, nos las desfiguran de tal suerte, que nos parecen diferentes de lo que verdaderamente son en sí mismas.

Si quieres, pues, hija mía, preservarte de un engaño común y tan peligroso, es necesario que estés siempre advertida y sobre aviso, para tener, cuanto te fuere posible, la voluntad libre y purificada de la acción desordenada de cualquier cosa.