Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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8.4.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [12]


El Señor está presente en el Sagrario como Dios y como Hombre. Y está ahí no por Él, sino por nosotros, porque su dicha es estar con los hijos de los hombres. Y porque sabe que nosotros, tal como somos, necesitamos de su presencia.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

3.4.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [11]


Si en Cristo tenemos ante los ojos, de forma concreta, viva y personal, el fin de toda pedagogía humana, en María tenemos el ideal al que debe tender toda la formación de la mujer.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

30.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [10]


Reconocer a alguien como un santo o reconocer que uno es un santo sólo se logra cuando se percibe en Él al mismo Espíritu que habló a través de los profetas.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

27.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [9]


Para encontrar la paz y la tranquilidad, permítete estar en la iglesia todo el tiempo que necesites. Eso no sólo te aprovechará a ti, sino también a tu trabajo y a todas las personas con las que tengas algún contacto.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

25.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [8]


La invocación que tantas veces repetimos en cada "Padrenuestro" de "hágase tu voluntad", debe regular el curso de la jornada, de la mañana a la tarde. Debe atemperar nuestros estados de ánimo e incluso la vida entera. Debe ser para un cristiano la máxima preocupación.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

23.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [7]


Seguro que en su vida terrena el Señor vivió sus horas más felices en medio de las noches silenciosas, (conversando con su Padre).

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

21.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [6]


La consideración respetuosa de lo que las nuevas generaciones deberán producir de nuevo y propio es esencial para el educador.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

19.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [5]


Siempre ha estado lejos de mi pensamiento eso de que la misericordia de Dios está circunscrita a los límites de la Iglesia visible. Dios es la verdad. Y quien busca la verdad, busca a Dios.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

16.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [4]


Espíritu divino, vida divina, amor divino, equivale a esto: quien hace la voluntad de Dios, ése conoce a Dios y le ama. En verdad, en el momento en que hacemos con dedicación interior lo que Dios pide, la vida divina se hace nuestra vida. Dios se encuentra en nosotros.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

14.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein [3]


El teólogo conoce a Dios a partir de imágenes. En este caso, la imagen no es producto suyo, sino elaboración de Dios. Dios se ha configurado en sus imágenes y a través de las mismas se da a conocer.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

12.3.18

Maternidad


En la palabra "maternidad" se condensa todo cuanto se cotiza en torno a la valía personal de una mujer. Y esto es correcto, con tal de no confinar el vocablo "maternidad" al término de lo consanguíneo. Esta expresión hay que abrirla y adecuarla, más bien, al patrón de María, la Madre de la Misericordia. Debe extenderse a todos cuantos se sienten cansados y oprimidos, y ha de hundir sus raíces en el amor universal de Dios.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

8.3.18

Pensamientos de santidad: Edith Stein


Si Dios me dice por medio de los profetas que es un Dios Fiel, que es para mí como Padre y Madre, incluso que él es el Amor mismo, entonces tengo que admitir que mi confianza en el brazo que me sostiene es razonable. Por el contrario, es necio mi miedo a caer en la nada, a no ser que sea yo quien me separe del brazo que me protege.

Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O. C. D.). | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

26.5.17

El amor humano


Me ha llamado la atención sobremanera uno de los acontecimientos que vivió la santa carmelitana Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz, en su nombre religioso). Como seguramente muchos sabéis, Edith Stein era judía, y la mataron los nazis. Pero antes de eso fue encerrada en los campos de concentración holandeses de Amerfoort y de Westerbork. Allí observó cómo las madres abandonaban a sus hijos, y muchas de ellas estaban tan impactadas que los descuidaban, incluso a los niñitos más pequeños.

Todos tenemos -o la mayoría de nosotros- una imagen del amor maternal, del "amor de madre", muy entrañable. Sabemos -porque es así- que muchas madres darían la vida por sus hijos, por lo tanto no nos cabe en la cabeza cómo puede ocurrir que se olviden de ellos. Obviamente la razón hay que encontrarla en el hecho de que estaban tan impactadas por las terribles experiencias que estaban viviendo que psicológicamente debían estar destrozadas, pero nos hace una idea de lo frágil que es el amor carnal, el amor simplemente humano, cuando no se le dota de la fuerza de la trascendencia. Y ante el terrible drama de sus vidas para muchas no existían ni hijos, ni nada, simplemente les daba igual. Edith Stein los acogía, les daba cariño, los cuidaba, los bañaba...