Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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1.4.20

El tesoro de la castidad


Las cristianas dignas prefieren la virtud a todas las cosas. Ellas, con heroica firmeza, vencen la lógica perversa de sus jueces. "Sea todo lo que Dios quiera", responde la esclava Sabina al neócoro Polemón (Passio S. Afrae 2). "Pienso - dice Teodora al prefecto de Egipto - que tú no ignoras que Dios ve nuestros corazones y considera en nosotros una sola cosa: la firme voluntad de permanecer castas. Si me obligas, pues a sufrir ultraje, padeceré violencia. Estoy dispuesta a entregar mi cuerpo, sobre el que tú tienes poder; pero sólo Dios tiene poder sobre mi alma" (passio S. Pionii 7).

A veces las mártires, para escapar al ultraje de su pudor, provocan furiosamente al juez para conseguir la pena de muerte.

4.1.20

Santa Hildegarda de Bingen y el vicio de la lujuria


El Liber Vitae Meritorum, "Libro de los méritos de la vida" (1158-1163) es una guía de cómo adquirir merecimientos, a fin de evitar o reducir, por medio de la penitencia en esta vida, cualquier posible castigo futuro.

Está dividido en seis partes. En las cuatro primeras un Hombre mira hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales y en la quinta contempla la totalidad del orbe. Las cinco siguen el mismo esquema. En la sexta el Hombre remueve los confines de la tierra, en el sentido que se explica posteriormente. En estas cinco primeras partes, ve y describe un total de 35 imágenes, cada una representa un vicio que hace un parlamento en el que intenta justificar su actuación.

14.7.19

Visita a la Santísima Virgen María


Acto de veneración.


· Yo os venero con todo mi corazón, ¡oh Virgen santísima!, sobre todos los Ángeles y santos del paraíso como hija del eterno Padre, y os consagro mi alma con todas sus potencias.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

· Yo os venero con todo mi corazón, ¡oh Virgen santísima!, sobre todos los Ángeles y santos del paraíso, como madre del Unigénito Hijo de Dios, y os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

· Yo os venero con todo mi corazón, ¡oh Virgen santísima!, sobre todos los Ángeles y santos del paraíso, como Esposa querida del Espíritu Santo, y os consagro mi corazón con todos sus afectos, pidiéndoos me alcancéis de la Santísima Trinidad las gracias necesarias para salvarme.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

(100 días de indulgencia. Indulgencia plenaria una vez al mes, si se reza esta oración todos los días, para pedir a la Virgen Santísima su protección en el ejercicio de las santas virtudes, particularmente de la castidad).


24.3.19

Oración a San José en defensa de la pureza


Oh San José, Padre y Protector de las Vírgenes, Custodio fiel a quien Dios confió a Jesús, la inocencia misma, y a María la Virgen de las vírgenes, os suplico y ruego con toda mi alma por Jesús y María, este doble depósito que os fue tan querido, que preservado de toda mancha, puro de espíritu, de corazón y cuerpo, sirva constantemente a Jesús y a María en castidad perfecta.

(100 días de indulgencias una vez al día).

San José, amigo del Sagrado Corazón, rogad por nosotros.

(100 días de indulgencias una vez al día).

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com