· Yo os venero con todo mi corazón, ¡oh Virgen santísima!, sobre todos los Ángeles y santos del paraíso como hija del eterno Padre, y os consagro mi alma con todas sus potencias.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
· Yo os venero con todo mi corazón, ¡oh Virgen santísima!, sobre todos los Ángeles y santos del paraíso, como madre del Unigénito Hijo de Dios, y os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
· Yo os venero con todo mi corazón, ¡oh Virgen santísima!, sobre todos los Ángeles y santos del paraíso, como Esposa querida del Espíritu Santo, y os consagro mi corazón con todos sus afectos, pidiéndoos me alcancéis de la Santísima Trinidad las gracias necesarias para salvarme.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
(100 días de indulgencia. Indulgencia plenaria una vez al mes, si se reza esta oración todos los días, para pedir a la Virgen Santísima su protección en el ejercicio de las santas virtudes, particularmente de la castidad).