Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

7.8.17

Libera ánimas defunctorum


Esta lámina, que se encuentra en el libro "Cinco palabras" del año 1680 (reeditado en el año 1724), es un compendio del purgatorio bastante interesante. Realizada probablemente en tinta (a pluma), en ella vemos a la Virgen María del Monte Carmelo, sosteniendo con su Hijo unos escapularios, y algunos ángeles ayudando a las ánimas en el purgatorio.

Su contenido es muy curioso. Podemos leer en el título:

"Libera animas defunctorum de penis infernii" ("Libera a las ánimas difuntas de las penas del infierno"). Es una interpretación del oficio de difuntos:

Absolve, Domine,
animas omnium fidelium defunctorum
ab omni vinculo delictorum
et gratia tua illis succurente
mereantur evadere iudicium ultionis,
et lucis aeternae beatitudine perfrui.

(Absuelve, Señor,
las almas de nuestros fieles difuntos
de todo vínculo de delito -pecado-
y tu gracia sea sobre ellos
para que escapen del juicio
y puedan disfrutar de la luz eterna
).

Luego, en dos bandas a la altura de la imagen de la Virgen y el Niño, aparece:

"Infuniculis traham eos. Omnia traham adme", un texto de Oseas la primera parte, y de Juan la segunda.

Bajo los pies de la Virgen aparece:

"Non derelinquas animam mea in inferno", del Salmo 29 (el salmo penitencial número 7).

5.8.17

Poderosas armas a las que todos podemos acudir contra los ataques demoníacos


Cuenta la historia que un sacerdote estaba exorcizando a un endemoniado. En mitad de la ardua pelea, el demonio no dejaba de decir improperios y blasfemias pero, cuando el sacerdote mencionaba a la Madre de Cristo, callaba. El sacerdote quiso saber por qué blasfemaba contra todo lo sagrado menos contra la Virgen Santa María, a lo que el demonio respondió que Cristo no permitía que insultasen a su Santa Madre.

Esto nos debe hacer caer en la cuenta de cuánto es de poderosa la Santísima Virgen María en lo que se refiere a la lucha contra el enemigo (o enemigos, más bien) de nuestra salvación. No en vano en Génesis 3:15 se dice una frase que la Iglesia desde tiempos antiguos interpretó como anticipación de la Virgen Santa María: "ella te pisará la cabeza cuando tú la hieras el calcañar", ya que la Virgen María se puede decir que es la antítesis de Eva, la cual se dejó seducir y engañar por "la serpiente antigua" (que es Satanás).

4.8.17

El purgatorio de sacerdotes, monjas y religiosos en general


Son constantes las referencias a los sacerdotes y a las monjas en textos como "El manuscrito del purgatorio", en donde se puede atisbar bastante bien su juicio, más duro, en el más allá.

Ya San Juan Bautista María Vianney, "el cura de Ars", advertía a los sacerdotes sobre la ligereza en el obrar, diciendo que muchos de ellos deberían tener en cuenta que, cuando descuidan sus tareas (o las hacen negligentemente, por ejemplo realizando confesiones y perdonando pecados "alegremente") se les iba a exigir responsabilidades en el momento de su juicio.

2.8.17

Indulgencias a aplicar por las ánimas del purgatorio


Era costumbre entre los fieles devotos hacer una elección, al azar, de un número para dedicarle, por un determinado periodo de tiempo (una semana, un mes, dos meses...) todas las indulgencias que el fiel cristiano conseguía, para aplicarlas por esas ánimas del purgatorio.

El procedimiento es sencillo: echa un número a suerte, y mira en el listado a continuación las almas con ese mismo número, haciendo reflexión y meditación sobre las culpas y penas de esas ánimas, ruega entonces por ellas, y pídeles que te consigan la gracia de no caer en semejantes culpas. Este es un buen ejercicio no solo que alivia a las ánimas, sino que también nos sirve de arrepentimiento personal, introspección y examen de conciencia.

31.7.17

Jaculatoria a la Santísima Trinidad, con indulgencias


Gloria a la Santísima Trinidad por los privilegios concedidos a María Santísima:

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
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Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculórum. Amen.