Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

7.8.17

Libera ánimas defunctorum


Esta lámina, que se encuentra en el libro "Cinco palabras" del año 1680 (reeditado en el año 1724), es un compendio del purgatorio bastante interesante. Realizada probablemente en tinta (a pluma), en ella vemos a la Virgen María del Monte Carmelo, sosteniendo con su Hijo unos escapularios, y algunos ángeles ayudando a las ánimas en el purgatorio.

Su contenido es muy curioso. Podemos leer en el título:

"Libera animas defunctorum de penis infernii" ("Libera a las ánimas difuntas de las penas del infierno"). Es una interpretación del oficio de difuntos:

Absolve, Domine,
animas omnium fidelium defunctorum
ab omni vinculo delictorum
et gratia tua illis succurente
mereantur evadere iudicium ultionis,
et lucis aeternae beatitudine perfrui.

(Absuelve, Señor,
las almas de nuestros fieles difuntos
de todo vínculo de delito -pecado-
y tu gracia sea sobre ellos
para que escapen del juicio
y puedan disfrutar de la luz eterna
).

Luego, en dos bandas a la altura de la imagen de la Virgen y el Niño, aparece:

"Infuniculis traham eos. Omnia traham adme", un texto de Oseas la primera parte, y de Juan la segunda.

Bajo los pies de la Virgen aparece:

"Non derelinquas animam mea in inferno", del Salmo 29 (el salmo penitencial número 7).




Bajo cada una de las ánimas hay un inscripción, en este caso en castellano. Fijémonos cómo las mencionadas ánimas llevan el escapulario carmelitano. Estas frases son, de izquierda a derecha y de arriba a abajo:

- El amparo de la Virgen me salvó. (Se refiere a la devoción a Ntr. Sra. del Monte Carmelo).
- El seguir los sacramentos es gran sufragio.
- Estoy cierto de ver a Dios. (Se refiere a que, tarde o temprano, las penas del purgatorio se acabarán, esta es una esperanza que alivia, en cierta forma, a las ánimas).
- El mayor sufragio es la misa.
- Cuando me veré con Dios te lo pagaré todo. (Se refiere a que las oraciones hechas hacia las ánimas por los que están en el mundo serán recompensadas y ellas a su vez rogarán por nosotros).
- El perdonar al enemigo me aprovecha.
- Estamos ciertas de ver a Dios.
- Pago las culpas del oficio.
- Hay hijos desagradecidos. (Se refiere a las familias que olvidan a sus allegados y los dejan a su suerte en el purgatorio sin rogar por ellos ni ofrecerles indulgencias, sacrificios ni misas).
- El socorro de los pobres es nuestro.
- Mucho pierdes perdiendo tiempo.
- Pago [por] cosas que no hacía caso.
- Gozan la hacienda sin memoria de quién la dejó.
- Cómo duermes a vista de mis penas. (Se refiere a los que pasan tranquilamente la vida sin tener en cuenta el sufrimiento de los que están en el purgatorio).
- Apenas me salvé (Se refiere a la gran misericordia del Señor al ofrecer el purgatorio a los que de otro modo hubieran ido al infierno por no estar purificados).
- Con rigor se purifica todo.

Vemos en la parte más profunda del purgatorio, como es bien conocido, el lugar donde van más religiosos tibios y que han despreciado las numerosas gracias a ellos vertidas por el Señor, a personas religiosas, como obispos, frailes o clérigos. Bajo ellos se leen los rótulos:

- Obras pías sean muchas.
- El pesado oficio pastoral.
- Por gustos ligeros, penas sin medida.
- Entren penas y salgan culpas. (Se refiere a la purificación que limpia el alma y mortifica y extrae -quema- las culpas).

En la parte más baja de la lámina, se puede leer un texto de la segunda de Macabeos, 12:46:
"Sancta et salubris est cogitatio pro defunctis exorare ut a peccatis solvantur".

Conviene tener en cuenta que en el castellano medieval una vocal con una raya encima (ã, virgulilla) se transforma en vocal seguida de "n", de la misma forma que la "n" con virgulilla se transforma en la "ñ". Aún hoy se utiliza esta práctica, para escribir "que" abreviada, aunque está en desuso.

Oración:
Ánimas bienaventuradas, perdonad, perdonad mis descuidos, pues conozco que han sido y son muchos, y he dejado pasar infinitas ocasiones de aliviar vuestras penas, que traigo atravesadas en mi corazón: os ruego, ánimas benditas, me alcancéis siquiera una centella de verdadera caridad, para que de veras pueda emplearme en no dejar pasar ocasión, y en esforzarme por lograr muchas, para obrar siempre en alivio vuestro. Amén.

| Redacción: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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