Cuenta la historia que un sacerdote estaba exorcizando a un endemoniado. En mitad de la ardua pelea, el demonio no dejaba de decir improperios y blasfemias pero, cuando el sacerdote mencionaba a la Madre de Cristo, callaba. El sacerdote quiso saber por qué blasfemaba contra todo lo sagrado menos contra la Virgen Santa María, a lo que el demonio respondió que Cristo no permitía que insultasen a su Santa Madre.
Esto nos debe hacer caer en la cuenta de cuánto es de poderosa la Santísima Virgen María en lo que se refiere a la lucha contra el enemigo (o enemigos, más bien) de nuestra salvación. No en vano en Génesis 3:15 se dice una frase que la Iglesia desde tiempos antiguos interpretó como anticipación de la Virgen Santa María: "ella te pisará la cabeza cuando tú la hieras el calcañar", ya que la Virgen María se puede decir que es la antítesis de Eva, la cual se dejó seducir y engañar por "la serpiente antigua" (que es Satanás).