Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

24.10.23

Los siete pecados capitales: la ira



La ira es madre de discordias, guerras, muertes, violencias. Nada hay más ciego que esta pasión, ni más incontrastable. La virtud que debemos oponerle desde el principio es la mansedumbre. El Salvador, nuestro gran modelo y maestro, nos ha dicho: "aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón".

¿Realmente lo hacemos así, aprendiendo de sus enseñanzas?



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23.10.23

Los siete pecados capitales: lujuria y gula



La lujuria y la gula son el triunfo de la materia y de la carne sobre el espíritu; del cuerpo sobre el alma.

De estas dos torpes pasiones nacen un sin número de desórdenes: la sensualidad, que lleva por los excesos a las aberraciones más repugnantes y al embrutecimiento más vil.

La castidad y la temperancia son las dos preciosas virtudes contrarias a tan inmundos vicios, virtudes no solamente cristianas, sino recomendadas, honradas y enaltecidas hasta por los mismos filósofos del paganismo.

Pregúntese el penitente: ¿Se hayan estas valiosas virtudes en mi corazón?




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22.10.23

Los siete pecados capitales: avaricia



La avaricia es la fuente del egoísmo, de la ceguedad que presta excesivo valor a las mezquinas riquezas de la tierra, haciéndonos perder hasta el recuerdo de los tesoros eternos.

A este feo vicio se opone la virtud de la generosidad, que desprecia los bienes pasajeros y tiene presente siempre que el Divino Maestro nos ha aconsejado colocar nuestros tesoros en el Cielo, donde no hay ladrón que nos los pueda robar.

Reflexione cada uno: ¿cómo obro yo en éste punto?




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21.10.23

Los siete pecados capitales: soberbia



Los siete pecados capitales son la raíz de todo mal moral, están comprendidos ya en el anterior examen pero, si el penitente quiere, además, detenerse un momento observando el estado de su alma con respecto a cada uno de ellos, puede considerar estas pervertidas pasiones en contraposición de las virtudes correspondientes, y decirse a sí mismo el juicio que forma de su estado, para en vista de él confesarse con más datos y buscar los remedios con más seguridad.

Soberbia.
La soberbia es el origen de desprecios, envidias, exigencias injustas, rebeliones, deseos inmoderados de alabanza y de honores, etc. Tiene por santo remedio la humildad, fundada en el conocimiento de la propia miseria y en la enseñanza que nos dió Jesucristo.

¿He aprovechado hasta ahora de ese ejemplo y esa enseñanza de Nuestro Señor?




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20.10.23

Examen de conciencia: noveno y décimo mandamientos



El noveno mandamiento nos dice:

No desear la mujer del prójimo ni pensar en inmundicias e impurezas.


El décimo mandamiento nos dice:

No codiciar los bienes ajenos.


Dios nos ordena la castidad en el sexto de sus mandamientos, pero queriendo hacernos ver que no solo pueden alterarla los actos, sino también los deseos, y que es en el corazón donde debemos buscar y extirpar las raíces de la lujuria y de todas las malas pasiones -así como también, para mostrarnos cuánto es el respeto debido a la santidad del matrimonio -, condena en el noveno mandamiento el desear la mujer ajena pues, como nos enseñó Jesucristo, es un adulterio del corazón.