Los siete pecados capitales son la raíz de todo mal moral, están comprendidos ya en el anterior examen pero, si el penitente quiere, además, detenerse un momento observando el estado de su alma con respecto a cada uno de ellos, puede considerar estas pervertidas pasiones en contraposición de las virtudes correspondientes, y decirse a sí mismo el juicio que forma de su estado, para en vista de él confesarse con más datos y buscar los remedios con más seguridad.
Soberbia.
La soberbia es el origen de desprecios, envidias, exigencias injustas, rebeliones, deseos inmoderados de alabanza y de honores, etc. Tiene por santo remedio la humildad, fundada en el conocimiento de la propia miseria y en la enseñanza que nos dió Jesucristo.
¿He aprovechado hasta ahora de ese ejemplo y esa enseñanza de Nuestro Señor?
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