Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

17.12.17

Anima Christi (en latín y en español)


Anima Christi

Anima Christi, sanctifica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inebria me.
Aqua lateris Christi, mundaret me.
Passio Christi, conforta me.

O bone Iesu, exaudi me:
intra tua vulnera absconde me,
ne permittas me separari a te.

Ab hoste maligno defende me,
in hora mortis meae voca me,
et iube me venire ad te,
ut cum Angeles et Sanctis tuis laudem te
in saecula saeculorum. Amen.

16.12.17

La importancia de la confianza en nuestra Santa Madre María del Carmelo


Qui me invenerlit inveniet vitam, et hauriet salutem a Domino.
Quien me hallare, hallará la vida, y alcanzará del Señor la salud. (Pr., 8, 35).


¡Cuántas gracias debemos dar a la misericordia de Dios, exclama San Buenaventura ("o certe Dei nostri mira benignitas, qui suis reis te Dominam tribuit advocatam ut auxilio tuo quod volueris valeas impetrare". In Salve Reg.), por habernos concedido como abogada a la Virgen María, cuyas súplicas pueden alcanzarnos todas las mercedes que deseemos!

¡Pecadores y hermanos míos!, aunque seamos culpables ante la divina justicia, y nos consideremos por nuestras maldades ya condenados al infierno, no desesperemos todavía. Acudamos a esta divina Madre, amparémonos bajo su manto, y Ella nos salvará. Exige de nosotros la resolución de mudar de vida. Formémosla, pues; confiemos verdaderamente en María Santísima, y Ella nos alcanzará la salvación. Porque María es abogada poderosa, abogada piadosísima, abogada que desea salvarnos a todos.

15.12.17

Milagros del escapulario: la familia librada bajo su casa


Francisco de Rosa cuenta que una noche se levantó un furioso huracán, arruinando una casa y derribándola sobre sus inquilinos, quedando debajo de los escombros y maderos los padres y sus hijos sepultados. En este peligro, imploraron todos el maternal auxilio de Nuestra Señora Carmelitana, cuyo santo escapulario vestían todos ellos devotamente, sin saberse a salvo unos de otros consiguieron salir de los escombros que les oprimían. Según relatan las crónicas, fue la misma Madre del Señor quien se les apareció, vestida con el Santo Hábito del Carmelo, y tomándolos de la mano les enseñó el camino para salir del siniestro.

Viéndose libres uno a uno y sin lesión alguna, cuando pudieron respirar por fin con gran consuelo, procedieron a dar las gracias repetidas veces a tan gran Soberana Reina por este singular beneficio.

| Redacción: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

13.12.17

La importancia de la oración


Petite et dabitur vobis ..., omnís enim qui petlt, accipit.
Pedid y se os dará..., porque todo aquel que pide, recibe. (Lc., 11, 9-10).


No sólo en éstos, sino en otros muchos lugares del Antiguo y Nuevo Testamento promete Dios oír a los que se encomiendan a Él: Clama a Mi, y te oiré (Jer., 33, 3). Invócame..., y te libraré (Sal. 49, 15). "Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré" (Jn., 14, 14). "Pediréis lo que quisiereis, y se os otorgará" (Jn., 15, 7). Y otros varios textos semejantes.

La oración es una, dice Teodoreto; y, sin embargo, puede alcanzarnos todas las cosas; pues, como afirma San Bernardo (Serm. 5, in Fer. Ciner.), el Señor nos da, o lo que pedimos en la oración, u otra gracia para nosotros más conveniente.

12.12.17

Milagros del escapulario: el hombre que se salvó de la horca


Juan Bautista Bosio fue un reo llevado a ajusticiar en el siglo XVII. Su mala vida cargada de vicios le llevó ante la justicia y, según cuenta el venerable fray Lezana, le condenaron a muerte en la horca. Tras tres años en espera de ejecutarse la sentencia, el condenado reconoció su mala vida pasada y decidió enmendarse, recurriendo a María Santísima, Madre de Piedad y de Misericordia, vistiendo el santo escapulario de su Orden Carmelitana.

Amparado en esta santa prenda, suplicaba a la Madre del Señor que le librase de la muerte para seguir mejorando su vida. Nuestra Señora escuchó sus ruegos y, cuando estaban a punto de ajusticiarle, arrojándolo el verdugo de la horca para que se asfixiara, las cuerdas se rompieron ante la presencia de todo el pueblo.