Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

15.6.22

Oración: acto de oblación



Padre santo: glorifica a tu Hijo elevado en la cruz, para que te glorifique también a ti. Todo lo hizo en amorosa obediencia; ahora, levantado de la tierra, se convierte en corazón del mundo y gloria de la creación.

Bautiza nuestra humanidad en el agua y la sangre que brotan de su costado abierto; hiere de amor nuestro corazón, para que también en nosotros se cumpla el misterio de la transfixión.

Acepta nuestra ofrenda y nuestro sacrificio al servicio de tu reino y de los hermanos; que jamás se agote el torrente de amor que mana del Corazón de tu Hijo, y todos los pueblos puedan beber con alegría de las fuentes de la salvación. Amén.

13.6.22

El Señor es la defensa de mi vida



Esta pandemia nos ha hecho descubrir lo realmente frágiles que somos. El mundo entero se ha quedado desconcertado sin saber qué hacer. Solos no podemos, necesitamos el auxilio divino para afrontar esta y tantas otras situaciones difíciles de la vida. Hoy más que nunca nos conviene recordar las palabras del Salmo 26:

"El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?".


Recurramos al Corazón de Jesús y a su poder. És es rico en misericordia para todos los que lo invocan. Pidámosle su protección, consagrémonos a Él.

Muchas personas, desde hace casi cuatro siglos, han visto en el "Detente" un signo de esa protección del Corazón de Jesús. El "Detente" es un pequeño emblema con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús rodeada de la frase:

"Detente, el Corazón de Jesús está conmigo"


como signo de nuestro amor y de nuestra confianza en su protección. Tiene su origen en las revelaciones de Jesús a Santa Margaria María de Alacoque (1647 - 1690). Ella misma llevaba uno sobre su pecho, debajo del hábito, e invitaba a su novicias a hacer lo mismo. Hizo muchas de estas imágenes, y aseguraba que su uso era muy agradable al Corazón de Jesús:

"... me prometió que todos los que se consagren a este Sagrado Corazón, no perecerán Jamás, y que como es manantial de todas las bendiciones, las derramaría en abundancia en todos los lugares donde estuviera expuesta la imagen de este amable Corazón, para ser allí amado y honrado...".

"...desea que usted mande hacer unas láminas con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las coloquen en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas".

Fue especialmente en el año 1720, durante una terrible plaga en Marsella, Francia, cuando se difundió entre los fieles este pequeño escapulario, o como se le llamó entonces, "Salvaguardia". En el monasterio de la Visitación se hicieron miles de estos emblemas, que se repartieron por toda la ciudad y sus alrededores; la ciudad se consagró al Corazón de Jesús y la historia nos cuenta que poco después la plaga cesó.

10.6.22

Corona de los 7 dolores de la Virgen María



Por la señal...

1er dolor
- La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.

Virgen María del Carmelo: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor, te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Dios te salve, María...




2o dolor
- La huida a Egipto con Jesús y José.

Virgen María del Carmelo: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes calamidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño, y que al poco de nacer ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna, te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio y de las ocasiones del pecado.

Dios te salve, María...




3er dolor
- La pérdida de Jesús.

Virgen María del Carmelo: por las lágrimas que derramaste y por el dolor que sentiste al perder a tu Hijo, y que durante tres días estuviste buscándolo angustiada, en los cuales pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José, te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

Dios te salve, María...




4o dolor
- El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas, camino del monte Calvario.

Virgen María del Carmelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas cuando ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente, y en cambio le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente, y aunque le ocasionaron un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande, en donde sufrió y se humilló hasta lo indecible para levantarnos a nosotros del pecado, te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Dios te salve, María...




5o dolor
- La crucifixión y la agonía de Jesús.

Virgen María del Carmelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de penetrar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz para darnos vida a nosotros, y por haber llevado su pasión hasta la muerte, siendo éste el momento cumbre de su pasión. Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve, María...




6o dolor
- La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.

Virgen María del Carmelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron los soldados en el corazón de tu Hijo; sentirías como si te la hubieran dado en tu propio corazón. El Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad y de vida, ahora te lo devuelven muerto, víctima de la maldad de nuestros pecados, de nuestras fealdades y culpas; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como Él nos amó.

Dios te salve, María...




7o dolor
- El entierro de Jesús y la soledad de María.

Virgen María del Carmelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, es enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento, y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real. Te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa, tan caro pagó el rescate por nuestros pecados y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos. Ahora sin embargo te quedaste sola, llena de aflicción. Te acompañamos en este dolor y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos.

Dios te salve, María... Gloria al Padre...

4.6.22

Oración para liberar almas del Purgatorio



Jesús reveló a Santa Gertrudis esta oración, diciéndole que Él liberaría mil almas del Purgatorio cada vez que se dijera:

"Eterno Padre, te ofrezco la preciosísima sangre de tu divino hijo Jesús, en unión con todas las misas celebradas hoy en todo el mundo, por las benditas almas del Purgatorio. Amén."


Para nuestra utilidad y sufragio de las santas almas del Purgatorio, sépase que el Papa Bonifacio VII concedió, y Benedicto XIII confirmó, ochenta mil años de indulgencia a los que dijeren la siguiente oración:

Señor mío Jesucristo, Padre dulcísimo, por el gozo que tuvo tu querida Madre cuando te apareciste la sagrada noche de Resurrección, y por el gozo que tuvo cuando te vio de gloria con la luz de la Divinidad, te pido que me adornes con los dones del Espíritu Santo, para que pueda cumplir tu voluntad todos los días de mi vida. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

1.6.22

Mes de junio dedicado al Sagrado Corazón de Jesús



Durante el mes de junio desde el Oratorio Carmelitano te invitamos a que realices diariamente, si te resulta posible, estas oraciones en honor al Sagrado Corazón de Jesús y, en el momento de rezar el rosario, si lo haces a solas o en familia, realicéis las letanías específicas de este mes que también encontrarás en esa misma entrada de esta publicación, a la que puedes acceder a través de este link.

Recuerda asimismo que también tienes a tu disposición la Corona al Sagrado Corazón de Jesús, la novena de los padres dehonianos, las letanías en latín, la salutación (y la misma de Santa Matilde), el Acto de Desagravio, y muchas otras oraciones relacionadas.