Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

18.8.18

El combate espiritual. Tratado segundo: Que esta habitación pacífica del corazón se ha de edificar poco a poco


Pondrás todo el desvelo y cuidado posible, como se te ha dicho, en no dejar que se turbe tu corazón, o que se mezcle en cosa que lo inquiete; y así trabajarás siempre en conservarlo pacífico y quieto. Porque de esta suerte el Señor edificará en tu alma una ciudad de paz, y tu corazón será verdaderamente una casa de placeres y delicias.

Solamente quiere y desea de ti, que cuando se altere o turbe tu espíritu, procures calmarlo y pacificarte en todas tus operaciones y pensamientos. Pero así como no se edifica en un solo día una ciudad, así no pienses que en un solo día podrás adquirir esta paz interior. Porque todo esto no es otra cosa que edificar una casa al Señor, y un tabernáculo al Altísimo, haciéndolo templo suyo; y el mismo Señor es el que lo ha de edificar, pues de otra suerte sería vano y sin fruto tu trabajo. (Psalm. CXXVI). Considera que el principal fundamento de este ejercicio ha de ser la humildad.

Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com