Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

5.8.18

El combate espiritual: preparación y ruegos para comulgar


- De la comunión sacramental. -

Para que recibas gran aumento de gracia de la comunión, conviene que te dispongas para ella; y no pudiendo de nosotros mismos tener la disposición que se requiere, dirás con gran afecto, para que Dios te lo otorgue, la oración siguiente: "Te pido, Señor, que visitando nuestras conciencias, las purifiques, para que viniendo a nuestras almas Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, con todos los Santos, halle en ellas morada digna de su divina Majestad".

Mas para no dejar de hacer, de nuestra parte, alguna cosa con la ayuda de Dios, tu preparación ha de ser considerar, lo primero, para qué fin instituyó Dios el Santísimo Sacramento del altar; y hallando que fue para que nos acordemos del amor que nos mostró en los misterios de la cruz, considera después para qué fin quiso que en nosotros quedase esta memoria.




Y siendo el fin, para que le amásemos y le obedeciésemos, nuestra mejor preparación será un fervoroso deseo y una encendida voluntad de amarlo y obedecerlo, doliéndonos de no haberlo obedecido ni amado hasta aquí, y de haberlo ofendido.

Con este fervoroso y encendido deseo de amarlo tendremos preparado el corazón antes de recibir la sagrada Eucaristía.

Mas en llegando el tiempo de recibirla, avivando la fe en que debajo de aquellos aspectos de pan consagrado está el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, adórale y ruégale que borre de tu corazón los que tuvieres ocultos, y que te perdone los demás; y recíbelo con toda reverencia, y con una firme esperanza de que te dará su amor.

Después que lo hayas recibido, introdúcelo en tu corazón, y pídele una y otra vez que te dé su amor, y todo lo que te fuere necesario para agradarle.

Después lo ofrecerás al Padre eterno en sacrificio de alabanza de su inmensa caridad, la cual nos ha mostrado en este singular beneficio, y en todos los demás de la redención; así para que te dé su amor, como por las necesidades de los vivos y de los difuntos.

Lorenzo Scúpoli C. R. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com